Por Adolfo Santos
El 28 de septiembre de 1864 nacía en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores, también conocida como Primera Internacional. Marx y Engels la encabezaron jugando un importante papel en esa breve pero fundamental experiencia. A 160 años de ese primer paso, la construcción de una dirección revolucionaria continúa siendo una tarea pendiente.
La necesidad de construir una dirección internacional revolucionaria, se fue convirtiendo en una tarea imperiosa en momentos que una pujante industria daba lugar al surgimiento de un poderoso movimiento obrero generando un fuerte antagonismo de clases. De 1830 a 1848 se produjeron intensas revueltas del movimiento obrero en Europa. En 1833, los textiles de Lyon, en Francia, protagonizaron importantes huelgas. En esa misma década, el movimiento “cartista”1 en Inglaterra luchó por incorporar a la clase trabajadora en la política impulsando masivas manifestaciones por derechos sindicales y políticos. Entre 1830 e inicios de los ´40 se comenzaron a organizar los primeros sindicatos obreros como los trade union2. Fue en esos movimientos que el proletariado comenzó a adquirir un sentido de solidaridad de clase y la necesidad de unificar sus luchas contra el capitalismo.
Al calor de estas experiencias, en 1845 se organizó la Sociedad de Demócratas Fraternales en Londres, que reunía refugiados políticos de toda Europa. En 1847 exiliados alemanes junto a dirigentes italianos, ingleses y franceses, formaron la Liga de los Comunistas que le encargó a Marx y a Engels la redacción de un documento programático. El resultado sería la redacción del Manifiesto Comunista aparecido en los primeros meses de 1848. Al influjo de ese ascenso y esas elaboraciones, se generó una oleada revolucionaria que sacudió Francia, Alemania y Austria, pero el movimiento fue derrotado y se inició un período reaccionario. Marx y Engels fueron expulsados de Alemania y partieron al exilio.
El proletariado recupera las energías
Las derrotas de las revoluciones de 1848 fueron un duro golpe para el movimiento obrero. Muchos trabajadores debieron emigrar para evitar la represión por sus actividades políticas y sindicales y se dirigían a Inglaterra, uno de los centros de atracción por su desarrollo industrial junto al cual se habían fortalecido las organizaciones sindicales. A finales de la década de 1850, una serie de hechos iban a cambiar la situación internacional. La crisis económica de 1857 agravó las condiciones de vida de la clase trabajadora provocando fuertes luchas. Por otra parte, la Guerra Civil en Estados Unidos, a partir de 1861, significó el fin de la importación del algodón producido en los estados del sur afectando la industria textil europea, fundamentalmente la inglesa. Estos procesos tuvieron consecuencias económicas y políticas en Francia e Inglaterra, los países más industrializados de Europa. Debilitaron el gobierno de Napoleón III y lo obligaron a hacer concesiones económicas y políticas que ayudaron a recuperar las energías del proletariado.
A partir de la mitad del siglo XIX, la burguesía había consolidado sus intereses industriales y financieros y asumió el poder político barriendo a las viejas aristocracias y en 1863, la Proclamación de Emancipación en medio de la guerra civil, sentenciaba el fin del esclavismo en los Estados Unidos. El resultado de esos cambios fue que, en los años de 1860, tanto en Europa como en América, todos los hombres y mujeres trabajaban a cambio de un salario. Esta nueva realidad, generó un sentido de solidaridad internacional entre trabajadores y la necesidad de concertar una lucha unificada por sus derechos. En 1863 se fortalecieron los vínculos internacionalistas entre los dirigentes obreros cuando se unieron en repudio a la feroz represión a la insurrección de los obreros polacos por la dictadura de los zares rusos.
Decía Nahuel Moreno: “Un año antes de fundarse la Primera Internacional, en Inglaterra había muchos obreros inmigrantes. Fueron obreros franceses de visita a Inglaterra, se vieron con los sindicatos ingleses y empezaron a establecer relaciones alrededor de un problema importante, que eran los obreros emigrantes de Europa a Inglaterra. Empezó como una relación de este tipo y llegó a la fundación de la Primera Internacional” […] “La Primera Internacional entonces es el resultado de un proceso objetivo, es el nacimiento del proletariado mundial, en este caso europeo. Es la primera organización de las organizaciones obreras nacionales que existían. Se formó en base a dirigentes sindicales y políticos, no sólo políticos.”3
Se funda la Primera Internacional
En el mes de septiembre de 1864, una comisión de trabajadores franceses viajó a Londres respondiendo a una convocatoria de los trade union. El día 28 se realizó el encuentro en el St. Martin’s Hall en Londres. Allí se decidió crear un comité que delineara los estatutos para una organización internacional obrera. Comenzaba a dar sus primeros pasos la Asociación Internacional de los Trabajadores que pasaría a la historia como la Primera Internacional. Estaban presentes dirigentes “cartistas”, seguidores del socialista utópico Robert Owen, sindicalistas ingleses, anarquistas, socialistas franceses y republicanos italianos. Engels fue elegido como secretario de ese encuentro y Karl Marx que había participado como un simple invitado, al ser designado para elaborar el documento final, acabó como una de las figuras centrales de la organización.
El 27 de octubre de 1864, luego de un largo debate, fue aprobado el célebre Discurso Inaugural, presentado al Consejo General por Carlos Marx. Entre sus partes sobresalientes decía: “Los señores de la tierra y los señores del capital usarán siempre sus privilegios políticos para la defensa y perpetuación de sus monopolios económicos. […] Conquistar el poder político se tornó por tanto el gran deber de las clases trabajadoras […] Un elemento para el éxito de esa tarea ellas poseen, son la mayoría, pero la mayoría solo tiene peso si está unida y organizada y conducida por el conocimiento.”
Tanto los estatutos como el programa fueron cimientos fundamentales del socialismo científico, tanto en sus ejes políticos como en su carácter unitario, para responder a los distintos sectores sindicales y políticos que confluyen en la tarea de construir la internacional. En ellos se destacan el internacionalismo, la independencia de clase, la conquista del poder político por parte de los trabajadores y la necesidad de organizar un partido distinto y opuesto a los de las clases poseedoras. Fue un paso decisivo para la emancipación de las y los trabajadores. El discurso elaborado por Marx, concluyó con el inmortal grito de batalla del Manifiesto Comunista: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”.
1. Cartismo: fue una corriente del movimiento obrero que existió entre 1838 y 1848. Defendía las aspiraciones de los trabajadores ingleses a incorporarse a la política y a conquistar reformas democráticas como el sufragio universal.
2. Trade Unions. Es la denominación inglesa de los sindicatos.
3.“¿Por qué Cuarta Internacional?”, Colección Inéditos de Nahuel Moreno. Intervenciones en el Primer Congreso Mundial de la LIT-1985.