Por Rainier Ríos, dirigente del Movimiento Socialista de les, las y los Trabajadores (MST) sección chilena de la UIT-CI
23/10/2024. Este sábado 26 y domingo 27 de octubre, se llevarán a cabo elecciones municipales en todo el país. El telón de fondo es el creciente descontento popular en contra de la corrupción, el encarecimiento del costo de vida para millones de familias trabajadoras, y los profundos acuerdos políticos y económicos del gobierno de Boric y la derecha a favor del empresariado y las multinacionales.
En este marco, distintas organizaciones sociales y políticas hemos levantado alternativas electorales a los grandes bloques partidarios del oficialismo y la oposición, algunos de ellos con candidaturas y programas que buscamos retomar las demandas de la rebelión popular de 2019, la necesidad de retomar el camino de movilizaciones, pero, sobre todo, de construir una alternativa política para expresar las verdaderas necesidades de las familias trabajadoras y el pueblo.
La inestable “estabilidad” que buscan imponer el gobierno de Boric y la derecha en el país.
Hace 5 años el país fue sacudido por históricas movilizaciones, que durante meses se tomaron las calles por parte de millones de personas, que rabiosamente luchamos en contra de décadas de abusos empresariales, desigualdad social, corrupción y otros males que aún nos aquejan. La respuesta del régimen político, los partidos del oficialismo y la oposición de derecha, fue imponer un camino institucional, con tintes constituyentes, para desviar las movilizaciones a derroteros que dejaran incólume la herencia de Pinochet. Y así fue.
La creciente frustración popular creció como una espesa niebla, que envuelve la actual situación política. Ninguna de las más sentidas demandas populares fue resuelta. En cambio, la impunidad de la mayoría de los policías y militares represores se impuso. Los pilares fundamentales, económicos, políticos y sociales dejados por Pinochet siguen intactos, y con ello se viene profundizando la desigualdad social y el saqueo empresarial de los sueldos y las riquezas naturales. A primera vista, y como ellos quieren hacernos creer, han ganado la partida contra las movilizaciones, a las que hoy las culpan de todos los males, y celebran que al final ganó “la estabilidad y el orden social”. Nada más equivocado.
Lo que viene creciendo en estos cinco años, también, es el profundo rechazo a los partidos del gobierno de Boric, la derecha y la ultraderecha. Todas las encuestas muestran esta tendencia. Dinámica que se sostiene no sólo en la frustración popular porque estos administradores del capitalismo chileno no escucharon ninguna demanda de las calles, sino además porque los casos de corrupción de todas las instituciones del Estado crecen sin parar, semana a semana, con nuevos casos de robos de recursos públicos y abuso de poder. Sensación que se suma a la dificultad, cada vez mayor, de poder llegar a fin de mes con el alto costo de la vida y los bajos sueldos.
Las próximas elecciones municipales se dan con la contradicción que muestra este telón de fondo. Esto no quiere decir, sin embargo, que los dos grandes bloques políticos tendrán problemas para encausar los votos a sus partidos, porque estamos seguros que así será. La ausencia de una alternativa política que realmente exprese el descontento popular, orquestada en gran parte por estos mismos partidos, será decisiva para que las y los votantes voten a la centroizquierda en el gobierno contra la derecha, y viceversa, con “la nariz tapada” y sin ninguna expectativa de cambios importantes en beneficio del pueblo.
Los sectores que apuestan por la derecha lo hacen pensando, principalmente, en que resuelva la denominada “crisis de seguridad u ola de delincuencia”, relato impuesto por los sectores más reaccionarios que tratan de hacer eje en que este es el gran problema del país. Por su parte, quienes votan contra la derecha lo hacen no por defender al actual gobierno y sus partidos, sino por rechazo a este sector social que es al que más identifican con la corrupción y los abusos empresariales. En ningún caso, mayoritariamente, serán entusiastas votos de apoyos a sectores políticos.
Alternativas a los dos bloques políticos: entre las grandes posibilidades para construir nuevas direcciones, y las viejas y fracasadas formulas reformistas de siempre.
Entre las organizaciones políticas que nos declaramos por fuera, y en contra, de los partidos del gobierno de Boric y las derechas, no logramos llegar a acuerdos para actuar en un solo frente. Una verdadera tragedia. El fondo de estas diferencias estriba en una cuestión que ha sido crucial los últimos años, y fundamental durante la rebelión popular de 2019.
Un importante número de organizaciones políticas y activistas sociales ha sido presa de una orientación empujada por el Partido Comunista, la burocracia sindical y estudiantil, y otros sectores de gobierno, que se basa en la tesis de que “atacar al gobierno es fortalecer a la derecha, incluso a la ultraderecha”, y por lo tanto o hace como si el gobierno no existiera, lo ataca muy esporádicamente y sólo de vez en cuando, o directamente lo apoya “críticamente”.
Por otro lado, estamos quienes intervenimos día a día denunciando que el gobierno de Boric es el principal enemigo de la clase trabajadora en este momento, y que para su rol de agente del capital cuenta con gran apoyo de la derecha. Por eso las diferencias entre ambos bloques, como siempre, son sobre cuestiones secundarias, porque ambos están contra el pueblo.
No es una diferencia superficial que sólo provoca divisiones para fechas electorales. Estamos convencidos que es imposible crear una nueva alternativa política, que levante las banderas de la rebelión popular, y ayude a que miles de luchadores y luchadoras sociales rompa totalmente con los viejos partidos y sus referentes, si no les oponemos programas que tomen las demandas populares y obreras más sentidas, y las pongan en coalición directa con el gobierno y la oposición, por medio de la movilización y la organización desde abajo.
La tarea sigue abierta, y confiamos plenamente que la actual experiencia de millones con el gobierno del Frente Amplio, la ex Concertación y el Partido Comunista, ayudará en el sentido correcto, si estamos dispuestos a levantar candidaturas con programas anticapitalistas claros, contra los gobiernos capitalistas de turnos y las oposiciones patronales, que propongan una salida socialista e internacionalista a la crisis económica, política y social que enfrentamos.
Con esta tarea como horizonte, el MST (UIT-CI) ha presentado candidaturas en dos comunas de la capital del país, para alcalde, concejales, y Cores, tanto en Independencia como en Paine. Lo hacemos en una lista ecologista y animalista, pero con un claro perfil anticapitalista y reivindicando las luchas y las demandas de la lucha que removió a Chile hace 5 años.