Por Partido de la Democracia Obrera (IDP), sección de la UIT-CI en Turquía.
25/03/2025. En la mañana del 23 de marzo, 45 personas, incluido el alcalde de Estambul Ekrem İmamoğlu, fueron detenidas por cargos de corrupción. Aunque la orden de arresto contra İmamoğlu debido a la investigación terrorista abierta por motivos del “Consenso Urbano” (1) fue rechazada, se emitieron órdenes de arresto contra tres personas, incluido el alcalde de Şişli, Resul Emrah Şahan, por este cargo y también se nombró un fideicomisario para intervenir el municipio de Şişli. Es evidente que todas estas acusaciones fueron producidas por el Poder Judicial, que actúa como una espada del Gobierno, con el fin de criminalizar, intimidar y eliminar a la oposición en línea con la continuidad de la administración Erdoğan. Como Partido de la Democracia Obrera (IDP), condenamos y rechazamos estos ataques al derecho a votar y ser elegido, a la libertad de asociación y a los derechos democráticos más básicos.
La agresión del gobierno unipersonal, que llegó hasta el punto de detener a İmamoğlu, alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Estambul y su mayor rival en las próximas elecciones presidenciales, sin duda no fue un hecho nuevo ni sorprendente. Tras la dura derrota sufrida en las elecciones locales, la Alianza Popular (2) retomó las prácticas intervencionistas a través de fideicomisos (3) e inició políticas para recuperar la supremacía política y criminalizar a la oposición. La política fiduciaria que comenzó contra los municipios dirigidos por el Partido Igualdad de los Pueblos y Democracia (DEM) se extendió al Partido Republicano del Pueblo (CHP) con el municipio de Esenyurt. Esta agresión continuó en forma de operaciones de corrupción en los municipios de Beşiktaş y Beykoz, y con investigaciones de terrorismo contra miembros de los consejos municipales del CHP y administradores municipales elegidos en el marco del Consenso Urbano. Era evidente que todas estas operaciones eran preparativos para el ataque contra İmamoğlu.
Finalmente, el régimen unipersonal lanzó su verdadero ataque. Primero con la cancelación del diploma de Alcalde de İmamoğlu el 18 de marzo, y luego con su detención junto a casi un centenar de personas en operaciones de corrupción y terrorismo que se lanzaron simultáneamente. Después de cuatro días de detención, de interrogatorios policiales y judiciales, İmamoğlu fue encarcelado bajo la acusación de corrupción, mientras que la Fiscalía General de la República apeló la decisión de ponerlo en libertad por el cargo de terrorismo; al momento de escribir estas líneas, esta apelación está en proceso de evaluación.
Además de la operación contra İmamoğlu, se entiende que se nombrará un fideicomisario para intervenir tambien al Partido Republicano del Pueblo (CHP) alegando irregularidades en el último congreso partidario y que hay planes para llevar al CHP a un congreso extraordinario con la intervención del Palacio. En respuesta a esta medida, Özgür Özel, principal dirigente partidario, anunció su decisión de llevar el CHP a un congreso extraordinario el próximo 6 de abril.
Estos ataques del gobierno de Erdoğan contra el principal partido de oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), e İmamoğlu, revelan el estancamiento y la desesperación de la Alianza Popular. La Alianza Popular de Erdoğan, cuyo apoyo electoral se ha ido debilitando gradualmente como resultado de la devastación económica de la que es responsable y de sus persistentes políticas opresivas y antidemocráticas, está tratando una vez más de mantener su poder a través de la opresión, el miedo y la criminalización de la oposición. Sin embargo, estos movimientos que emprende sólo profundizan las contradicciones en las que se encuentra. Por un lado, la agresión contra la principal oposición política -que llegó hasta el punto de detener al candidato presidencial, apartarlo de la política y nombrar a un apoderado de su presidencia- debilita aún más la «legitimidad de las urnas», que es su base última de sostén. Por otra parte, estas medidas perturban aún más la frágil estructura económica y reducen gradualmente la base social en la que se apoya el gobierno. La iniciativa llevada a cabo bajo el nombre de “Turquía sin terrorismo” está entrando en nuevos puntos muertos con la política de calificar al “Consenso Urbano” de terrorismo. Lo más importante es que esta nueva agresión del gobierno se enfrenta esta vez a la movilización de las masas, especialmente de los jóvenes, en las calles.
Los jóvenes estudiantes que actuaron inmediatamente después de las operaciones de cancelación de diplomas y las detenciones, también dieron una lección sobre cómo responder a los ataques antidemocráticos. La administración del Partido Republicano del Pueblo (CHP), que inicialmente parecía paralizada y permaneció en silencio tras la operación, llamó a la acción en Saraçhane luego de las acciones juveniles y la creciente presión social. Desde el primer día y cada vez más, las masas llenaron la plaza Saraçhane y se movilizaron en defensa de los derechos democráticos. Manifestaciones masivas tuvieron lugar no sólo en la plaza Saraçhane, sino también en muchas otras plazas de Estambul, Esmirna, Ankara y en todo el país. Esta movilización de los trabajadores fue el factor principal que destruyó la legitimidad de esta acción del Gobierno.
Aunque la dirección del CHP llamó a las calles bajo la presión de la movilización, demostró que, al igual que en momentos de ruptura anteriores, tenía más miedo del poder y la movilización de las calles y de las masas que del poder del gobierno. La administración del CHP llevó a cabo los llamamientos a la acción bajo la presión de las masas, con el fin de limitarlas y controlarlas, y en la medida en que no podía impedirlas, tratar de convertirlas en sus propias manifestaciones. No llamó a las organizaciones distritales a llenar las áreas, ni retiró los autobuses de los distritos, ni tomó ninguna iniciativa para movilizar aún más a las masas. Las masas llenaron las plazas a pesar de la actitud pasiva, cínica y de «limitar la política a las urnas» de la dirección del CHP.
Como resultado de esta movilización de las masas, se conquistó que İmamoğlu fue liberado por cargos de terrorismo y que el Gobierno diera un paso atrás parcial al abandonar el nombramiento de fideicomisarios para la intervención del Municipalidad Metropolitana de Estambul. Sin embargo, İmamoğlu sigue detenido por los cargos de corrupción y, como se puede ver en la objeción de la Fiscalía a esta decisión, mientras el régimen actual siga existiendo, el régimen intervencionista a través de fideicomisos seguirá amenazando todos los aspectos de la vida, desde la Municipalidad Metropolitana de Estambul a otros municipios, desde las universidades a los partidos políticos.
Ahora, las masas están discutiendo qué hacer a continuación y cómo continuar la movilización. La dirección del Partido Republicano del Pueblo CHP pronto pondrá fin a sus llamamientos a la acción limitados a las concentraciones en la plaza Saraçhane y estará ansiosa por volver a su política cotidiana limitada a “esperar las urnas”. Sin embargo, las movilizaciones que comenzaron con la detención de İmamoğlu surgieron en defensa de los derechos democráticos como resultado de la ira acumulada contra los ataques opresivos del régimen unipersonal y autoritario. ¡La movilización debe continuar y generalizarse hasta que se liberen a todos los presos políticos, se acabe la criminalización de la oposición política y se logre una ruptura real con el régimen y la política intervencionista que se extiende desde los municipios hasta las universidades y la administración del país!
Hoy, mientras millones de partidarios y no partidarios del CHP, enojados con el régimen unipersonal y autoritario, se movilizan votando en las urnas de las elecciones primarias del partido y muestran sus reacciones; el pueblo kurdo, que exige libertad y una paz honorable, llena las plazas y la juventud estudiantil intenta continuar y difundir el boicot académico. Todas estas movilizaciones deben combinarse y ampliarse para derrotar al régimen de Erdoğan. El actor único y decisivo que unirá estas diferentes dinámicas será la clase obrera, que entrará en escena “utilizando el poder que surge de la producción”. Los llamamientos a huelga general hechos a sindicatos y organizaciones laborales adquieren gran significado en este contexto. Para que todas las organizaciones laborales, especialmente Confederación de Sindicatos Turcos (Türk-İş), tomen medidas, hay que duplicar o triplicar la presión sobre sus dirigentes, que intentan enterrar la cabeza en la arena o se conforman con declaraciones simbólicas. En este sentido, como Partido de la Democracia Obrera (IDP), seguimos llamando a la izquierda socialista y a todas las organizaciones laborales a construir una Alianza Laboral que combine la lucha contra los ataques antidemocráticos y las políticas de destrucción económica con un plan de acción.
¡Liberen a los presos políticos!
¡Alto a la criminalización de la oposición política!
¡Fin al régimen intervencionista en los municipios, en las universidades y en todo el país!
¡La solución está en la lucha unida, la solución está en la alianza obrera!
Partido de la Democracia Obrera, sección turca de la UIT-CI
23 de marzo de 2025
1-Kent uzlaşısı, o “Consenso Urbano”: se denomina así a las acciones por las cuales el Partido Igualdad de los Pueblos y Democracia DEM no presentó candidatos en algunos distritos electorales de las provincias occidentales y apoyó a los candidatos del Partido Republicano del Pueblo (CHP) partido al que pertenece İmamoğlu, alcalde de Estambul detenido. La Fiscalía General de Estambul, adicta a Erdoğan, define la «reconciliación urbana» como una actividad destinada a aumentar la influencia del PKK en las ciudades. Bajo ese argumento ejecuto investigaciones y detenciones por “terrorismo”.
2 -Cumhur İttifakı o “Alianza Popular” es el Frente Politico Electoral de diversos partidos políticos patronales de Turquia que sostiene la presidencia de Recep Tayyip Erdoğan y su partido AKP, Partido de Justica y Desarrollo.
3 -“kayyums” Fideicomisos.