Por La Voz de los Trabajadores
1/04/2025. Tal y como fue alertado por organizaciones sociales y de izquierda, la marcha convocada por la ultraderecha contra la comunidad de Friusa el 30 de marzo terminó en caos, violencia y destrucción de bienes de la comunidad. Tanto el gobierno, a través de su vocero Homero Figueroa, como la organización paramilitar Antigua Orden Dominicana (AOD), convocante de la marcha, se lavan las manos y acusan a supuestos infiltrados de la violencia, en un intento de control de daños y de evadir su responsabilidad. Según las autoridades, hubo 32 detenciones y se confiscaron armas.
Para entender lo sucedido, es necesario repasar cómo se construyó la convocatoria, las expectativas contradictorias generadas por la agitación neofascista entre sus seguidores, conocer la secuencia de los hechos ese día y por qué se dividió la marcha, para finalmente sacar algunas lecciones sobre esta experiencia parar preparar de mejor forma la resistencia contra la amenaza neofascista.
¿Por qué la ultraderecha se obsesionó con Friusa?
El Distrito Municipal turístico Verón-Punta Cana tiene 138,919 habitantes según el Censo de 2022. Friusa es su principal barrio popular y obrero, con un área de aproximadamente 4 kilómetros cuadrados y su población se estima en alrededor de 40 mil personas. Es una comunidad muy dinámica, con mucha actividad comercial y en la que convive una mayoría dominicana con una minoría significativa de trabajadores inmigrantes haitianos. Incluye zonas residenciales de clase media y otras con una infraestructura más precaria y con menor acceso a los servicios públicos. El Hoyo de Friusa, Mata Mosquito, Altos de Friusa, son algunos sectores de Friusa. No es muy diferente de cualquier otro barrio de similares dimensiones en el país, si bien es un barrio en crecimiento por la demanda de fuerza de trabajo para la construcción y los servicios del polo turístico del Este.
La importancia simbólica que le otorgó la ultraderecha al lugar tiene relación con declaraciones ofrecidas en 2021 y 2022 por el entonces director de la DGM, Enrique García, quien aseguraba que el Hoyo de Friusa era habitado en su totalidad por inmigrantes haitianos y que la policía no podía entrar al lugar sin apoyo militar. Además, deliraba con que se podría perder el país ante un separatismo como el de Kosovo en los Balcanes, como si se fuera a declarar la “República de Friusa”. El primero de junio de 2022, García aseguró nuevamente que “el Hoyo de Friusa es la esquina más peligrosa que existe en el país”. García ya había recibido en su oficina en la DGM a integrantes de la AOD en octubre de 2020.

Quienes viven en Friusa saben que allí la mayoría de la población es dominicana, que no es el sitio más peligroso del país, y que la policía no solo “entra” sino que hay destacamentos policiales en el lugar. Pero el movimiento neofascista convirtió Friusa en un símbolo, llamando a una limpieza étnica para “recuperar” ese territorio. La AOD alimentó la mitología de que serían los primeros dominicanos en entrar a Friusa. Por eso Esmelín Santiago Matías, alias Alofoke, llamó a los manifestantes a asistir armados y a disparar contra cualquier persona haitiana que se les atravesara. Posteriormente la AOD planteó que la marcha sería “pacífica” y solicitó al Ministerio de la Defensa apoyo militar para la actividad. Bajo los términos pactados entre la AOD y el gobierno, debía ser una marcha entre el Cruce de Friusa y la Plaza Pichardo, de 2 a 6 de la tarde.
La AOD pasó de plantear la recuperación directa de Friusa a decir que las autoridades recuperarían Friusa. Ese cambio agudizó las divisiones en las filas del movimiento neofascista, en el que coexisten varias organizaciones y corrientes, cada una con sus propias ambiciones políticas y económicas. Alofoke, que tiene su propio proyecto político, aprovechó las debilidades y contradicciones de la AOD para apropiarse de la cabecera de la marcha.

¿Qué pasó el 30 de marzo?
Con casi nula participación local, la marcha estaba constituida por activistas llevados en autobuses y vehículos particulares desde Santo Domingo, Santiago y otras ciudades, estacionados en largas hileras cerca del Cruce de Friusa, el punto de inicio de la marcha.
La marcha arrancó antes de que llegaran algunos autobuses, poco después de las 2 de la tarde, encabezada por Alofoke, quien le arrebató la delantera a Angelo Vásquez, de la AOD. Como la ruta autorizada por la Prolongación de la Avenida España era de apenas 1.3 kilómetros de largo, su vanguardia alcanzó una barrera policial al final del recorrido en aproximadamente 25 minutos. La marcha se había dividido en varias partes por la descoordinación y las disputas de liderazgo. Luego de un forcejeo, algunos jóvenes sobrepasaron una primera barrera de la Policía Nacional, donde se enfrentaron a piedras con un segundo contingente policial más numeroso y quemó bienes de la comunidad. El grueso de esa primera sección de la marcha optó por regresarse al punto de inicio.
Al llegar a la barrera policial, Alofoke argumentó que la marcha no podía limitarse a lo autorizado, que ellos podían marchar a donde quisieran. Jóvenes fanatizados coincidían en que era necesario ir al barrio Mata Mosquito para “sacar a los haitianos”, expresando su insatisfacción con hacer una pequeña marcha de media hora y volver a los autobuses. Otro expresaba: “lo que necesitamos es un Ku Klux Klan en República Dominicana”. Algunos de los jóvenes que lanzaban piedras e incendiaban bienes gritaban a los policías de piel oscura, llamándolos “haitianos”. La turba estaba enardecida por el odio racial.
Algunos efectivos policiales trataron de mediar con los atacantes, expresándoles que su función era protegerlos. A pesar de que varios de los manifestantes estaban pertrechados con gasolina y armas, los agentes policiales se limitaron a lanzar gas lacrimógeno y rociar con agua los bienes incendiados por los ultras. Entre el piquete policial en Plaza Pichardo, donde se suponía que concluiría la marcha, y el Barrio Mata Mosquito, hay apenas unos 800 mts. De haber logrado pasar la turba armada para atacar a las personas que allí viven, los muertos y heridos habrían sido numerosos de lado y lado.

Cientos de personas tomaron la vía alterna hacia Mata Mosquito, por la avenida Estados Unidos y vías paralelas a la Prolongación de la Avenida España. Tenían el objetivo de llegar a toda costa a Mata Mosquito para «sacar a los haitianos». Al cabo de un recorrido de 1.5 kms, llegaron a la entrada del barrio. Las autoridades no habían sellado las rutas alternas.
En Mata Mosquito empezó a salir la gente de sus casas, hombres de distintas edades, tanto dominicanos como haitianos, con sus herramientas de trabajo. Sin caer en las provocaciones de los racistas pero dispuestos a no retroceder. Los neofascistas vociferaban consignas pero no se atrevían a arremeter contra la comunidad. Al cabo de largos minutos de tensión, empezaron a llegar los efectivos policiales y a hacer retroceder a los ultras para establecer una distancia de algunas decenas de metros entre ellos y la entrada del Mata Mosquito. Algunos neofascistas se quejaban de que la policía no los acompañara a “sacar a los haitianos”. Pero ya eran las cinco de la tarde y poco a poco los ultras emprendieron el regreso a sus casas, muy lejos de Friusa.
La marcha fracasó, pero la amenaza continúa
La marcha fracasó. La AOD rápidamente perdió el control de la situación, quedando la marcha dividida. La comunidad de Friusa repudió a los ultras que llegaron con su agenda de odio racial. Empezaron las recriminaciones y lamentos entre los neofascistas, echándose la culpa unos a otros por lo ocurrido. Juvenal Brenes, empresario vinculado a la AOD, culpó a influencers “en busca de likes” de romper la disciplina de la marcha, señalando a Alofoke, mientras Angelo Vásquez culpó de la violencia a “infiltrados” que supustamente actuaron luego de que él y Alofoke se habían retirado de la marcha, pero la violencia inició a escasos 25 minutos de iniciar la marcha. En una entrevista con Nuria Piera, Vásquez confesó que Alofoke era uno de los financistas e impulsores de la marcha. No puede ser considerado un “infiltrado”. La AOD ha marchado desde hace años con Los Trinitarios, tampoco pueden ser considerados “infiltrados”.
Homero Figueroa, vocero de la Presidencia, también señaló a supuestos infiltrados. Si hay 32 personas detenidas, como dice el gobierno, es imposible que no se sepa quiénes son los supuestos “infiltrados”, quién los envió, etc. La AOD miente para tapar la debilidad de su liderazgo en el dividido movimiento neofascista, el gobierno miente para tapar su responsabilidad al haber autorizado una marcha cuyos convocantes llamaban a asistir armados y asesinar a personas por su nacionalidad y raza, que se sabía que inevitablemente degeneraría en violencia contra el pueblo en Friusa.
El PLD y la FP, que apoyaban la convocatoria, se quejaron de que se había reprimido una “marcha pacífica”. El PLD, la FP y el PRM tienen mucha experiencia reprimiendo marchas pacíficas contra la megaminería, contra la corrupción y por derechos laborales. La Policía Nacional tiene un amplio prontuario represivo y de crímenes atroces como torturas y ejecuciones, pero reserva su brutalidad para las protestas que políticamente cuestionan al régimen. En el caso de la marcha neofascista de Friusa, tomaron algunas medidas para evitar que hubiera muertos únicamente por razones de cálculo político, porque el gobierno definió que era inconveniente que Punta Cana apareciera en la prensa internacional relacionada con violencia tumultuaria, afectando el turismo.
La amargura de los marchistas ante su propia desorganización y división es grande. Los que querían “expulsar a los haitianos” lamentan no haber podido llegar a Mata Mosquito, quienes esperaban participar en una «marcha pacífica» están consternados ante las acciones violentas de sus propios compañeros, y quienes veían en la policía y los militares a sus aliados están decepcionados de que les lanzaran gas lacrimógeno en vez de ayudarlos a “sacar a los inmigrantes”. Huyendo hacia delante, la AOD anunció que llamaría a un “paro nacional” y a una marcha el 24 de abril, irónicamente en el aniversario de la revolución antiimperialista y antifascista de 1965.
Aunque hoy las filas del neofascismo están divididas, ese movimiento sigue creciendo peligrosamente, más allá de la incapacidad de sus dirigentes, por una combinación de causas. Ante la debilidad de la izquierda socialista, la ultraderecha se postula como alternativa de ruptura con el actual sistema, con el que mucha gente está justificadamente descontenta. El gobierno coopera con los neonazis de la AOD como un brazo paramilitar de su represión racista y les brinda impunidad, mientras empresarios y políticos corruptos los financian. La falta de esperanzas ante un capitalismo brutal que priva al pueblo trabajador de todos sus derechos es capitalizada por los fascistas para señalar a los trabajadores inmigrantes como un chivo expiatorio y ofrecer la droga del odio a quienes se suman a sus filas. Es necesario organizar una alternativa revolucionaria para canalizar el repudio a este sistema inhumano hacia una verdadera lucha de ampliación de los derechos de toda la clase trabajadora, en la perspectiva de nuestra liberación. Solo desde la izquierda socialista podemos realmente defender la soberanía nacional oponiéndonos a quienes la vulneran, que no son los trabajadores que construyen los hoteles de Punta Cana, sino los capitales imperialistas que saquean y depredan nuestro ambiente, mientras explotan a la clase trabajadora.
No se puede confundir el derecho a protestar, que el gobierno restringe cuando se trata de los trabajadores y los sectores populares, con la intención de linchar inmigrantes, que no es un derecho sino un crimen. Tampoco se puede confundir la libertad de expresión con un supuesto derecho a incitar a la limpieza étnica y al genocidio. El fascismo es mucho más que un conjunto de ideas, es un proyecto contrarrevolucionario de aniquilamiento y aplastamiento de la clase trabajadora y no es suficiente rebatirlo en el plano de las ideas, es necesario combatirlo.
En los días anteriores a la marcha, desde organizaciones de izquierda como el MST y las organizaciones sociales se llamó al pueblo de Friusa a no caer en las provocaciones neofascistas, convertir el día de la marcha en un día de paro, cerrando los comercios y evitando salir a las calles para minimizar el riesgo de provocaciones y ataques de los racistas. Está demostrado que la policía no está para proteger a las comunidades populares, sino para proteger a los fascistas. Por eso, es necesario autoorganizarnos desde los barrios y lugares de trabajo para defendernos de la ultraderecha.
El 24 de abril, tenemos la obligación de organizar una gran marcha nacional antiimperialista y antifascista, para demostrarle al país que la gran Revolución de Abril representa lo opuesto a lo que representan los trujillistas y racistas. Es una oportunidad para demostrar que las calles son del pueblo, no de los neonazis.