Por MST-RD, sección de la UIT-CI en República Dominicana
4/7/2025. El 2 de abril, el presidente yanqui Donald Trump anunció un aumento generalizado de los aranceles de importación de EEUU. Esto significa que EEUU cobrará impuestos más elevados para los productos que ingresan a su país. El anuncio fue realizado bajo el falso argumento de que se trataba de un ejercicio de “reciprocidad”, o sea de equilibrar los impuestos de importación en EEUU con los aplicados por los demás países a las importaciones provenientes de EEUU. Pero los aranceles de Trump no guardan relación con los aplicados por terceros a EEUU, más bien han sido calculados para intentar eliminar el déficit comercial de EEUU, el hecho de que EEUU importa más de lo que exporta. Concretamente, Trump usa esos aranceles para extorsionar a los países con los que tiene intercambio comercial, incluso sus aliados y subordinados, como es el caso del régimen de la República Dominicana, para negociar y sacarles concesiones políticas y económicas.
El anuncio de Trump ya ha generado una caída generalizada de los mercados de valores, y según algunos estimados, de sostenerse esta política generaría una caída del crecimiento económico estadounidense y mundial, además de su impacto en la inflación estadounidense, posiblemente generando una recesión en EEUU.
Los aranceles de Trump no se basan en los aranceles cobrados a las importaciones provenientes de EEUU en terceros países, sino en cuál es el tamaño del déficit comercial de EEUU con ese país, aplicando un arancel del 10% a aquellos países con los que EEUU tiene superávit comercial (a los que exporta más de lo que importa). Muchos analistas consideran que los aranceles de Trump no servirán para alcanzar ese propósito, e incluso el aumento en las recaudaciones tributarias en las aduanas será contrarrestado por la desaceleración de la economía y una caída en los demás impuestos recaudados. En el caso de República Dominicana, se le aplica un arancel del 10%, ya que EEUU tiene un amplio superávit comercial con nuestro país. República Dominicana no cobra un arancel a las importaciones estadounidenses, pues ambos países forman parte del tratado de libre comercio DR-CAFTA, que elimina casi todos los aranceles, con unas pocas excepciones. Irónicamente, la única exportación dominicana que ahora estará beneficiada con aranceles preferenciales será el azúcar producida con trabajo forzoso, luego de que Trump eliminara la sanción establecida en 2022 a la empresa de propiedad estadounidense Central Romana, demostrando la complicidad de Trump y Abinader con las más terribles violaciones a los derechos laborales de los trabajadores cañeros.

Demostrando un servilismo ilimitado, el gobierno derechista y proimperialista del PRM ha dicho que el arancel del 10% puede beneficiar a República Dominicana, porque nos coloca en el grupo de los países con los aranceles más bajos aplicados por Trump. La ultraderecha, que habla de soberanía únicamente para agitar el odio racial contra los trabajadores haitianos, no ha dicho nada contra el ataque económico de Trump a nuestro país. Debe recordarse que, pese a hacerse llamar “nacionalistas”, los influencers neofascistas acostumbran vestir la gorra de la campaña de Trump con la consigna MAGA (Make America Great Again, o Hacer a los Estados Unidos grandes de nuevo) y que durante la campaña electoral estadounidense los neonazis de la AOD realizaron un acto en La Romana con banderas de Trump. Los mismos que se muestran envalentonados cuando forman parte de hordas linchadoras anti-haitianas, se muestran cobardes y sumisos ante sus amos estadounidenses.
Evidentemente las medidas de Trump no beneficiarán a la República Dominicana, como cree Abinader. La probable recesión en EEUU y el aumento del costo de la vida en ese país va a reducir sustancialmente las remesas que envía la diáspora dominicana, una de las principales fuentes de divisas extranjeras de nuestra economía; también disminuirá el turismo procedente de ese país. La contracción económica estadounidense y el encarecimiento de las importaciones provenientes de nuestro país llevará a una disminución de la demanda estadounidense de los productos manufacturados en las zonas francas dominicanas y algunos productos agrícolas. Lo más probable es que aumente aún más el déficit comercial dominicano con EEUU.
Hay indicios de que Trump utiliza la extorsión arancelaria para renegociar a su favor bilateralmente las condiciones en las que realiza intercambio comercial con todos los países. En tal sentido, sería urgente que el gobierno dominicano tomara medidas de elemental autodefensa como denunciar la violación y de hecho liquidación del tratado de libre comercio por parte de EEUU, abandonando el DR-CAFTA y aplicando a EEUU aranceles equivalentes a los aplicados por Trump. El DR-CAFTA siempre fue un instrumento de dominación y subordinación al servicio de EEUU, y ahora más que nunca es necesario salir de él, pues no tiene sentido librar de aranceles a los productos gringos mientras EEUU cobra aranceles del 10% a los productos dominicanos. Se debe cancelar inmediatamente el acuerdo lesivo a la soberanía nacional sobre la explotación de tierras raras en Pedernales, firmado con EEUU. De igual manera, buscar negociar en bloque con EEUU, junto a otros países latinoamericanos y del Caribe, y plantear el no pago de la deuda externa entre otras medidas económicas y políticas para defendernos ante la guerra comercial lanzada por el imperialismo yanqui y las probables consecuencias de una desaceleración económica mundial o, peor aún, una recesión.
Lamentablemente, el gobierno de Abinader, al igual que la ultraderecha pseudonacionalista, es totalmente servil ante Trump e incapaz de adoptar una postura mínimamente digna y seria ante la grave ofensiva del imperialismo y la crisis en ciernes. Debemos prepararnos para defender en las calles que el costo de la crisis no sea descargado sobre los hombros del pueblo trabajador nuevamente, como ocurrió durante la crisis precipitada por la pandemia del Covid-19.