Por Miguel Angel Hernández, dirigente del PSL de Venezuela y de la UIT-CI
24/5/2025. Desde hace casi 3 meses el gobierno ultraderechista de Netanyahu aplica un criminal bloqueo a la franja de Gaza, impidiendo el ingreso de alimentos, agua, medicinas y combustible, y restringiendo la energía eléctrica.
Su objetivo es matar de hambre al pueblo gazatí para expulsar a la población del enclave y forzar la rendición de la resistencia palestina, completando así la limpieza étnica iniciada por Israel en 1947, y avalada hoy por Trump.
Gaza atraviesa por una grave situación humanitaria. El peligro de hambruna se acrecienta. Las cifras son escalofriantes: 14.000 bebés estarían en peligro de morir si no reciben los alimentos necesarios en las próximas horas, según la ONU. Medio millón de personas (un 20% de la población) estaría en riesgo de afrontar inanición, de acuerdo a informes del mismo organismo. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha informado que 57 niños murieron por desnutrición desde marzo, cuando comenzó el bloqueo a Gaza por parte de Israel.
Netanyahu y la limpieza étnica
En marzo el régimen sionista de Israel rompió la tregua y reinició los bombardeos, como parte de una nueva ofensiva lanzada el 18 de mayo, denominada “Operación Carros de Gedeón”.
El criminal Netanyahu dijo que esta nueva ofensiva era para tomar el territorio de Gaza, y que no se retirarían. Y afirmó en un comité del parlamento sionista: “estamos destruyendo cada vez más hogares, y los gazatíes no tienen ningún lugar al que regresar. El único resultado inevitable será el deseo de los gazatíes de emigrar fuera de la Franja de Gaza”.
En una declaración posterior, el pasado 13 de mayo, anunciando la nueva operación militar, dijo: «Hemos establecido una administración que les permitirá marcharse, pero el problema de nuestro lado se reduce a una sola cosa: necesitamos países dispuestos a acogerlos. En eso estamos trabajando actualmente»…»Si les ofrecemos la posibilidad de irse, más de 50% se irá, e incluso creo que muchos más. Pero Hamás ya no estará».
El objetivo es claro, tomar el control total de Gaza, expulsar al pueblo palestino de sus tierras y hogares y convertir a la franja en un resort, como anunció Trump.
La presión mundial obliga a Israel a permitir ingreso mínimo de ayuda humanitaria
Después de colocar al pueblo palestino en Gaza al borde de la hambruna, Netanyahu se vio obligado a permitir el ingreso de una mínima fracción de ayuda humanitaria. Entre el lunes 19 y el viernes 23 de mayo ingresaron unos 385 camiones con alimentos, medicinas y otros bienes. Muchos de los cuales tardaron en llegar efectivamente a los gazatíes. Estas cantidades siguen siendo insuficientes cuando durante la tregua llegaron a entrar hasta 600 camiones diarios con ayuda humanitaria, y actualmente hay cientos de camiones esperando en la frontera.
Este giro en el gobierno israelí no ha sido por razones humanitarias. Se trata de una decisión calculada y fría, determinada por la presión ejercida por distintos gobiernos, como el mismo Netanyahu cínicamente ha reconocido: “Nuestros mejores amigos en el mundo, senadores que sé que respaldan a Israel, vienen y me dicen: Te daremos toda la ayuda que necesitas para una victoria total. Armas, apoyo para eliminar a Hamas, apoyo en el Consejo de Seguridad (de la ONU), pero no podemos seguir recibiendo imágenes de hambruna (en Gaza)”.
Con la brutalidad que lo caracteriza, el ultraderechista ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo: “¿Preferiría no enviar ni un grano de comida a Gaza, ni siquiera a los civiles? Posiblemente” Y añadió: “Entiendo profundamente la ira y el dolor que todos sentimos. Lo cierto es que, hasta que no se entregue a todos los rehenes, no deberíamos enviar ni siquiera agua. Pero, en realidad, si actuamos así, el mundo nos obligará a detener la guerra de inmediato y perderemos”.
La presión de los gobiernos a Israel está determinada por la movilización
Las numerosas voces de organizaciones internacionales denunciando que se estaba a las puertas de una catástrofe humanitaria, han significado un nuevo impulso a las movilizaciones en todo el mundo, especialmente en Europa. Esta situación ha coincidido con el 77° aniversario de la Nakba cuando miles se movilizaron en todo el mundo contra sus gobiernos y en apoyo a la lucha del pueblo palestino. En Madrid el 10 de mayo salieron a las calles más de 80 mil personas, exigiendo el cese de la venta de armas a Israel y ruptura de relaciones; en La Haya, Países Bajos, el pasado 18 de mayo marcharon 100.000, exigiendo al gobierno que ponga fin a su apoyo a Israel; en Londres casi medio millón se movilizó el pasado 17 de mayo.
Francia, Canadá y Reino Unido, en un comunicado emitido el 19 de mayo rechazaron la nueva ofensiva militar sionista, pidieron un alto el fuego, e hipócritamente, después de meses apoyando a Israel, dijeron que «el nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable». En dicho comunicado conjunto dijeron que “Si Israel no detiene la renovada ofensiva militar y levanta las restricciones a la ayuda humanitaria, tomaremos más medidas concretas en respuesta”. Posteriormente el gobierno británico suspendió las negociaciones que mantenía con Israel para alcanzar un acuerdo de libre comercio. Otros 18 países exigieron la inmediata reanudación completa de la ayuda en la Franja de Gaza.
Los gobiernos capitalistas europeos y de otras regiones no cuestionan a Israel por humanidad si no debido a la fuerte presión del movimiento de masas, que puede eventualmente generar crisis al interior de sus regímenes.
Sigue la crisis política en Israel
Mientras tanto en Israel continúan las protestas, que ahora son diarias, exigiendo el fin de la guerra y el regreso de los rehenes en manos de la resistencia palestina. Esas movilizaciones son el trasfondo de una crisis política que no cesa.
No es casual que el ex primer ministro Ehud Olmert dijera en una entrevista el pasado 4 de abril que Israel estaba atravesando “la más grave crisis de su historia”. Posteriormente afirmó, el pasado 21 de mayo: “lo que Israel está haciendo actualmente en Gaza está muy cerca de un crimen de guerra”.
Casi simultáneamente con lo dicho por Olmert, el militar retirado, diputado y líder del partido Los Demócratas, Yair Golan dio unas declaraciones que causaron un gran revuelo en Israel, afirmando que: “Un país sensato no libra combates contra civiles, no mata bebés como pasatiempo y no se fija como objetivo expulsar a una población”. Y agregó que “Israel está en camino de convertirse en un Estado paria, como Sudáfrica lo fue (durante el Apartheid)”.
Olmert, Golan, y otros dirigentes críticos al gobierno de Netanyahu, son tan sionistas y antipalestinos como este, sin embargo, la movilización mundial contra el genocidio, y las continuas marchas y expresiones de rechazo al gobierno en Israel, están causando una gran crisis política en el seno del sionismo, manifestándose las contradicciones y diferencias políticas. Golan, Olmert, Benny Gantz y otros, se ubican entre los que abogan por la solución fracasada de los dos Estados, y difieren de Netanyahu y sus ministros ultraderechistas en los ritmos y formas para enfrentar a la resistencia palestina.
Profundizar la movilización mundial en apoyo a la resistencia palestina
Desde la UIT-CI decimos que para derrotar el intento de limpieza étnica y ocupación de Gaza hay que seguir movilizados en todo el mundo respaldando al pueblo palestino y a la resistencia.
Para el 15 de junio está prevista la “Marcha a Gaza”, promovida por organizaciones de más de 20 países. Será una marcha hacia la frontera entre Egipto y Gaza, en el paso de Rafah para reclamar que se rompa el cerco, y se abra la frontera para que ingrese libremente la ayuda humanitaria y toda expresión de apoyo al pueblo palestino.
La UIT-CI se suma a la convocatoria de esa movilización y llamamos a realizar acciones unitarias en todo el mundo de apoyo ese mismo día. En tal sentido estamos por la inmediata apertura de los pasos fronterizos para garantizar el ingreso de alimentos, medicamentos, combustibles y agua, y el restablecimiento de la energía eléctrica.
Desde la UIT-CI exigimos a todos los gobiernos del mundo, y en especial a los regímenes árabes y del Medio Oriente, que muy poco hacen por los palestinos, que rompan relaciones políticas, diplomáticas, comerciales, culturales y académicas con Israel. Y en el caso de los gobiernos árabes, que apoyen con armas y recursos a la resistencia palestina en Gaza y Cisjordania.
Estamos por el inmediato alto al fuego, el retiro de todas las tropas israelíes de Gaza, Cisjordania, Siria y el Líbano. Rechazamos la limpieza étnica promovida por Trump y Netanyahu, así como los bombardeos de Estados Unidos e Israel contra Yemen. Rechazamos el plan de Israel y Trump de militarizar y privatizar la entrega de ayuda humanitaria.
Repudiamos la ilegal detención y amenaza de deportación a los activistas que defienden la libertad de Palestina, como ha sucedido en los Estados Unidos y Alemania. Por una Palestina única, laica, democrática y no racista. ¡Palestina libre del río al mar!