Por Ezequiel Peressini, dirigente de Izquierda Socialista de Argentina y de la UIT-CI
9/06/2025. Desde el viernes 6 de junio, el ultraderechista Donald Trump utilizó al Servicio de Inmigración y Control de Estados Unidos, (ICE por sus siglas en inglés), a llevar a cabo redadas para detener, encarcelar y deportar a migrantes indocumentados en Los Angeles, capital del estado de California. En una primera redada habrían sido detenidas cerca de 50 personas, lo cual generó una gran movilización popular, concentrándose cientos de personas frente a los sitios de detención, repudiando la represión y exigiendo su liberación. La ICE no pudo frenar las protestas y Trump envió a la Guardia Nacional para militarizar Los Ángeles y otras ciudades cercanas.
Desde que asumió su segundo mandato, Trump dispuso deportaciones masivas de migrantes y prometió expulsar a un millón por año, superando con creces las 400.000 deportaciones anuales llevadas a cabo por el demócrata Barack Obama. Trump dio súper poderes a la ICE que fue creada en 2003 para perseguir a la población musulmana. Inició redadas en distintas ciudades con alta población latina, concentrándose en restaurantes y comercios, pero también sacando directamente de sus casas a muchos inmigrantes. Igualmente ha utilizado su agresiva política antimigratoria contra activistas universitarios que defienden la causa palestina, como el caso de Mohamed Khalil, a quien encarceló. Expulsó y trasladó forzosamente a más de 200 migrantes venezolanos a las cárceles de El Salvador del ultraderechista Bukele. Antes había enviado migrantes a la cárcel de Guantánamo en Cuba.
Para alcanzar el objetivo del millón de deportados en su primer año de gobierno, Trump busca avanzar sobre el estado de California, encontrándose con una fuerte resistencia en Los Angeles, que tiene una alta población de inmigrantes. Una “ciudad santuario” donde en términos generales la policía no coopera con las autoridades federales en materia migratoria. Igualmente, de forma ilegal, facultó al departamento de Justicia y al Pentágono para el envío de militares y fuerzas federales como el FBI, para reprimir las protestas.
2.000 militares para frenar la movilización
Las protestas de Los Angeles contra la política migratoria de Trump no son un rayo en cielo sereno. A 10 días de su toma de posesión, miles de inmigrantes se movilizaron en todo el país contra la política migratoria gubernamental, particularmente en la capital de California, donde las protestas fueron masivas. Fue así que el viernes 6 de junio, la ICE llegó a Los Ángeles –segunda ciudad del mundo con más mexicanos después de Ciudad de México- ejecutando redadas indiscriminadas, las cuales se centraron en el llamado “distrito de la moda” ubicado al sur y en el centro histórico de la ciudad, zona de fábricas y comercios textiles y de confección, donde la mayoría de sus trabajadores son latinoamericanos y asiáticos. Una verdadera caza de brujas se desató, ejecutada por hombres armados, violentando todos los derechos de las personas. En estos operativos fueron detenidas casi 50 personas, en su mayoría mexicanas.
Como parte de la movilización creciente contra la política ultraderechista de Donald Trump, la respuesta no se hizo esperar. Durante el viernes 6 y el sábado 7 de junio, cientos de personas se agolparon en las puertas de los centros de detención para protestar contra las detenciones arbitrarias e ilegales, y exigiendo la libertad de las personas apresadas. Con pancartas que decían: “Los billonarios son los reales enemigos, no los inmigrantes”, “ICE fuera de nuestras comunidades”, “Todos los derechos para todos los inmigrantes” “Educación, no deportación”, ponían en evidencia el repudio a ICE y el gran malestar que anida entre los trabajadores migrantes, sin derechos, viviendo en las sombras, padeciendo la exclusión de la salud, la educación y todos los servicios. En ese marco, efectivos de ICE y de la policía del estado fueron desbordados por quienes se movilizaban.
Ante ello el gobierno ultraderechista de Trump, continuando en su deriva autoritaria y represiva, saltándose las propias leyes norteamericanas, dispuso el envío de 2.000 soldados de la Guardia Nacional, a pesar de que esto no había sido solicitado por el gobernador del estado. Igualmente afirmó: “500 marines están listos para desplegarse en la ciudad si se les ordena”.
La presencia de efectivos militares en la ciudad y la feroz represión desplegada por estos, indignó a la población que salió masivamente en un tercer día de protestas, desatándose verdaderos días de furia de trabajadores y el pueblo migrante. Las protestas se extendieron a Paramount, población ubicada al sur de Los Angeles, donde el 82% de sus habitantes son de origen latino. También hubo protestas el Compton, población también en el sur de la capital de California.
En ese marco hubo prolongados y duros enfrentamientos. Ya hay cientos de detenidos y decenas de heridos. Entre los detenidos está David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California (SEIU, por sus siglas en inglés), uno de los más grandes del estado con 750.000 miembros, quien resultó herido.
A pesar de las detenciones y la creciente militarización, la movilización se extendió, y la represión desplegada endureció la legítima respuesta de las y los luchadores que heroicamente enfrentaron los gases lacrimógenos, las granadas aturdidoras, las descargas eléctricas y las balas de goma.
¡A extender la movilización a los 50 estados junto a las y los trabajadores!
Las extraordinarias jornadas de lucha que transcurren en Los Angeles no son expresiones aisladas, en un país en el que se acrecienta la desigualdad, con una larga historia de racismo y de violencia policial. Estas protestas son parte del rechazo de millones de personas contra el gobierno de Donald Trump. En sus pocos más de 100 días, grandes movilizaciones han recorrido los Estados Unidos. Al iniciar su mandato los trabajadores públicos se movilizaron contra los recortes y despidos del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge, por sus siglas en inglés) y su ex socio, Elon Musk. En abril hubo 1200 manifestaciones en 50 ciudades, luego siguieron las protestas por los ataques a la salud y educación, entre ellas, los ataques a las universidades de Harvard y Columbia. Ahora el movimiento 50501 está convocando a una movilización nacional para el 14 de junio bajo la consigna “No Kings” (No Rey, refiriéndose las pretensiones autoritarias de Trump). Esta movilización puede ser un escenario unitario propicio para extender las movilizaciones, frenar los ataques a las libertades democráticas, exigir la libertad de las y los detenidos, abolir al ICE y terminar con la persecución, las detenciones y deportaciones de las personas migrantes y el pueblo trabajador.
Mientras los parlamentarios y funcionarios demócratas se limitan a hacer declaraciones en las redes sociales, esconden que bajo sus gobiernos se deportaron miles de migrantes. El demócrata Barack Obama es el presidente norteamericano que más personas ha deportado, con una cifra que casi llega a los 3 millones en sus dos mandatos.
Hoy el pueblo trabajador y sus organizaciones sindicales y sociales; la juventud combativa que recuerda la lucha por justicia tras el asesinato de George Floyd, que en el 2020 obligó a Trump a atrincherarse en el capitolio, sabe que junto a los trabajadores, que han hecho numerosas huelgas en los últimos años; las mujeres, la población negra y todo el pueblo empobrecido, puede derrotar a Donald Trump y su gobierno que ya comienza a transitar una crisis política que recientemente se expresó con la escandalosa ruptura con el magnate Musk.
En la próxima movilización nacional prevista para el 14 de junio se debería manifestar, una vez más, la solidaridad de la juventud y los trabajadores norteamericanos con la resistencia palestina y su rechazo a la persecución de los estudiantes de otros países perseguidos y deportados por defender la causa del pueblo palestino, así como el secuestro de Greta Thunberg y los otros activistas que viajan en la flotilla del barco Madlene, quienes fueron interceptados por el ejército israelí, cuando llevaban la ayuda humanitaria que ningún gobierno quiso garantizar al pueblo gazatí.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores- Cuarta Internacional (UIT-CI) nos sumamos a los reclamos de: ¡Abajo la represión de Trump! ¡Libertad a los presos de Los Ángeles! ¡Fuera la Guardia Nacional, los marines y el FBI de los barrios! ¡Abolir la ICE y frenar las deportaciones!