Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
28/06/2025. La primera revuelta por parte de personas de sexo y género disidentes registrada en la historia moderna, ocurrió el 28 de Junio de 1969 en el bar Stonewall Inn en Nueva York. Aunque anteriormente se habían organizado distintas protestas y movimientos de las disidencias que realizaban acciones por la liberación sexual e identitaria por la dignidad, aquellas noches de levantamientos en respuesta a la represión y persecución de la policía que iniciaron en NYC, marcaron un antes y después para el movimiento de las disidencias que se fue extendiendo a lo largo de los años por todo el mundo.
Cincuenta y seis años después seguimos peleando por el pleno reconocimiento de nuestros derechos. Más aún desde la llegada de Donald Trump al gobierno, y con el ascenso de las derechas en el mundo, que desde el poder promueven discursos de odio hacia las disidencias sexuales y de género, y embisten contra el acceso a los derechos conquistados por las disidencias: en EEUU se prohíben los cambios registrales y se recortó el acceso a los procesos médicos de reafirmación; en Argentina los discursos de odio y el plan de ajuste de Milei se ensañan especialmente contra las disidencias y particularmente contra la comunidad Travesti, Trans, No Binarie. Brasil sigue siendo el país donde hay más asesinatos de personas trans y travestis. En Colombia el recrudecimiento en los crímenes de odio y travesticidios, como los asesinatos de Sara Millerey y Nawar Jiménez, sacudieron las calles. En Hungría el gobierno de Viktor Orbán prohibió manifestaciones públicas de reivindicaciones del colectivo, como la Marcha del Orgullo. Y en los diferentes países del mundo los gobiernos buscan avanzar en medidas reaccionarias contra nuestra comunidad, sosteniendo incluso condenas a muerte, persecuciones, encarcelamientos, represión y exilio..
Las disidencias estamos en pie de lucha a nivel mundial contra los gobiernos ultraderechistas que vienen atacando y ajustando a todo el pueblo trabajador. En Argentina se organizó la primera Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista, que reunió más de un millón de manifestantes en las calles de todo el país. En muchos otros países seguimos dando la pelea en defensa y por el reconocimiento de nuestras identidades, y por derechos democráticos como el matrimonio igualitario y los Cupos Trans. Seguimos luchando por el acceso a salud, educación, vivienda y trabajo digno, como así también por una compensación de reparación histórica para quienes sufren hace años la marginación de los gobiernos.
Damos la pelea cotidiana contra los ataques de odio que nos dejan cicatrices en los cuerpos y en nuestras psiquis, o peor aún, que nos matan. Ataques envalentonados por discursos de odio que se moldean e instalan al calor de las crisis políticas y económicas de los países capitalistas, y son levantados por los sectores más reaccionarios como Trump en Estados Unidos, Vox en el Estado español, Meloni en Italia, Putin en Rusia o en la dictadura capitalista China, que de socialista no tiene nada, donde se persigue y condena a las disidencias, al igual que en los países más reaccionarios de Medio Oriente.
Con el ascenso de las derechas en el mundo, se cayó la máscara progre de las pomposas campañas de las multinacionales de “pinkwashing” y el “capitalismo arcoíris”, donde empresas multimillonarias como Nike, Nissan, Pepsi, Amazon, Google, Toyota, entre otras, redujeron o eliminaron sus presupuestos y políticas relacionadas a la promoción de los derechos hacia las disidencias. A la vez, denunciamos que algunos gobiernos progresistas se montan en un arcoíris falso que desaparece luego del mes del orgullo, para lograr empalmar a favor de sus ganancias y rédito político con el colectivo de las disidencias. Sobre todo cuando impulsan resoluciones, decretos o legislaciones progresistas pero sin sus presupuestos correspondientes, evidenciando su doble discurso que no resuelve las problemáticas más urgentes del colectivo. Denunciamos estas campañas de la doble moral, donde mientras niegan derechos y ajustan con sus políticas, las disidencias junto a las mujeres somos las más golpeadas y marginadas.
Mención aparte merece el Estado de Israel y el gobierno de Benjamin Netanyahu, que se regodea de ser el país más “gayfriendly” de la región (siendo que ni tiene matrimonio igualitario legalizado) mientras persigue y ataca a gays y lesbianas palestines en Israel y territorio palestino ocupado. Agudiza el genocidio en Gaza y avanza violentamente con sus colonos sobre territorio palestino en Cisjordania. Además de agravar las tensiones regionales con su declaración de guerra con Irán con el apoyo de Trump y Estados Unidos.
En este contexto donde se agudiza la crisis más importante del sistema capitalista imperialista, donde aparecen nuevos gobiernos de ultraderecha y surgen nuevos o reciclados movimientos fascistas en el mundo, la clase trabajadora, las juventudes, mujeres y disidencias sexuales y de género, se movilizan para enfrentar los planes de ajuste, los discursos y crímenes de odio.
Desde la militancia de las Disidencias de la UIT-CI, nos movilizamos para enfrentar a este sistema capitalista y patriarcal que nos explotan y oprimen con las políticas de ajuste y miseria de sus gobiernos heteroscispatriarcales. Para profundizar la pelea contra el genocidio al pueblo palestino; contra el Estado sionista de Israel, y por una Palestina libre. Para dar batalla contra los discursos de odio que se materializan en ataques hacia nuestras identidades e impulsar las movilizaciones de la clase trabajadora, las juventudes, mujeres y disidencias por un mundo socialista, donde vivamos libres plenamente.