Por Reynaldo Saccone*
Revista Correspondencia Internacional N° 53, agosto 2024
El gasto militar mundial aumenta al ritmo de la crisis capitalista. En 2023 lo hizo por noveno año consecutivo alcanzando un máximo histórico de 2,4 billones de dólares (SIPRI Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz por sus siglas en inglés). Esto supone un aumento del 6,8% en términos reales con respecto a 2022, el mayor incremento interanual desde 2009.
Todas las regiones del globo aumentaron el gasto militar, especialmente los países involucrados directa o indirectamente en los dos conflictos armados principales actuales: el ataque genocida del Estado sionista al pueblo palestino de la Franja de Gaza y la invasión del gobierno imperialista ruso de Vladimir Putin a Ucrania. Estados Unidos, la Unión Europea de conjunto, Rusia, China y países del Cercano Oriente encabezan este incremento.
La necesidad de defender el orden capitalista-imperialista amenazado por la crisis económica y política y el auge de la lucha de las masas en todo el mundo motoriza este aumento de gasto militar. Pero también lo hacen las fricciones económicas, las disputas comerciales y la lucha por la influencia global de Estados Unidos con China y Rusia. Roces inter imperialistas que por ahora distan de ser cruentos, pero nadie puede descartar que total o parcialmente puedan trasladarse al terreno militar.
Estados Unidos la primera potencia militar
La burguesía estadounidense sigue siendo todavía, a pesar de su crisis y debilitamiento, el sector dominante del imperialismo mundial, gendarme de la revolución y principal sostén del orden capitalista global. Para ello despliega, y mantiene, un gigantesco dispositivo militar de alcance planetario financiado por el más alto presupuesto militar de la historia. Según el mismo SIPRI en 2022 fue de 866 mil millones de dólares. Sin embargo, estudios independientes consideran que es mucho mayor porque muchísimas inversiones de utilidad bélica están en otras jurisdicciones. Por ejemplo, del gasto asignado a la tecnología espacial, el 40% tiene fines militares. Si se incluyeran éste y otros ítems, la cifra total ascendería a 1,5 billones de dólares según el cálculo de la revista socialista norteamericana Monthly Review (noviembre 2023).
Integran también el gasto militar el mantenimiento de las bases y misiones militares que cubren el planeta (serían por lo menos 254 aunque hay estimaciones de hasta 800). Japón es el país que más soldados estadounidenses tiene: 57.300 efectivos repartidos en 120 bases; Corea del Sur, 28.500; Alemania, 33.900; Italia, 12.500; Reino Unido, 9300. En América Latina y el Caribe hay 76 bases. Un cinturón de bases aéreas, navales y terrestres rodean a Irán y Palestina. Asentadas en Qatar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Irak, Turquía y Arabia Saudita alojan 50.000 efectivos (La Razón 25, 7/7/2024). Se calcula que la armada estadounidense cuenta con unos 181.000 soldados y 1.400 aviones y helicópteros en condiciones de responder un incidente bélico solo en la zona llamada Indo Pacífico, territorios bañados por los océanos Índico Pacífico hacia donde trata de extender su influencia China.
Estados Unidos es el primer proveedor mundial de “ayuda” militar. Su monto es difícil de calcular porque es suministrada desde distintas reparticiones gubernamentales y bajo formas difíciles de identificar (créditos blandos, préstamos “no reembolsables”, préstamos a tasa preferencial, y otras variantes). Según la plataforma Statista, la suma total de ayuda al exterior ascendía en 2019 a unos 47.000 millones de dólares, correspondiendo la tercera parte a fines militares. Según esta fuente, en 2019, fueron destinados a Israel 3300 millones de dólares. Le siguieron Jordania (1723 millones), Egipto (1248 millones), Irak (960 millones) y en menor cuantía, Etiopía, Yemen, Colombia, Nigeria y la República Democrática del Congo.
Hay que añadir aportes contingentes como el paquete legislativo aprobado por el Capitolio en abril de 2024 de 95.000 millones de dólares de los cuales 60.700 millones son para Ucrania, 26.000 millones para Israel, 8000 millones para Taiwán y el resto para otros países aliados.
Otro costo es el que demanda el sostenimiento de los pactos militares regionales y la ayuda militar proporcionada a sus aliados. Entre ellos, el más importante de todos, la OTAN que compromete a 32 países y, el más reciente, AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos, por sus siglas en inglés) destinada a cubrir el espacio geopolítico Indo-Pacífico.
La OTAN
De los 32 países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) solamente Canadá y Estados Unidos no son europeos. Es una alianza militar que impulsó Estados Unidos desde 1949, luego de la Segunda guerra mundial, con las principales potencias imperialistas y Canadá para acordonar a la Unión Soviética y los estados del Este europeo e impedir el triunfo de revoluciones socialistas. La OTAN se formó como una fuerza militar preventiva para hacer de “gendarme” ante las rebeliones de los pueblos. Caída la URSS en los ’90 se fueron incorporando tanto países provenientes de la antigua órbita soviética como otros que no lo eran. Sumados los gastos militares de todos los miembros de la OTAN equivalen al 55% del gasto militar mundial.
La secesión de Crimea y la intervención rusa en la crisis ucraniana en 2014 motorizaron a la OTAN. Ese año se resolvió, a instancias de Estados Unidos, que todos los países miembros deberían elevar su presupuesto militar al 2% del PBI. Asimismo, un 20% del mismo sería destinado a renovación de equipamiento. Más allá del interés bélico, esas ingentes sumas beneficiarían en primer lugar a los principales productores mundiales que son estadounidenses, pero sus migajas también alcanzarían a empresas productoras europeas ya sea solas o asociadas a las multinacionales norteamericanas.
Diez años después, sólo 11 de los 32 miembros de la OTAN llegaron al nivel del 2% del PBI. Para alcanzarlo, los gobiernos deben, indefectiblemente, hacer recortes aún más severos en el gasto social (salud, educación y pensiones) y afrontar, por lo tanto, la resistencia de los trabajadores y la lucha de clases. En cambio, la meta del 20% del gasto militar para equipamiento fue cumplida en el mismo lapso por 28 miembros de la OTAN cuando en 2014 eran solo 7 los que lo hacían.
China y Rusia
China, el segundo país del mundo en gasto militar, destinó unos 296.000 millones de dólares al ejército en 2023, incrementando con respecto al año anterior como lo viene haciendo desde hace 29 años. Comparando con el gasto estadounidense, a fines de los ‘90 ese gasto era el 8%. En 2010 ya era el 15%, el 29% en 2015, siendo ya en 2022 equivalente al 31% del presupuesto norteamericano. Aún con ese crecimiento importante, la capacidad militar de China está muy por debajo de la de Estados Unidos. Por ejemplo, China dispone de 410 ojivas nucleares; Estados Unidos, en cambio posee 5244. Además, y como ya dijimos, el coloso asiático está rodeado por un cinturón de bases estadounidenses en Japón, Corea del Sur, Guam y Filipinas. China dispone solamente de dos portaaviones construidos con tecnología soviética ya anticuada, mientras que EE UU tiene once, incluidos los de la VII flota, basada en Asia-Pacífico.
China tiene un punto fuerte en la disponibilidad de algunos de los insumos que requieren tanto el armamento moderno de tecnología más compleja (misiles, drones, aviones, embarcaciones, robots) como las redes de comunicaciones y guías de proyectiles que son parte imprescindible de la actividad bélica actual. Por ejemplo, China domina la industria mundial de baterías de iones de litio. Sus empresas suministran el 80% de las pilas del mundo y representan casi el 60% del mercado de baterías para vehículos eléctricos. Incluso, fábricas estadounidenses de baterías dependen de componentes de litio producidos por fabricantes chinos. También es el mayor productor mundial de grafito natural y sintético -que tiene aplicaciones tanto para vehículos eléctricos como militares- y también la mayor fuente de importación de grafito natural y sintético para Estados Unidos. (EEUU: El complejo militar-industrial en la actualidad, Chris Bambery, 22/02/2024, Sin Permiso).
“Pero el gran punto débil que tiene China es el de los microchips, que no los produce porque en eso hay una complementación de las multinacionales… Los semiconductores son uno de los pocos sectores de los que China depende del resto del mundo” (Correspondencia Internacional, edición especial, abril 2024, página 27). Parte del proceso inicial de elaboración de los microchips de alta capacidad se realiza en los EE.UU., Países Bajos y Japón. Pero el proceso final lo hace la TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) que controla el 84% del mercado de los chips avanzados del mundo. Es una empresa de Taiwán que también tiene plantas en la China continental y que ahora, (favorecida por la Chips Act promulgada por Biden para poder controlar este aspecto vital de la industria bélica), instala plantas en Arizona con créditos y facilidades otorgados por esta ley. (Marco d’Eramo, 14/11/2022, New Left Review).
El gasto militar de Rusia es el tercero en magnitud después de Estados Unidos y China. En 2023, por la invasión a Ucrania, aumentó un 24% alcanzando una cifra estimada de 109.000 millones de dólares; un incremento del 47% desde 2014. Es el 5,9% del PBI (contra el 4,1% en el 2022) y el 16% del gasto público. Comparado con el gasto estadounidense parece insignificante, pero ha venido creciendo desde 1998 -cuando la debacle de Boris Yeltsin- en que era apenas el 3,1% del presupuesto militar yanqui. En 2010 ya era el 5,2% y ascendió al 10,1% en 2022.
La India ocupa el cuarto puesto en gasto militar. Más que en la modernización del armamento, su gasto está centrado en el aumento de tropas para ocupar territorios fronterizos. Apuntan a potenciales conflictos con Pakistán, Afganistán y China, aunque también conflictos internos. Los estados del Medio Oriente tuvieron en 2023 un gasto militar promedio que alcanzó al 4,2% del PBI, con pico en Arabia Saudita -quinto presupuesto mundial- con 7,4% del PBI. Promedio que casi duplica al de los estados europeos (2,8%) y supera ampliamente a África (1,9%), Asia y Oceanía (1,7%) y las Américas (1,2%). (SIPRI, abril 2024)
La vigencia del dilema de “Socialismo o Catástrofe”
El proceso de decadencia del capitalismo-imperialista es el que lleva al crecimiento del militarismo y de nuevas guerras. Desde el 2022 estamos viviendo la de Ucrania, fruto de la invasión del imperialismo ruso. A ello se le ha sumado la nueva agresión militar genocida del estado sionista de Israel, respaldado por los Estados Unidos y el imperialismo europeo.
En ninguno de estos casos se puede excluir la extensión regional de esas guerras. En este marco de crisis y caos capitalista tampoco podemos descartar el peligro de una tercera guerra mundial, incluso con uso de armas nucleares. Guerras que afectan y afectarán a la humanidad y, en especial, a los oprimidos del mundo. Para los socialistas revolucionarios el dilema sigue siendo Socialismo o Catástrofe. Solo el socialismo, expropiando a la burguesía, podrá eliminar las armas de todo tipo y revertir todo el potencial tecnológico hacia fines pacíficos y al servicio de las necesidades de la humanidad.
En esa perspectiva estratégica, nos oponemos a toda forma de armamentismo imperialista, estamos por la disolución de la OTAN y de toda alianza militar capitalista y el fin de todas las bases militares imperialistas en el mundo,
*Médico, ex presidente de la Cicop (Sindicato de Profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires, Argentina, y dirigente de Izquierda Socialista/UIT-CI).
Anexo
¿Quíenes tienen armas nucleares?
En 2023, nueve países poseían armas nucleares. A continuación, se presenta una lista de estos países junto con el número estimado de cabezas nucleares activas.
- Rusia: 5,889 ojivas nucleares
- Estados Unidos: 5,244 ojivas nucleares.
- China: 410 ojivas nucleares
- Francia: 290 ojivas nucleares
- Reino Unido: 225 ojivas nucleares.
- Pakistán: 170 ojivas nucleares
- India: 164 ojivas nucleares
- Corea del Norte: 30 ojivas nucleares.
Israel nunca firmó el Tratado de No Proliferación (TNP) de 1968 lo que no le obliga a declarar armas nucleares. Los expertos creen que Israel posee 90 ojivas nucleares de plutonio en la actualidad y tiene suficiente plutonio en su arsenal para desarrollar entre 100 y 200 armas si fuera necesario. Irán ha estado desarrollando tecnología de enriquecimiento de uranio, pero insiste en que sus intenciones son pacíficas. (Maia Carlin, Israelnoticias.com)