Por CST, sección de la UIT-CI en Brasil
14 de julio de 2025. Compartimos con nuestras lectoras y lectores, la entrevista realizada por las compañeras y compañeros de nuestra sección brasilera, la CST, a la dirigenta de Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) Mercedes Petit. En ella se aborda un importante relato sobre su relación política con la compañera Zezé, María José Lourenco da Silva, quien falleció el 24 de marzo de 2025, cerca de cumplir 80 años y fue una de las fundadoras del trotskismo morenista en Brasil. La entrevista profundiza, entre otros temas, sobre la trayectoria política del morenismo y los debates en curso sobre la vigencia del legado de Nahuel Moreno y su legado.
El acto unitario en su homenaje, realizado en la sede de la CSP-Conlutas en San Pablo, reunió militantes históricos que compartieron militancia en la época de Punto de Partida, de la Liga Operaria y de la Convergencia Socialista (CS). En el plano internacional de la FLT, posteriormente Fracción Bolchevique en los tiempos de la vieja LIT-CI de los años 1980.
La dirigente de la Izquierda Socialista (IS) y de la UIT-CI, Mercedes Petit fue una de las oradoras internacionales. La compañera tiene una larga trayectoria en el movimiento trotskista, siempre en la corriente fundada por Nahuel Moreno.
Desde la Corriente Socialista de las y los Trabajadores (CST) del Brasil, aprovecharon la oportunidad para entrevistarla. De esa forma, los y las jóvenes que no militaron en aquel momento pueden saber más de aquella rica experiencia y conocer más sobre nuestra tradición partidaria. Además de dialogar sobre la vigencia de las elaboraciones de la corriente morenista y también para saber que es ser trotskista hoy. Veamos, a continuación, lo que Mercedes Petit nos dijo.
Buena lectura.
¿Cómo conociste a Zezé?
¡¡Fue hace más de medio siglo!! Ella se había exiliado en Chile, bajo el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, por la represión de la dictadura militar brasilera. Con otros compañeros habían formado un pequeño grupo llamado Punto de Partida que adhirió al trotskismo y tomó contacto con la corriente de Nahuel Moreno. Me resulta fácil recordar cuando nos conocimos porque Zezé se vino para Buenos Aires cuando se dio el triunfo del golpe genocida de Pinochet en 1973. En aquellos tiempos teníamos un local en la calle 24 de Noviembre y allí nos reuníamos con Nahuel Moreno, tanto dirigentes del PST como de nuestra corriente internacional. Zezé y yo teníamos más o menos la misma edad. Luego ella volvió por un tiempo a Brasil, porque tomaron la determinación de fundar la Liga Operaria en San Pablo, en 1974. En marzo de 1976 vino el golpe en Argentina y desde junio y julio de ese año empezamos a salir al exilio hacia Bogotá, Colombia, con Moreno y otros compañeros y compañeras. Zeze se sumó en 1977 o 78, no me acuerdo bien. Para incorporarse a las tareas de dirección de la corriente morenista internacional, Fueron años de muy linda militancia en común. Y allí Zezé se cruzó con quien sería su compañero para el resto de la vida, Jorgito Sprovieri, que era un militante del PST que había caído preso y pudo salir al exilio y se había radicado en Bogotá.
-En tu intervención hablaste de actividades con Zezé en el exilio en Colombia. ¿Podrías contar más sobre esa época de la corriente trotskista morenista?
Por entonces habíamos formado en 1976 la Tendencia Bolchevique y luego en 1978 la Fracción Bolchevique, y combatíamos dentro de la Cuarta Internacional (Secretariado Unificado) al sector mayoritario oportunista del mandelismo y el SWP de Estados Unidos. Las diferencias y polémicas se iban agudizando. Hubo un quiebre en julio-agosto de 1979, en las vísperas del décimo congreso mundial. En Nicaragua iba creciendo la movilización contra la dictadura de Somoza, que era encabezada por el ejército guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Desde Bogotá, con el apoyo del PST colombiano y toda la FB, Moreno impulsó nuestra participación en la lucha armada con la Brigada Simón Bolívar, que participó junto al FSLN en el frente sur, desde la frontera con Costa Rica. Y también se hizo un operativo independiente sobre la ciudad de Bluefields, sobre el Atlántico, que fue liberada por un contingente de la BSB (1).
El 19 de julio huyó Somoza y cayó la dictadura. El FSLN formó gobierno con dos representantes de la burguesía antisomocista, Violeta Chamorro y Alfonso Robelo. El mandelismo y el SWP (que no habían participado para nada en la larga lucha antidictatorial) apoyaron ese gobierno burgués. Por su parte, el 26 de julio el propio Fidel Castro aconsejó a la dirección sandinista que mantuviera su alianza con la burguesía, que no avanzara en profundizar la revolución y no expropiara, sino que impulsara la reconstrucción de la economía y las fuerzas armadas capitalistas. En agosto, el gobierno sandinista detuvo a los brigadistas y los expulsó a Panamá. Decía que hubo un quiebre porque el sector mandelista y del SWP apoyó la represión a los combatientes de la brigada. Fue un salto en relación a las diferencias y polémicas en curso entre los trotskistas, ya que se violaron cuestiones de principios, como son la defensa ante la represión por parte de un gobierno burgués, que nos llevó a romper con la Cuarta Internacional del SU. Esto abrió un proceso de acercamiento con el lambertismo, una corriente importante del trotskismo francés y con organizaciones en otros países. Con Zezé nos tocó viajar a París, para las reuniones de diciembre de 1980, para la unificación y la fundación de la CI-CI. Hay una foto hermosa que estamos con unos cuantos compañeros y compañeras dentro de la campana de la iglesia de Notre Dame. Nos encantó conocer París y Zezé andaba muy elegante con una boina que le daba un aire afrancesado. Era invierno. Entre nosotras nos reíamos porque al dirigente del grupo lambertista en Brasil, que no me acuerdo como se llamaba, lo habíamos bautizado “el cazador de borboletas” (mariposas). Desgraciadamente, el proceso se frustró, por la capitulación de Lambert y su corriente al gobierno de “frente popular”, de conciliación de clases, del socialdemócrata Mitterrand. Nos volvimos a Bogotá y en enero de 1982 en Bogotá fundamos la LIT-CI.
– ¿Cuál es la importancia de la internacional para la organización trotskista morenista que fue fundada en Brasil en 1974? ¿Y posteriormente en la Convergencia Socialista (CS)?
La razón de ser de la organización internacional es impulsar el desarrollo de los partidos trotskistas en cada país. No es una frase ritual, sino que así hemos actuado en el morenismo desde siempre. Porque fuimos formados, educados en la convicción de que, sin una internacional, por más pequeña que sea, no puede prosperar con éxito la tarea de hacer el partido revolucionario. Y la dirección internacional se nutre y madura acompañando ese desarrollo, no solo con elaboraciones teóricas y políticas, con la revista y documentos internacionales, sino con viajes, reuniones, contacto permanente. Por eso con Zezé compartimos tantas reuniones y visitas a Bogotá de los dirigentes de la corriente. O yo viajé mucho cuando era más joven. Eso es general, para todos los grupos morenistas y para la dirección internacional desde siempre. Y, además, más allá del gran afecto de Moreno por Zezé, con quien podemos decir tenía una amistad personal, te diría dos cosas.
La primera, que lo de apoyar aquella iniciativa de avanzar en Brasil era importante para acompañar a un grupo de compañeros y compañeras que con determinación y valentía se dispusieron a emprender la construcción de un partido trotskista bajo la dictadura. La Liga Operaria y luego la Convergencia Socialista. En Brasil, no solo en los años sesenta (el golpe fue en 1964), sino en los inicios de la década de los 70 la represión era muy fuerte. Los primeros síntomas de debilitamiento comenzaron a expresarse a mediados o fines de los setenta.
La segunda, por la importancia que le dábamos a la joven y vigorosa clase obrera brasileña. Moreno siempre decía que le hubiera gustado tener un partido de la experiencia y trayectoria del argentino, pero en San Pablo, el ABC o Belo Horizonte. Esa vitalidad de la nueva clase obrera brasilera se comenzó a expresar con fuerza con la oleada de huelgas que comenzó en el 78-79, la toma de fábricas, y todo ese proceso revolucionario que dio lugar a la fundación del PT, en la cual la CS estuvo presente desde el primer momento con su moción en aquel histórico congreso en Lins en 1979. Y luego en la fundación y masificación de la CUT, con los nuevos sindicatos de lucha que barrieron a los burócratas “pelegos”. Y que permitió el gran paso delante de que los trotskistas tuviéramos una participación destacada en varios de ellos, como en San José dos Campos, o en Belo Horizonte/Contagem en Minas Gerais, y en la propia dirección de la CUT.
– Un viejo camarada llegó a hablarnos de tu militancia cuando las detenciones de 1978 en la campaña internacional. ¿Es verdad que Moreno corría riesgo de ser asesinado por la dictadura argentina? ¿Podrías decirnos algo?
Totalmente. Ese riego era muy real. Moreno figuraba en las listas de “condenados” por las 3A desde antes de marzo de 1976. Desde el 75 el PST actuaba con estrictas normas de clandestinidad y Moreno en particular tenía movimientos muy restringidos. Cuando viajó en el 78 a San Pablo desde Bogotá fue detenido junto a buena parte de la dirección de la CS y la compañera de la dirección argentina Ritita, y un compañero de la dirección del partido portugués. Entre los detenidos estaba el muy querido compañero Zezoka, que falleció hace poco. Si Moreno hubiera sido deportado a Buenos Aires, su vida corría un tremendo peligro, ya que gobernaban los militares genocidas. Eran cotidianos los secuestros y las desapariciones. Hicimos una muy vigorosa campaña internacional y se logró que la policía política los “expulsara” a Colombia. Los acompañó el alto comisionado de las Naciones Unidas hasta que fueron recibidos sanos y salvos en el consulado colombiano en San Pablo. Y se volvieron a Bogotá. La dirección de la CST en 1985, y en particular el compañero Ze Cretton, que había caído preso en 1978, dedicaron importantes esfuerzos para lograr que la policía y el gobierno levantaran la prohibición que pesaba contra Moreno de visitar el país, por su expulsión en 1978. Yo vivía en San Pablo y con Zezé y Jorge tuvimos la gran alegría de recibirlo en su retorno a San Pablo.
– En la intervención citaste algo de tu militancia en Brasil. ¿Podrías decir algo de aquel período? ¿Todavía estaba la dictadura militar?
Hice varios viajes desde Bogotá, cuando la CS actuaba en la clandestinidad. Por ejemplo, a comienzo de 1981 hicimos algo así como un curso con la dirección y cuadros de la CS para leer y discutir las Tesis de la CI-CI, el texto programático que se votó cuando la unificación con el CORCI, el lambertismo. Fue muy bueno, con mucha participación y entusiasmo. Poco después la unidad se frustró, pero la CS, como toda la LIT-CI de entonces, supo asumirla y seguimos progresando. Creo que el grupo de los “lambertos” entró en decadencia. Zeze y Jorge volvieron en el 80 o 81, si mal no recuerdo. Y al calor del ascenso empezamos a ganar gran espacio en el nuevo sindicalismo. Por eso, desde 1984 hasta fines de 1985 me tocó irme a militar San Pablo, para acompañar la construcción del partido en ese proceso de lucha y reorganización del movimiento obrero. De masificación de la CUT y de los primeros pasos de la construcción del PT, que comenzó como un partido obrero de vanguardia y con los años fue ganando el apoyo masivo. Los trabajadores en huelga hacían asambleas en canchas de fútbol
– Cierta vez hablaste de reuniones aquí (en Brasil) junto con Moreno. Eran debates sobre la construcción de equipos de dirección. ¿Cuál es la importancia de formación de equipos en un partido trotskista morenista?
En la concepción del partido que nos legó Lenin y la experiencia de los bolcheviques dentro del partido los y las militantes funcionamos en organismos, relativamente pequeños, que llamamos “célula” o “equipo”. Asi, el equipo da un ámbito para discutir colectivamente y actuar, llevar a la acción la política y las actividades partidarias. Eso vale para el funcionamiento de la dirección. Tiene que ser un equipo, para poder distribuir tareas, potenciar las habilidades de cada integrante, entre todos estudiar y seguir la realidad, para elaborar la política e impulsar la construcción del partido, de sus equipos, para tener cada vez más militantes. En la medida que un grupo va creciendo, habrá dirigentes que vivan por cuenta del partido, los rentados, para estar full time dedicados a las tareas partidarias. Y de arriba abajo todo se discute en los organismos, y lo que se resuelve colectivamente se aplica, se lleva a la práctica.
Lo llamamos el centralismo democrático. Es lo contrario de lo que significó el verticalismo del estalinismo, con un déspota titulado “secretario general”, como fue José Stalin, que encabezaba un aparato burocrático dictatorial espantoso, que traicionó la política y el programa revolucionarios y llevó a la URSS y todo lo que se llamó el “socialismo real” a su fracaso y al retorno del capitalismo. En los años 20, después de la muerte de Lenin, fue Trotsky quien continuó la lucha que venían impulsando junto con Lenin contra ese retroceso político y esa burocratización. Así surgieron el trotskismo y la Cuarta Internacional.
– Sabemos de tu intensa preocupación en la formación teórica de nuevos cuadros que nos vaya armando para la intervención en la lucha de clases. Zezé y muchos antiguos camaradas hablan de una legendaria escuela de cuadros de Argentina. ¿Cuál es la importancia de la formación teórica en un partido revolucionario?
Desde los años setenta venían militantes brasileros a participar de cursos y escuelas de cuadros. Quizá ese recuerdo en particular sea de alguna de las escuelas que luego del 82 podíamos hacer en el local de la calle Perú, que era muy grande. Participaban de lo que llamamos la “escuela teórica”, con temas básicos del marxismo. Estudiábamos sobre el materialismo histórico, las “tesis sobre Feuerbach”, la alienación y otros temas (2). También en otras sobre distintos procesos de las revoluciones que fueron ocurriendo en el siglo XX. Te agrego que cuando nos visitaban para cursos o reuniones en invierno siempre se quejaban mucho del frío, andaban muy arropados con gorros, guantes y bufandas de lana.
– En un mundo en desorden mundial con Trump, con un genocidio en Gaza y una resistencia todavía en pie, una dictadura capitalista liderada por un partido “comunista” en la China… ¿sigue vigente el legado teórico y político de Nahuel Moreno?
Moreno falleció en enero de 1987.Han pasado casi 40 años. Es indudable que entre fines del siglo XX y comienzos de XXI, se han producidos nuevos fenómenos y hechos políticos inmensos que Moreno no vivió. Como, por ejemplo, la caída del Muro de Berlín, la disolución de la antigua URSS y la restauración capitalista en los países donde se había expropiado a la burguesía. También el crecimiento de la ultraderecha en el mundo o el avance de la destrucción ambiental capitalista. Pero, en lo grueso, el legado teórico y político de Nahuel Moreno sigue vigente. Sus elaboraciones políticas y teóricas, dentro del marxismo revolucionario, siguen teniendo gran actualidad para las nuevas generaciones de revolucionares.
En toda su obra escrita, por ejemplo, siempre combatió a los sectores de la izquierda y del trotskismo oportunista y revisionista, como Ernest Mandel, que pronosticaban que el capitalismo podía aún crecer y desarrollarse. Moreno insistía en lo opuesto, en que el sistema capitalista-imperialista seguía en plena época de la decadencia que ya habían analizado Lenin y Trotsky desde la primera guerra. Y que desde 1968, esa decadencia se había agravado, y se había instalado una crisis crónica de su economía. A décadas de su fallecimiento vemos que la humanidad sufre una hecatombe por la superexplotación, la miseria y hasta hubo una pandemia mundial. El capitalismo vive la peor crisis de su historia. La consecuencia la sufren las masas con miles de millones de personas en la pobreza absoluta. Moreno ratificó la vigencia de la ley de Carlos Marx de la tendencia a la miseria creciente. En el siglo XXI se suma el agravamiento del desastre ambiental capitalista. Por eso Moreno mantuvo y enfatizó la advertencia de Trotsky de ¡Socialismo o Barbarie/Catástrofe! Alternativa que sigue vigente.
Otro aspecto clave de su legado es que Moreno ratificó que los pilares de la fundación de la Cuarta Internacional (1938) seguían vigentes y que la gran tarea es superar la crisis de dirección revolucionaria construyendo partidos revolucionarios en todo el mundo, al calor e interviniendo en las luchas obreras y populares (3).
– Hay sectores que provienen del morenismo y tienen otra visión sobre su legado y consideran que se debe reelaborar y repensar todo de nuevo, desde la Segunda guerra mundial. ¿Qué piensas tú?
Siempre hay que reelaborar y repensar, esto es lo nos enseñó Moreno. El insistía que el marxismo es abierto y que ante nuevas realidades no podemos actuar con esquemas. Pero siempre que esas nuevas elaboraciones tengan una base metodológica marxista correcta.
A la luz de los nuevos fenómenos que Moreno no vivió, por ejemplo, hubo hipótesis suyas que no se dieron. Moreno barajó la posibilidad que con la crisis y caída del estalinismo surgieran corrientes revolucionarias de masas y que eso pudiera contribuir al surgimiento de grandes partidos revolucionarios. Lamentablemente ese pronóstico, por ahora, no se cumplió.
Como este caso puede haber otros puntuales. Pero no modifica en nada la vigencia global de su legado teórico y político. Y esto lo asumimos con más fuerza aun al calor de la dispersión del morenismo desde los años noventa. Fueron los errores de todas y todos los que fuimos la dirección sin Moreno que llevaron a ese retroceso. Así lo asumimos nosotros, en nuestra corriente la UIT-CI, luego de bastante tiempo de discusión, cuando aprobamos un balance autocrítico sobre el período 87-92, en 1997, y que lo hicimos público hace años. Hasta donde conocemos fuimos las y los únicos de la dirección de aquellos años de crisis posteriores a la muerte de Moreno que hicimos una autocrítica respecto de nuestros errores, de nuestras políticas y métodos equivocados.
Por eso, por ejemplo, considero muy equivocados los cuestionamientos a gran parte de la elaboración de Moreno que está haciendo la corriente que se quedó con el nombre de la LIT-CI luego del estallido y división de inicio de los noventa y que aún se presenta como “morenista”.
La dirección de esta corriente publicó un largo texto en su página web titulado “Sobre las situaciones de la lucha de clases nacional y mundial”, en el cual pone en cuestión gran parte de la importante elaboración de Nahuel Moreno.
Desde ya que no tengo espacio aquí para responder a todo lo que, sorprendentemente, señalan en su texto. Solo voy a tomar dos puntos para mostrar las distorsiones y la falta de sustentación de sus críticas y revisiones. Luego de la segunda guerra mundial se fue dando el hecho nuevo de que direcciones no revolucionarias encabezaron revoluciones que avanzaron a la expropiación de la burguesía (Yugoeslavia, China, Cuba o Vietnam). También se avanzó en ese sentido por la ocupación del Ejército Rojo en Europa del Este (Polonia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Checoeslovaquia, Alemania Oriental). En ninguno de esos procesos el sujeto social fue la clase obrera ni tuvieron a un partido revolucionario marxista a la cabeza, tal cual como lo planteaba el marxismo revolucionario. Trotsky, en el Programa de Transición, había señalado que esa posibilidad “era la variante poco probable” o sea un caso excepcional. Pero ocurrió lo opuesto. Ante la confusión generalizada ante los nuevos hechos en el trotskismo de pos guerra, Moreno tuvo el acierto de reconocer esas realidades imprevistas y darle una interpretación correcta sin claudicar a las direcciones estalinistas contrarrevolucionarias o pequeño burguesas (Cuba). Moreno señaló que “la realidad fue más trotskista de lo que los trotskistas habíamos pensado”. Moreno destacó la fuerza de la movilización revolucionaria de las masas en ese período, que dio lugar a las nuevas situaciones, en las cuales se dio el hecho de que lo que Trotsky previa como “poco probable” fue la “norma” o “ley” de las nuevas expropiaciones en la inmediata posguerra. Sin caer ni en el sectarismo (negar los triunfos revolucionarios y las expropiaciones), o el oportunismo (embellecer a las direcciones contrarrevolucionarias), analizó esas realidades y las explicó por una combinación de causas. Ahora, los dirigentes de la LIT-CI, en su texto, distorsionan lo que dijo Moreno al hacer una interpretación falsa de que “fue ley” (citado en punto 14 del texto). Y antes dicen que Moreno criticó a Trotsky por ese pronóstico no cumplido. Esto es falso, nunca Moreno criticó por ese pronóstico a Trotsky, quien, además, había sido asesinado cinco años antes de los hechos. Solo señaló la contradicción y dio su interpretación marxista.
Segundo, los actuales dirigentes de la LIT-CI, afirman que Moreno sacó la conclusión “equivocada” de que era una “ley” y que proponía “proyectar la continuidad necesaria de ese proceso hacia el futuro” (punto 15 texto mencionado). Esto es doblemente falso ya que nunca Moreno escribió en sus textos (Revoluciones del Siglo XX o Actualización del P. de Transición) la palabra “ley”. Y tampoco que eso era lo que iba a predominar o “proyectar” en adelante. Solo lo dijo en una intervención oral (cuya desgrabación se publicó luego de su fallecimiento y sin que la hubiera revisado) como opuesto a “excepción”. Pero lo más importante es que es falso que Moreno hablara de una “ley” en el sentido que daría por descartada la lucha por revoluciones socialistas, para dejar de luchar por dirigir a la clase obrera y, menos aún, dejaríamos de construir partidos revolucionarios ya que según esa “ley” el poder obrero y la expropiación lo harían el estalinismo y direcciones reformistas. Es increíble que esta distorsión o falsificación del pensamiento y del programa impulsado por Nahuel Moreno la escriban quienes aún se digan que son morenistas. En los hechos le abren el camino a quienes como el PTS (FracciónTrotskista-FT) o PO, quienes falsifican a Moreno para acusarlo de que se hizo “etapista”, revisando la teoría de la revolución, permanente.
En otra parte de su texto, la dirección de la LIT-CI critica o “descubre”, luego de más de 40 años, como “objetivista” a Moreno y que esa habría sido la causa de “graves errores de análisis y caracterización (punto 91 del texto citado). Según los dirigentes de la LIT-CI el objetivismo “abrió espacio a la expectativa de una rápida superación de la crisis de dirección revolucionaria y masificación de los partidos revolucionarios” (…) “basta imaginar la cantidad de errores en las definiciones de nuestras tareas que debimos haber cometido”. Pero, llamativamente, casi no mencionan ninguno, de la etapa de Moreno vivo. Solo mencionan las Tesis del 90, pero cuando ya no vivía Moreno. Le están echando a Moreno la culpa por los errores posteriores a su fallecimiento. Como decimos en nuestro balance autocrítico, nuestro pecado fue ir contra las enseñanzas de Moreno. Y además, sinceramente, el texto da toda la impresión de que la dirección de la LIT-CI, quiere atribuirle a Moreno, luego de casi 40 años de su desaparición, sus propias crisis, fracasos y retrocesos como corriente. Más de una vez hemos señalado sus errores sectarios y autoproclamatorios. No fue Moreno el que autoproclamó sectariamente a la LIT-CI desde los años noventa como la única corriente revolucionaria rechazando a otros sectores revolucionarios, incluso provenientes del morenismo. Moreno proponía la unidad de los revolucionarios, el frente único revolucionario, para intentar reconstruir o refundar la Cuarta Internacional. Moreno combatía el sectarismo y la autoproclamación tanto como al oportunismo.
– Dinos en pocas palabras ¿qué es ser trotskista hoy?
Hoy en primer lugar es mantener con coherencia y claridad una continuidad con la larga lucha de la clase obrera y los sectores populares y de los socialistas revolucionarios contra el capitalismo imperialista y por el triunfo de los gobiernos de las y los trabajadores y los sectores oprimidos y del socialismo en cada país y en el mundo. Hay más de un siglo y medio de experiencias, algunas exitosas, otras fallidas, desde Marx y Engels y el Manifiesto Comunista hasta la dura realidad actual, cuando vivimos y sufrimos la crisis y derrumbe capitalista más grande de su historia. Ante esto, los trotskistas morenistas decimos que hay que impulsar y apoyar todas las luchas justas, democráticas y anticapitalistas, y pelear por construir nuevas alternativas de dirección, uniendo a los revolucionarios, en la perspectiva de reconstruir la Cuarta Internacional. No es nada fácil, porque la alternativa es socialismo o catástrofe, pero vale la pena dedicar los más grandes esfuerzos con esos objetivos, que para mí son la razón de ser del trotskismo.
– Agradecemos por el tiempo dedicado a nuestra entrevista. Antes de cerrar, puedes dejar un mensaje a nuestros lectores.
Nada más que agradecer esta oportunidad. Y reivindicar el clima fraternal y respetuoso que atravesó toda la jornada de homenaje a Zezé, ya que las relaciones fraternales y respetuosas son imprescindibles para avanzar en las enormes tareas y desafíos que nos planteamos los y las revolucionarios.
1 – Ver libro sobre la Brigada Simón Bolívar y el texto Moreno 1979: Las perspectivas y la política revolucionaria después del triunfo de la revolución nicaragüense, ver en nahuelmoreno.org
2 – En 2023, Cehus publicó un libro: “Sobre el marxismo”, que reconstruyen desgravaciones de aquellos cursos de Moreno. En español está disponible en nahuelmoreno.org
3 – Ver la tesis 1 de Actualización del Programa de Transición (1980), “Las bases de fundación de la Cuarta Internacional han sido confirmadas por la historia”. Disponible en nahuelmoreno.org