Por Partido Socialismo y Libertad, sección de la UIT-CI en Venezuela
Con el trasfondo de una evidente apatía y un gran desinterés de la mayoría del pueblo venezolano, se llevaron a cabo en el país el pasado domingo 27, las elecciones de alcaldes y concejales.
En dichos comicios el partido gobernante (Psuv) pasó de detentar 212 alcaldías a 285. El sector de la oposición burguesa que participó en el proceso pasó de las 123 que obtuvo en las elecciones del 2021 a solo 50, es decir que perdió un total de 73 alcaldías.
Por su parte el gobierno chavista ganó todas las capitales estadales, salvo la alcaldía de San Carlos, capital de Cojedes.
Un dato resaltante es que el gobierno se quedó con la alcaldía de Maracaibo, la segunda ciudad del país. Previamente en las elecciones regionales de mayo le arrebató la gobernación del estado Zulia a Manuel Rosales.
Como lo caracterizamos en nuestra declaración previa a los comicios, se trató de una nueva farsa electoral en la que el verdadero triunfador fue la abstención. El gobierno a través del Consejo Nacional Electoral dice que la abstención fue de 56%, pero las imágenes y fotos que circularon por las redes, y lo que pudimos constatar en las distintas regiones es que la abstención fue más elevada que la de las elecciones de mayo. Sin temor a equivocarnos podríamos decir que en realidad, pudo estar entre un 85 a un 90%. Si el gobierno dice que fue 56%, que ya de por sí es alta, solo resta imaginar cuánto fue en realidad.
En los días previos a los comicios el desinterés era palpable. Incluso, había mucha gente que ni siquiera estaba al tanto que el domingo 27 habrían elecciones.
Lo que queda claro de esta nueva farsa electoral es el gran descontento con el gobierno de Maduro. El desinterés y la apatía, concretadas en la abstención, son expresión del contundente y generalizado rechazo al gobierno.
El pueblo venezolano no tiene ninguna confianza en el CNE, un organismo controlado por el gobierno, el cual el pasado año ejecutó un escandaloso fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio, que generó una explosión popular en las principales ciudades del país, que se saldó con 25 personas asesinadas, 100 heridos y más de 2000 detenidos. La reacción popular contra el fraude del pasado año, fue dejada al garete por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quienes se negaron a movilizar.
Después de ese monumental fraude, el pueblo trabajador ya no tiene ninguna expectativa en lograr los cambios a los que aspira mediante elecciones.
Las elecciones del pasado 27 de julio fueron el producto de un acuerdo entre el gobierno y los sectores patronales que avalaron la farsa electoral con su participación, con el objetivo de repartirse las alcaldías y concejales, a sabiendas que se iba a producir una gran abstención.
Mientras que el sector de la oposición patronal que se abstuvo, encabezado por María Corina, es el mismo que antes de las elecciones presidenciales del año pasado, llamaron a suspender las luchas de los trabajadores y sectores populares, hipotecando todo a un eventual triunfo de Edmundo González.
De acuerdo a los resultados oficiales, el gobierno avanza paulatinamente hacia un mayor control de las distintas instituciones del régimen político. Ahora se hizo con el control de 73 alcaldías que anteriormente estaban en manos de sectores opositores. Y le quitó la alcaldía de Maracaibo a Manuel Rosales. Prácticamente sacándolo del juego político, privilegiando las relaciones con Henrique Capriles y el sector que encabeza proveniente de Primero Justicia, así como con Fuerza Vecinal, que en realidad es una franquicia oportunista del partido de gobierno.
Como ya decíamos en nuestra declaración previa a las elecciones: “Nuestra tarea central hoy es fortalecer la lucha por salarios y pensiones iguales a la canasta básica, por la libertad de todos los presos políticos y la defensa de las libertades democráticas, así como impulsar la lucha por imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia que le dé respuesta a todos los males que aquejan al pueblo trabajador”.
Hay que avanzar en la organización paciente de los sectores populares y las trabajadoras y trabajadores. Insistimos que solo será con la movilización y la lucha que podremos derrotar el ajuste del gobierno, que aplica en acuerdo con el empresariado, y restablecer las libertades democráticas, los derechos del pueblo trabajador, y crear las condiciones para lograr un gobierno de las trabajadoras y trabajadores en camino al verdadero socialismo.
2 de agosto de 2025