Por Adolfo Santos, dirigente de Izquierda Socialista y UIT-CI
1/9/2025. Una verdadera rebelión popular se desató en Indonesia cuando se conoció que los 580 miembros de la Cámara de Representantes pasarían a percibir un salario equivalente a 14.000 dólares, además de asegurarse otros beneficios y prebendas. Fue la chispa que provocó el incendio en un país con una gran desigualdad social, donde la mayoría de la población trabajadora recibe salarios miserables. En concreto la bronca llevó a que la multitud incendiara dos edificios parlamentarios.
Las protestas, que han dejado muertos, heridos, edificios incendiados y saqueos en varias ciudades del país comenzaron el lunes 25 de setiembre en la capital, Yakarta, pero se fueron extendiendo a otras regiones de ese país insular que cuenta con 285 millones de habitantes y la mayor población musulmán del mundo.
Iniciadas de forma pacífica, las manifestaciones dieron un salto el jueves 28 de agosto cuando un vehículo policial, en medio de los incidentes, atropelló y mató a un joven conductor de la aplicación GoJek, (el “Uber indonesio”). La acción policial provocó una fuerte reacción popular, causando destrozos a la sede de la Policía y la quema de dos Cámaras de Representantes regionales lo que produjo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad donde fallecieron varias personas y fueron detenidos más de 1200 manifestantes. Lejos de calmar la situación, a pesar de la represión, la protesta continuó con la toma por asalto de viviendas de diputados y de la ministra de Finanzas, Sri Mulyani cuya casa en Tangerang fue saqueada por una multitud en la madrugada del domingo.
El alzamiento popular, obligó al presidente, el ex militar Prabowo Subianto a cancelar su viaje a China, donde iba a asistir al desfile del 3 de septiembre por el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. Apremiado por la movilización, este domingo 31 se juntó al Parlamento para anular los polémicos beneficios de los legisladores. Sin embargo, esas medidas no han logrado calmar los ánimos y grupos de protesta se mantienen por todo el país. “El gobierno indonesio es un desastre. El gabinete y el parlamento no van a escuchar las súplicas del pueblo. Siempre nos han mentido” dijo Suwardi, un vendedor de alimentos de 60 años de edad. Es el reflejo de un descontento social generalizado que se extiende a ciudades como Palembang (isla de Sumatra), Banjarmasin (Borneo), Yogyakarta (Java) y Macasar (Célebes) y a las provincias de Nusa Tenggara Occidental, Java Central y Java Occidental, donde varias sedes parlamentarias locales fueron atacadas y los cuarteles policiales se vieron rodeados por manifestantes con escenas de alta tensión.
No es casualidad esta rebelión, es una demostración más de la crisis capitalista que en medio de brutales ajustes contra el pueblo trabajador, mantiene privilegios absurdos a dirigentes políticos corruptos y a los dueños del poder económico provocando la indignación popular. El levantamiento del pueblo trabajador indonesio contra estas medidas del gobierno no ha terminado. Este lunes 1 de setiembre, continuaban las protestas en varias regiones del país, por tal motivo, la red social TikTok, que tiene 100 millones de suscriptores en Indonesia, suspendió temporariamente sus transmisiones en directo para evitar la propagación de noticias que puedan enardecer aún más a las masas. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores Cuarta Internacional (UIT-CI) apoyamos incondicionalmente estas manifestaciones y nos solidarizamos con la lucha del pueblo trabajador de Indonesia.