Por Juan Carlos Giordano, diputado nacional por Izquierda Socialista/FIT Unidad
29/10/2025. Las elecciones del 26 de octubre mostraron por un lado el sorpresivo triunfo del gobierno ultraderechista de Milei, que el peronismo de Fuerza Patria fue un claro perdedor y que la alianza de los gobernadores Provincias Unidas fue un verdadero fracaso. Por otro lado, en un marco de polarización donde las dos primeras fuerzas se llevaron el 74% (más de dos tercios), sobresalió el Frente de Izquierda Unidad, haciendo una gran elección en distritos fundamentales, logrando casi 900 mil sufragios en todo el país (897.063) y conquistando tres bancas al Congreso Nacional. Fuerza que usaremos para llamar a derrotar la motosierra de Milei, los gobernadores, el FMI y Donald Trump y la reforma laboral que preparan.
“Sorpresivo, inesperado”. Así reflejaron los medios el triunfo de La Libertad Avanza (LLA), en especial en la provincia de Buenos Aires. Algo que no tenía previsto ni siquiera el propio Milei. “¿En la cabeza de quién estaba que pudiéramos ganar la provincia de Buenos Aires?” (Clarín, 28/10). Todo en el marco de una abstención récord desde 1983, donde 11.459.149 personas no fueron a votar, 664.994 lo hicieron en blanco y 597.938 anularon su voto, mostrando el descreimiento ante esta democracia para los de arriba.
La alianza LLA más el PRO conquistaron el 40,65% (9.341.798 votos). Si bien sacó 3.789.496 votos menos que la suma de ambas fuerzas en 2023, le alcanzó para llevarse el triunfo en 16 provincias y estar cerca del tercio de bancas en ambas Cámaras del Congreso para blindar sus vetos o frenar un posible juicio político. Ahora usará esa mejor ubicación para que tras acuerdos con la oposición patronal cómplice, intente sacar las leyes que le piden las patronales, el imperialismo, Trump y el FMI, la reforma laboral antiobrera, la quita de impuestos para los grandes empresarios, una reforma penal con más mano dura y un nuevo ataque anti-jubilatorio para nuestros adultos mayores, entre otras.
El salvataje de Trump, el miedo al caos y el “voto vergüenza”.
¿Por qué ganó Milei si venía tan mal? Es la pregunta del millón. El gobierno venía de una contundente derrota por casi 14 puntos en las elecciones provinciales del 7 de septiembre en Buenos Aires; sacudido por la caída de su candidato narco José Luis Espert; la crisis política que llevó a las renuncias anticipadas del canciller Werthein y del ministro Cúneo Libarona (ahora retractado); el escándalo de Karina coimera y la desesperante situación de millones por sus ingresos de pobreza, el flagelo de los despidos y la recesión. ¿Cuáles son las razones entonces del triunfo? Se debe a varios factores.
El gobierno logró instalar que “no había que volver al pasado”, empalmando con el lógico repudio que se mantiene contra el desastroso gobierno peronista anterior que dejó un 42% de pobreza y un 211% de inflación. “La Libertad Avanza o Argentina retrocede” fue su consigna. El gobierno, a su vez, se cuidó en no mostrar la motosierra, incluso llegó a decir que se está mal, pero “no hay que tirar todo por la borda a mitad de camino”.
Su mensaje fue “es esto o la desestabilización y el caos”. Este mensaje fue acompañado por Donald Trump con la frase “si los argentinos no quieren morir hay que votar a Milei”. Que Estados Unidos estaba dispuesto a “ayudar” a la Argentina solo si ganaba el oficialismo, implementando un salvataje millonario para Milei, una soga que le permitió al gobierno llegar al 26 sin que el dólar le estalle en las narices y se produzca un desbarranque en la economía donde todo vuele por el aire. Salvataje que, como bien denunciamos, es para los bancos y los usureros internacionales, no para el pueblo trabajador, aunque se vio como una tabla de salvación ante la crítica situación que se está viviendo.
Nadie quiere una crisis social como la de 2001, con ahorristas a quienes los bancos le quitaron lo poco que tenían, agitada por el gobierno para sacar provecho. Esto provocó, por ejemplo, qué sectores populares que no habían ido a votar en las elecciones bonaerenses de septiembre lo hagan ahora por Milei, para evitar un “caos mayor”, sacando 850 mil sufragios más que entonces. Como dijo un analista político: “Se votó con el bolsillo, pero no porque la economía personal y familiar estén bien, sino por el temor a que empeore aún más”.
Se dio un voto silencioso (que no apareció en las encuestas), un “voto vergüenza”, no entusiasta por Milei. Lamentablemente es un voto equivocado, porque el gobierno lo va a usar para seguir aplicando su plan motosierra contra el pueblo trabajador.
Por último, otra razón de importancia para que el gobierno se pueda reacomodar, vuelva a mentir y logre este triunfo no es por ninguna “culpa de la gente” como se dice livianamente, sino por la complicidad que le vienen brindando la oposición patronal de la UCR, Pichetto, los gobernadores y también sectores del peronismo que le vinieron votando las leyes y los DNU a Milei, y en especial el rol de la CGT peronista, que está en un pacto con el gobierno, cuando debería haber encabezado un plan de lucha para derrotar sus políticas desastrosas.
El peronismo salió derrotado por culpa de su propia política y Provincias Unidas fue un verdadero fracaso.
El peronismo de Fuerza Patria sufrió una importante derrota. Perdió dos millones de votos comparado con las elecciones de 2023 (obtuvo el 31% con 7.268.611 sufragios). Salió derrotado en su distrito clave, la estratégica provincia de Buenos Aires. De ganar por amplio margen el 7 de septiembre pasó a perderla en tan solo un mes y medio. Kicillof, que se consideraba con la aureola presidencial para 2027, quedó chamuscado. La cara de shock que se le vio a Máximo Kirchner en el búnker del domingo lo decía todo: la derrotada había sido la lista que había confeccionado su madre, Cristina Fernández de Kirchner, poniendo a Taiana encabezando la lista bonaerense al que los menores de 35 años ni lo conocen. Lista de “unidad” donde iban todos los sectores, desde Massa, Grabois y burócratas sindicales.
Los pases de facturas no se hicieron esperar, encima Cristina bailó en el balcón tras la derrota, lo que cayó muy mal entre sus filas. La camporista de Quilmes, Mayra Mendoza, fue la primera en encender la mecha: “Cristina tenía razón en que no había que desdoblar la elección”. Del otro lado, quienes responden a Kicillof, le contestaron “si ganábamos era la lista de Cristina, como perdimos la culpa es de Axel”. La crisis que viene de antes, ahora se agravó con la derrota.
Muchos la atribuyen a que en septiembre votaron los extranjeros más afines al peronismo y ahora no, que los intendentes se jugaron el 7 de septiembre porque dependía su continuidad y ahora no lo hicieron, entre otras argumentaciones. Pero lo que no pueden ocultar es que la ultraderecha de Milei les arrebató la provincia y eso merece una explicación.
Por las redes, sectores del peronismo vuelven al argumento que ya esgrimieron en 2023, que “la culpa es de la gente que lo votó”, amparando de esa forma su claudicación en dejar correr a Milei en estos dos años. Pero esto se explica porque el peronismo cuando gobernó con Alberto y Cristina fue un desastre, generando el caldo de cultivo para que surgiera la ultraderecha de Milei. Y si ahora le ganó al peronismo en provincia, es porque es mentira que la provincia está “blindada” del ajuste de Milei como dice Kicillof, cuando la pobreza, el hambre, los salarios miserables en la docencia y en la salud pública son la constante. La política del peronismo en estos dos años ha sido “que Milei se desgaste y nosotros nos preparamos para capitalizar electoralmente”. Eso se ve, entre otras cosas, en que la CGT peronista sigue en un pacto con el gobierno dándole la espalda a luchas heroicas como la del Garrahan, jubiladas y jubilados, dejando pasar los despidos o firmando paritarias al 1%. Es decir, sin hacer nada para por lo menos “ponerle un límite” a la motosierra de Milei. Este es el trasfondo de la derrota del peronismo, generando decepción en su base social, la cual, una parte, votó por el Frente de Izquierda.
Lo mismo decimos para explicar la tremenda derrota de Provincias Unidas, la lista impulsada por los gobernadores, el de Córdoba (Llaryora), Santa Fe (Pullaro); Chubut (Nacho Torres); Jujuy (Sadir) y Corrientes (Valdez) este último el único ganador por casi nada, el resto todos derrotados. Quedaron atrás del Frente de Izquierda en la Provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza, San Luis, Tierra del Fuego y no se presentaron en 9 distritos. El caso emblemático fue el de Schiaretti en Córdoba, a quien daban como gran ganador, perdiendo por el 42% con una diferencia de 14 puntos con un desconocido mileísta, el tal Gonzalo Roca. ¿Las razones? Por haber sido cómplices de Milei y aplicar el ajuste en sus provincias.
Los 900 mil votos del Frente de Izquierda lo consolidan como la única alternativa obrera y socialista para pelear por los cambios de fondo que necesita el pueblo trabajador.
El Frente de Izquierda hizo una gran elección nacional obteniendo 900 mil votos (3,7%). Es decir, 111 mil votos más que en 2023. El FITU logró obtener dos bancas por la Provincia de Buenos Aires (con el 5,04%-438.747 votos) asumiendo el 10 de diciembre Nicolás del Caño (PTS) y Romina del Plá (PO), bancas que ocuparemos más adelante en nombre de Izquierda Socialista, como parte del mecanismo de rotación, junto a nuestra compañera delegada ferroviaria, Mónica Schlotthauer (quien asumirá a su vez este 10 de diciembre como diputada en la legislatura de provincia de Buenos Aires). Y logramos otra banca por CABA con Myriam Bregman (9,11%-148.438 votos), la que también rotará con nuestra compañera de Izquierda Socialista Mercedes de Mendieta, actual diputada nacional.
El FIT-U, con sus lógicas desigualdades por distrito, obtuvo entre sus votaciones más destacadas el 9,85% en Jujuy, el 5,13% en Chubut, 4,86% en Santa Cruz, 4,51% en Neuquén, 3,49 en San Luis, 3,44% en Mendoza, 3,24% en Tierra del Fuego, entre otros buenos resultados como los logrados en el conurbano. De esta manera, el Frente de Izquierda logró tener el apoyo de una importante y valiosa franja de votantes proveniente del movimiento obrero, el movimiento estudiantil, de mujeres y disidencias, la juventud, entre las y los artistas, referentes de la cultura y la lucha ambiental, entre otros, adquiriendo una enorme personalidad por su coherencia en el enfrentamiento a la motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI, por haber estado en todas las luchas, por levantar de manera consecuente la bandera de la causa palestina contra el genocidio israelí y contra el pacto colonial de Milei con el imperialismo norteamericano, Donald Trump y el FMI.
A prepararse para enfrentar lo que se viene
Tras el triunfo electoral de Milei tiene un gran desafío. Tiene que avanzar con su plan motosierra, con más ataques a la clase trabajadora y a distintos sectores populares, y sabe que va a haber resistencia por parte del pueblo trabajador que va a dar pelea, como se ha demostrado en estos dos años de gobierno ultraderechista. Teniendo a la vanguardia a las y los jubilados, al Garrahan, a las personas con discapacidad, a las universidades, a la docencia, a trabajadoras y trabajadores de la salud, choferes, metalúrgicos de Tierra del Fuego, al movimiento de mujeres y disidencias, de la cultura, solo por nombrar algunos ejemplos. Nuestro pueblo trabajador, a pesar del rol traidor de la CGT, no ha dejado de luchar y lejos está de haber sido derrotado, como quisiera Milei. A tal punto que le arrancó tres paros generales contundentes a la CGT.
El triunfo de Milei no significa ningún cheque en blanco para avanzar en liquidar aún más el salario, con más despidos y represión. Por eso si bien ganó, no ha habido euforia el día después en las calles o lugares de trabajo, salvo en las bolsas, el FMI y los grandes empresarios, o saludos por el triunfo de la ultraderechista Meloni de Italia y el genocida Netanyahu.
Los gobiernos que han creído que estos triunfos lo autorizan para más ataques han tenido problemas. Muchos ponen de ejemplo el triunfo de Macri en 2017 y su posterior derrota, repudiado por cientos de miles precisamente por querer aplicar una repudiable reforma jubilatoria.
Desde el importante apoyo recibido por el Frente de Izquierda llamamos a organizarnos en cada lugar de trabajo, estudio y barrio para sacar conclusiones y prepararnos para enfrentar la motosierra de Milei, los gobernadores, el FMI y Donald Trump; para decirle no a la reforma laboral; para pelear por un urgente aumento de salario y jubilaciones; para que la plata vaya a los sectores populares, no al Fondo Monetario. Denunciando a la CGT, exigiendo que rompa el pacto con el gobierno y convoque a medidas de lucha. Mientras seguimos fortaleciendo a las y los nuevos dirigentes sindicales y de los distintos sectores sociales para dar esta pelea y al Frente de Izquierda Unidad, como la única alternativa política contra el gobierno y el peronismo, que postula una salida de fondo en beneficio del pueblo trabajador.

































