¡Los trabajadores son los que deberían solucionar los problemas de la clase obrera!
El Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan perdió las elecciones municipales en Ankara y Estambul que había ganado 25 años atrás y gobernado ininterrumpidamente desde entonces. De acuerdo con los resultados de las elecciones del 31 de marzo, el AKP perdió 6 ciudades, 8 provincias y 73 distritos municipales. A pesar de todos los esfuerzos de Erdogan de mostrar la parte buena, el AKP sufrió una derrota histórica electoral.
Esta derrota electoral se ha debido a que el sistema presidencial liderado por Erdogan no puede solucionar los problemas, además del profundo descontento creado por el impacto de la crisis económica, el favoritismo y la corrupción. La causa del porque de que esta derrota electoral del AKP no significó su caída del poder es clara. Por un lado, sigue faltando una dirección creíble de la clase trabajadora para organizarla y movilizarla. Y por otro, la oposición burguesa que es totalmente incapaz de crear una alternativa democrática al sistema presidencial y dictatorial de Erdogan, con sus políticas reformistas contribuye a la desmovilización de los sectores populares.
Mientras tanto, la victoria de la oposición en las grandes ciudades rebatió el argumento de algunos sectores de la izquierda de que es imposible derrotar el AKP a través de las elecciones por su carácter “fascista”. Y contradictoriamente con tal explicación llamaron a votar a los partidos reformistas del sistema, creyendo que eso erosionaría al partido gobernante y el régimen. Sin embargo, el factor determinante ha sido las necesidades y las exigencias urgentes del capital financiero y la actitud del estado burocrático en función a estas necesidades. Así que Erdogan se vio obligado aceptar la victoria de la oposición en 9 ciudades (de las cuales 6 son metrópolis) y 17 distritos además de Estambul y Ankara en favor de la oposición.
Ya Erdogan no puede gobernar solo
AKP no pudo correr el riesgo de presentarse solo a las elecciones y tuvo que renunciar a 4 provincias y 36 distritos municipales en favor de su aliado ultranacionalista MHP (Partido de Acción Nacionalista; AKP y MHP formaron “Alianza Popular” para las elecciones). Esto muestra que el nuevo régimen no se puede sostener únicamente con el AKP. Erdogan tuvo que compartir el poder con otros que hasta hace dos años eran enemigos.
El líder del MHP, Devlet Bahçeli, tuvo que reconocer la derrota con “madurez”, a pesar de que justo antes de las elecciones había sostenido que perder las alcaldías de Estambul y de Ankara y obtener votos por debajo del 52% sería catastrófico y podría provocar el cuestionamiento del régimen de “líder único”. Ahora se calla pues para la burguesía la crisis económica necesita “estabilidad” y además donde su partido ganó las alcaldías sus votos vinieron principalmente de los votantes del partido aliado que es AKP.
Los aspectos antidemocráticos de las elecciones en las ciudades kurdas
Las elecciones del 31 de marzo revelaron el costado represivo del régimen bonapartista. Especialmente en las ciudades kurdas, los observadores de las elecciones han sido testigos de que las fuerzas de seguridad del Estado llenaron las urnas votos a favor del AKP y entorpecieron totalmente la votación en Şırnak. Aunque negaron estas acusaciones, se ve la gravedad del problema. A pesar de que el gobierno movilizara todos sus recursos para dominar en las ciudades kurdas, el HDP (Partido Democrático de los Pueblos) recuperó 8 ciudades más grandes además de decenas de municipios locales en la zona.
Sin embargo, la disminución de la participación en las ciudades kurdas y el hecho de que HDP perdiera en varias localidades no se puede explicar solo con la represión del gobierno. Una de las debilidades más importantes de HDP para los votantes kurdos es no haber presentado hasta ahora un modelo de municipio social a favor de los trabajadores.
Alianza Nacional (CHP+IYI) reconoce el régimen bonapartista
De hecho, las elecciones del 31 de marzo tenían la dinámica de cuestionar el régimen bonapartista (popularmente “líder único”). Sin embargo, tanto el CHP (Partido Popular Republicano, seguidores de Kemal Atatuk, el fundador de la república,) como el IYI (Partido Bueno), aliados en “Alianza Nacional”, rechazaron disputar la legitimidad del régimen opresivo dictatorial en todo el curso electoral. De tal manera que apoyaron el partido fascistoide en una ciudad donde HDP tenía mejor opción de ganar.
Al decir «Quien ha perdido en Ankara es Ozhaseki (candidato del AKP para Ankara), todos los partidos han ganado» en su declaración de victoria en Ankara sin ninguna referencia concreta a las prácticas antidemocráticas durante el proceso electoral, Mansur Yavaş (candidato del CHP) expresó implícitamente que quisó acreditar la derrota del candidato del AKP y no denunciar al conjunto régimen de Erdogan.
En los municipios en que ha ganado, la Alianza Nacional no promete nada para ser considerado como un avance en enfrentar los problemas urgentes de los trabajadores. El líder del CHP, Kemal Kılıçdaroğlu, había anunciado el 24 de junio pasado, es decir 9 meses antes de las elecciones, que el salario mínimo debería ser de 2200 liras turcas y así lo harían en los municipios donde gobernarán; sin embargo, hoy aún sostiene la misma cuantidad a pesar de que durante el mismo periodo la tasa de inflación ha superado el 20% y alcanza hasta el 40% en productos alimenticios. Por otro lado, la pregunta actual es si los alcaldes de CHP en los municipios en que relevaron a los de AKP van a examinar como lo han prometido en el curso electoral las actividades de corrupción documentadas en los informes del Tribunal de Cuentas y en las declaraciones de los trabajadores municipales.
Los sectores de las masas que se opusieron a las prácticas económicas del AKP en favor del patronal y de las administraciones locales y votaron a favor de la Alianza Nacional, no deben renunciar a sus reivindicaciones básicas. Deberían presionar a los partidos por los que votaron, exigir que estén al servicio del pueblo, denunciar todas las prácticas antidemocráticas y garantizar una administración transparente. Ekrem Imamoglu (el nuevo alcalde de Estambul del CHP), Mansur Yavaş y muchos otros deben su victoria a las masas que impidieron el robo de los votos y el fraude del poder gobernante. La verdadera victoria pertenece a las masas. Las masas no son solamente unos recursos de votos sino son trabajadores cuyos necesidades y exigencias deben ser cumplidos.
Situación de la clase obrera
Desafortunadamente, la clase trabajadora fue a las urnas en un estado de debilidad, desorganización y sin una alternativa política. Esta situación ha sido reflejada en los resultados electorales, ya que la derecha obtuvo índices similares, con pequeños cambios, a las elecciones previas en las ciudades industriales como Kocaeli, Zonguldak y Manisa. Tampoco se pudieron levantar las demandas sociales. El próximo período mostrará el grado de distanciamiento del AKP de la clase trabajadora y las masas pobres en ciudades como Adana, Antalya, Kırşehir y Artvin.
La izquierda, que apoyó al CHP, ahora comparte la responsabilidad de todas las políticas anti obreras que implementará el CHP
Ahora todos los socialistas que llamaron a votar al CHP (Kemalistas) deberán mantener un seguimiento de control en las municipalidades gobernadas por los alcaldes del CHP, y realizar acciones en favor de la unidad de los trabajadores, independientemente de los patrones para seguir exigiendo el cumplimiento des las demandas de la clase obrera en las municipalidades.
Las organizaciones de la clase trabajadora, incluidos los sindicatos contrarios a las políticas del gobierno también apoyaron los partidos de la oposición burguesa reformista y kemalista (nacionalistas republicanas). Ahora las burocracias de esas organizaciones serán responsables y cómplices de todas las acciones en contra de los trabajadores que la Alianza Nacional realice en los municipios que dirige. Las organizaciones profesionales y los sindicatos deberían presentar programas para tomar medidas contra la destrucción ecológica y en favor de la clase trabajadora, presionar y demandar a los gobiernos de las alcaldías el cumplimiento de esos programas.
En el próximo período, el impacto de la crisis económica se profundizará y, como explicó Erdogan, un pesado paquete de medidas económicas será implementado. Las consecuencias de la caída del dólar serán más profundas. El gobierno de Erdogan está bajo la presión del capital financiero imperialista a través del FMI, del gobierno de los EE.UU. y la banca extranjera. Tiene que pagar este mismo año 173 mil millones de dólares de la deuda externa. Tiene que buscar inversión externa para animar la producción nacional que está cayendo fuertemente. La inflación y la desocupación siguen aumentando. Y el gobierno prepara la factura para las clases populares. Hay que rechazar pagarla.
Debemos crear y reforzar un frente obrero para que profundizar la derrota electoral del AKP con movilizaciones concretas. Así como nuestro camarada Mehmet Nuri Koç, candidato obrero a la alcaldia en Manisa Şehzadeler, dijo en su llamamiento a toda la izquierda: “Solo los trabajadores pueden solucionar los problemas de los trabajadores.”
Declaración del Partido de la Democracia Obrera (IDP) de Turquía. Sección de la UIT-CI
8 de abril de 2019