Mercedes Petit • (Mayo 2011)
Finalmente, en abril se realizó el VIº Congreso del Partido Comunista, gobernante en Cuba. Se lo venía postergando desde hace nueve años. Su resultado fue el previsto: ratificó plenamente las medidas de restauración capitalista que se vienen implementando desde hace tiempo. Por supuesto, repitiendo una y mil veces que así se «actualiza el socialismo».
Un aspecto novedoso del Congreso fue la realización de un multitudinario desfile, en homenaje al gran triunfo que significó el aplastamiento de la invasión yanqui en Playa Girón hace 50 años. Estuvo antecedido por un desfile militar, en el estilo clásico de la antigua burocracia del Partido Comunista de la URSS. Hace años que el gobierno no hacía una movilización masiva. El 1º de enero de 2009 se recordaron los 50 años de la revolución en un pequeño acto en Santiago de Cuba, con entrada especial para un par de miles de jerarcas y funcionarios, y trasmitido por televisión. Quizá ahora la burocracia gobernante quiso mostrar un “baño de masas” para despejar comparaciones con el aislamiento y derrota de las dictaduras de Egipto y Túnez. Al igual que el 1º de enero de 2009, no participaron invitados de ningún gobierno o partido comunista extranjeros.
No hubo ningún debate democrático
Según la conducción del gobierno y el PC cubanos, el Congreso fue precedido por meses de supuesto debate democrático, “millones” participaron y Raúl repitió hasta el cansancio que “es el pueblo el que decide”. En el cierre del Congreso dijo “todo se incorporó”, anunciando que el texto será “reelaborado”. Los seguidores del presidente Chávez repiten que hubo “debate democrático”.
Es cierto que se hicieron miles de reuniones. Pero la gente era obligada a asistir, para recibir “explicaciones” y “esclarecimientos” sobre el “Proyecto de lineamientos de la política económica y social”. Todo en medio de repetir sistemáticamente las mentiras sobre la “irreversibilidad del socialismo”, y sin que existieran canales de expresión para ningún debate. Los comentarios, las inquietudes y el descontento circulaban en la calle, en las casas y en susurros.
No hubo un auténtico debate porque el más de un millón de despidos y la mayor parte de los 291 puntos ya estaban aprobados en la Asamblea Nacional, y en marcha, como la legalización de las 178 actividades para individuos privados. Porque nunca se informó ni se discutió sobre el hecho de que los principales rubros de la economía están hace rato en manos de empresas mixtas con las multinacionales extranjeras (como níquel, turismo, hidrocarburos, telecomunicaciones, entre otros). Porque los “lineamientos…” están llenos de falsedades y omisiones. Un ejemplo: desde la introducción se hace una lista de países con “relaciones comerciales y financieras”, donde se omite mencionar a España y Canadá, de lejos los principales socios, o a EE.UU., con relaciones económicas muy superiores a las que tienen con Angola o Argelia… Por supuesto que no se debatió ni se dio información fidedigna sobre la verdadera situación
del pueblo libio, que lucha armas en mano contra la dictadura de Kadafi, apoyada por Fidel. Con mentiras y silencios no hay debate democrático.
Pero la prueba más contundente la dio Raúl Castro. Él mismo, y casi todos los medios cubanos y extranjeros, señala que la decisión más novedosa e
importante del VI Congreso fue que se limitará a dos períodos de cinco años la permanencia en cargos de dirección. Esta medida nunca se debatió en el
precongreso, no estaba en el temario (centrado en “economía”), y se presentó para su aprobación con la “unanimidad” heredada del monolitismo de la burocracia de la antigua URSS. La conducción del PC la sacó a último momento de la manga en un intento por lavarse la cara, ante la preocupación del régimen por la rebelión de las masas árabes contra sus dictaduras de 30 o 40 años.
En Cuba la “información” está totalmente restringida y deformada en función de las campañas del gobierno, difundidas por los monopólicos medios de comunicación oficiales. Y no hay derecho a reclamar, protestar o disentir. Quien pretenda hacerlo será tildado de inmediato de “contrarrevolucionario”,
“mercenario”, etcétera., y perseguido.
No se actualiza ningún “socialismo” y sigue el capitalismo ya vigente
Con previsible unanimidad, el VI Congreso avaló el millón de despidos (pero graduales…), la liquidación de la libreta de alimentos (ver recuadro), y el capitalismo de empresas mixtas que funciona hace años. Esa es la verdadera síntesis de lo ocurrido.
Fidel Castro, en su reflexión, insistió con la consigna oficial “Cambiar todo lo que sea necesario”. ¿Qué cambios impulsa la burocracia gobernante del PC Cubano y fueron ratificados por el Congreso? Desde hace dos décadas los cambios significan la apertura a la restauración del capitalismo*. Desde 1991, cuando se realizó el Cuarto Congreso, y desde 1992, con la nueva Constitución, se fueron abandonando los pilares del “modelo socialista” que había surgido de la revolución y que llevó al pueblo cubano, aún cuando existieran grandes limitaciones y sin libertad, a conquistas incomparables en el terreno de la salud, la educación y los deportes. Se fue abandonando el monopolio del comercio exterior, se comenzó la descentralización de la planificación económica y se restableció el derecho a la inversión de las multinacionales extranjeras (expulsadas desde 1960-61), a través de las empresas mixtas, todos funcionamientos básicos del capitalismo. Desde entonces, con idas y venidas, con el apoyo directo del imperialismo europeo, fundamentalmente de España, y de Canadá, se viene restaurando el capitalismo en Cuba. Esos son los hechos, históricos e irrefutables, que esconden los hermanos Castro con sus falsedades y mentiras.
Es capitalismo que se recargue de impuestos a miles y miles de cubanos pobres que intentan transformarse en cuentapropistas porque son despedidos.
Nada se informa ni se discute sobre los impuestos que pagan las multinacionales, ni cuánto suman las jugosas ganancias que envían a sus casas matrices.
Entre silencios y mentiras, el Congreso del PC aprobó nuevos ajustes al castigado pueblo cubano, que seguirán profundizando la desigualdad social y los privilegios de una minoría de nuevos ricos, funcionarios y oficiales del Ejército, beneficiada por la restauración capitalista. Por eso se aprobaron medidas
como los recortes a la salud y educación gratuitas y continuar la eliminación de la libreta de alimentos. Por eso no se discutió la miseria salarial reinante.
La dictadura china envió un mensaje de felicitación el domingo 17 de abril, donde dice que “se deleita con los avances que el PC cubano ha logrado desde la anterior edición del Congreso”. Las similitudes entre los “modelos” de superexplotación capitalista reinantes en ambos países son innegables. Y los burócratas chinos se suman también en su mensaje a la mentira de que sigue el “desarrollo de la causa socialista cubana”.
El conocido economista oficial Omar Everleny Pérez Villanueva, resumió con sinceridad la situación y los “cambios” de Fidel y Raúl en Le Monde Diplomátique: “Si, hay gente que va a perder con las reformas. Si, hay gente que va a estar desocupada. Sí, las desigualdades van a aumentar. […] Esas desigualdades ya existen, lo que hoy tenemos es una falsa igualdad. Lo que hay que determinar ahora es quién merece realmente estar más arriba” (Nº 142, abril 2011).
Está planteada la lucha por un verdadero socialismo
Según Raúl Castro, lo más importante es “cambiar la mentalidad”. Según él, la mayor traba es que el pueblo cubano seguiría atado a dogmas y consignas del
pasado. No es así, la mayor traba para que el pueblo cubano recupere y mejore el bienestar que alguna vez disfrutó gracias a los logros de la revolución,
es el gobierno actual, la burocracia del PC y los nuevos ricos. El VI Congreso lo ha demostrado una vez más, con su monolitismo propio de una vieja dictadura estalinista, al servicio de un modelo capitalista. Por eso se reiteran las comparaciones con el PC Chino.
Como socialistas revolucionarios, que siempre hemos estado en la primera fila en defensa de la revolución y sus conquistas, contra el bloqueo yanqui y
contra cualquier tipo de agresión a Cuba, hacemos un llamado a la solidaridad con los trabajadores, la juventud y todo el pueblo cubano. A la difícil situación que viven, de falta de libertades, represión y creciente desigualdad y penurias provocadas por la restauración capitalista, se suma la profundización del ajuste iniciado el año pasado, avalado ahora por el VIº Congreso. Aquellos tendrán que movilizarse por aumento de salarios, empleo digno, en defensa de la salud,
la educación y todo aquello que queda aún de las conquistas de la revolución. Defendemos su derecho a organizarse, tener libertad para formar sindicatos y
partidos políticos, centros estudiantiles, hacer huelgas y manifestarse.
Demoliendo las mentiras de los hermanos Castro, el PC y otros gobiernos capitalistas como el de Chávez, que los avalan, está planteado la lucha por un
verdadero socialismo, con democracia para los trabajadores, la juventud y el pueblo cubanos.