Entre los días 17 y 18 de marzo de 1871, los obreros y artesanos de París, se levantaron en armas contra el dominio de la burguesía. Fue una decisión políticamente bien decidida, ante el inminente ingreso del ejército prusiano y ocupar la capital. La burguesía había huido y Thiers, capitulaba ante los prusianos vergonzosamente, cediendo una gran extensión del territorio francés y pagado grandes sumas de dinero como indemnización de guerra (aceptado en el tratado de paz con Prusia) y permitiendo se posesione de la capital.
El pueblo francés estaba agobiado por la guerra y los obreros sujetos a la más agobiante explotación. Las injusticias sociales se profundizaron y se produjo una polarización extrema entre los ricos y los pobres. Los gastos de la guerra recaían sobre las espaldas de los campesinos, obreros y artesanos. Estos jamás permitirían el desastre de Francia y como el gobierno de Napoleón III, era tan impopular e indeseable, los obreros, los artesanos y la Guardia Nacional, tomaron el arsenal y los cañones, proclamando la Comuna de París; es decir, proclamaron el primer gobierno obrero del mundo! Fueron días de grandes convulsiones de la sociedad, pues era la primera vez que los obreros “tomaban el cielo por asalto” Los obreros de Europa se electrizaron por la noticia y corrió la voz de solidarizarse con la revolución obrera.
De inmediato levantaron más de 600 barricadas en los puntos estratégicos de la ciudad, que duró todo el gobierno de la Comuna.
El 28 de marzo, el gobierno obrero de la Comuna, con el pueblo en armas, se proclamaron como la única autoridad local, enarbolando la bandera roja en reemplazo de la tricolor; declarando que la bandera la de Comuna es la “bandera de la República Mundial” y conformando un gobierno con 92 consejeros, elegidos por sufragio universal en los diferentes distritos de la ciudad, todos elegidos democráticamente. La mayoría eran obreros o dirigentes reconocidos como representantes de la clase obrera. La Comuna no era un cuerpo parlamentario, sino un cuerpo legislativo y ejecutivo a la vez. La policía fue despojada de sus privilegios y atribuciones políticas y transformadas en una organización sujeta a la Comuna y revocables en todo tiempo. Lo mismo eran los funcionarios públicos de toda la administración. Se abolió el servicio militar obligatorio y el ejército permanente; oficializando a la Guardia Nacional como la única fuerza armada del pueblo.
De inmediato se pusieron a recomponer los derechos sociales, se abolió la pena de muerte en la guillotina, el trabajo nocturno en las fábricas, se suprimieron los intereses por deudas, se otorgó pensiones a las viudas de héroes de guerras. Se crearon guarderías y se impulsó la educación elemental como derecho de todos. Se crearon escuelas para mujeres. Se separó a la iglesia del tema educativo, transformándose la educación en laica. La comuna tomó posesión de los bienes de la iglesia.
Ante la magnitud de los acontecimientos, la burguesía francesa, desplegó todos sus esfuerzos en pedir auxilio a la burguesía europea y de manera particular a Prusia, pidiéndole que organizara un ataque contra la Comuna. Thiers logró de Bismarck, la anulación del tratado de Francfort y obtuvo la devolución de soldados prisioneros. Con el respaldo de toda la burguesía europea a comienzos de mayo, Thiers dispone ya de un ejército de 130.000 soldados, dotados con todo tipo de armamento. Los ejércitos burgueses entraron a París el 21 de mayo. La superioridad bélica fue determinante y dieron muerte a miles de combatientes comuneros. La batalla duro casi dos semanas. Las barricadas obreras fueron cediendíendo centímetro a centímetro, hasta que finalmente fueron derrotados. Los miles de prisioneros que eran obreros, mujeres y niños, día a día fueron fusilados y asesinados. Otros miles de prisioneros fueron a parar a la cárcel y a realizar trabajos forzados. El 28 de mayo, se anuncia oficialmente la entronización nuevamente del régimen burgués.
En Bolivia, hemos vivido, un proceso de revolución obrera en los días 9, 10 y 11 de abril de 1952. El golpe de estado gestado por el MNR y los Carabineros de la policía, se convirtió en una insurrección de los trabajadores. A diferencia de la Comuna de París, en la ciudad de La Paz, los obreros insurrectos, destruyeron al ejército. En su lugar, se organizaron las milicias obreras, que de inmediato controlaron todo el Estado. La presencia obrera era tan determinante, que se fundó la Central Obrera Boliviana con participación de todos los sindicatos del campo y de las ciudades, más el Partido Obrero Revolucionario, el PCB y el nacionalista MNR.
Al poco tiempo el gobierno de Paz Estensoro, pediría auxilio a Estados Unidos para rearmar el ejército y desde el gobierno, impedir que los obreros avancen en el objetivo de conquistar el poder. Asimismo, en 1971, los obreros y trabajadores de las ciudades y del campo, organizaron la Asamblea Popular y como máxima autoridad de los trabajadores, planteó en sus documentos fundamentales, la instauración de un gobierno obrero. Lamentablemente, el no haber conformado un real partido revolucionario y estructurado la unidad de acción con los otros partidos de izquierda, el proceso fue truncado por el golpe militar de Hugo Bánzer Suárez. En los combates del 21 de agosto de 1971, el pueblo paceño, derrotó a las tropas del ejército en el cerro de Laikakota, pero como la Asamblea no contaba con un plan militar, fueron derrotados por la ofensiva fascista.
La revolución obrera desde su primera experiencia en la comuna de París, pasando por la revolución Rusa, la China y la Cubana, hasta nuestros días, nos enseña, sin lugar a dudas, que es factible la conquista del poder y que es factible, a partir del gobierno obrero, reconducir los destinos de la sociedad.
Los militantes de la ARP, rendimos nuestro profundo homenaje a los heroicos obreros de la Comuna de París, ellos viven en el corazón y en la conciencia de centenas de millones de obreros del todo el mundo.
LP,28-III-1 VIVA LA COMUNA DE PARIS!
*Gonzalo Sanjinés es Miembro de la Dirección Nacional de Alternativa Revolucionaria del Pueblo.