Por Movimiento Socialista de los Trabajadores, República Dominicana
La ola de indignación y rebeldía contra el racismo, que se ha iniciado en Minneapolis luego del asesinato de George Floyd y ha sacado a millones a las calles de EEUU, se ha hecho presente en todos los continentes, en grandes demostraciones de solidaridad. República Dominicana, uno de los países con las peores expresiones de racismo institucional y estructural en el mundo, no podía permanecer aislada de este fenómeno.
Sin la masividad de las manifestaciones antirracistas en otras latitudes, en condiciones difíciles, fue convocado por once organizaciones un acto de solidaridad para el 9 de junio con el título de “Una flor para Floyd y contra el racismo”. Un sencillo acto en el que se depositarían flores en el histórico lugar de Santo Domingo en el que fue exhibida la cabeza de Lemba, el gran dirigente de la lucha antiesclavista del siglo XVI.
Inmediatamente se desató una contraconvocatoria por parte de grupos racistas de extrema derecha, quienes apoyan el racismo tanto en EEUU como en la propia República Dominicana. Son grupos de características paramilitares y una ideología afín a la del dictador militar y genocida Trujillo, quien en 1937 perpetró la peor campaña de limpieza étnica del siglo XX en la región, mediante la cual se asesinó a más de 30 mil personas haitianas y dominicanas de ascendencia haitiana. Los voceros de estos grupos fascistas realizaron a través de los medios digitales y redes sociales amenazas de muerte en contra del activismo antirracista, declarando que consideraban una ofensa a la “patria” la realización de un homenaje a George Floyd.
Desde las 8 de la mañana los fascistas empezaron a concentrarse en el Parque Independencia, frente a la esquina donde debía realizarse el homenaje y la manifestación antirracista. El punto de concentración era acompañado por la Policía Nacional, tal y como está documentado en videos y fotografías. Se puede apreciar cómo confraternizan los fascistas y los policías. Dos horas más tarde, cuando se inició el acto en homenaje a George Floyd, en apoyo a la lucha antirracista en EEUU y contra el racismo en RD, con la colocación de flores, velas, y pancartas de Black Lives Matter, el grupo de fascistas arremetió de manera coordinada con la policía. El grupo actuó a sus anchas, unas cincuenta personas, en su mayoría lúmpenes y desclasados, ex militares y ex policías, dirigidos por un abogado y un cuadro profesional de El Nuevo Diario, un periódico de extrema derecha. La policía detuvo arbitrariamente a las activistas antirracistas Ana Belique y Maribel Núñez y al activista de izquierda Fernando Corona, para la satisfacción de los fascistas. Los antirracistas éramos más numerosos pero la acción de la policía, que alegó actuar en función del estado de emergencia que prohíbe las concentraciones, generó dispersión y desconcierto. De todos modos, y a pesar de todo, el acto en homenaje a George Foyd se realizó. Los fascistas y la policía no se salieron con la suya. Lo que es más importante, a nivel nacional e internacional quedó demostrado que en RD hay racismo, hay un Estado racista y un gobierno cómplice de grupos fascistas. Y esto es muy importante para las luchas que vienen.
No es la primera vez que los neonazis y fascistas, autodenominados “nacionalistas”, amenazan con “derramar sangre” si se realizan actividades públicas contra el racismo o en defensa de los derechos de las personas inmigrantes. También han amenazado públicamente a periodistas, trabajadores y defensores de derechos humanos. El jefe de la policía nacional, Ney Aldrin, en 2018 realizó declaraciones en defensa de uno de estos grupos fascistas, negándose a investigar las amenazas de muerte contra el periodista Marino Zapete y asegurando que a dicho grupo, cuyo lema es “Dios, Patria y Libertad”, lo integraban “jóvenes… luchando por los valores de nuestros hijos y ojalá que existan más personas dispuestas a luchar por los valores de este país”. Uno de esos “valores” obviamente es un racismo rabioso.
Ahora todo ha quedado expuesto ante los ojos del mundo, precisamente en el medio de una de las más inspiradoras y potentes movilizaciones antirracistas de carácter internacional. Llamamos a la solidaridad a las organizaciones antirracistas del mundo, que denuncien la situación de la República Dominicana, donde se criminaliza el antirracismo y se aúpa y protege al racismo y el fascismo, todo ello al servicio de una voraz burguesía que superexplota a miles de trabajadores inmigrantes y racializados. También se ha ratificado la necesidad de articular un gran frente antirracista que pueda luchar de manera unitaria y sostenida por los derechos democráticos elementales que son sistemáticamente atropellados por el gobierno. Acompañar la lucha contra la desnacionalización de las personas dominicanas de ascendencia haitiana, luchar contra los linchamientos racistas y por justicia para sus víctimas, defender el derecho a la sindicalización de los trabajadores inmigrantes y a las pensiones, como en el caso de los cañeros, acabar con la tolerancia estatal para las acciones de odio racista. La oposición en las venideras elecciones reproduce los mismos discursos racistas y xenófobos del gobierno, pues también representan los intereses de la burguesía: nada se puede esperar de ellos. De nuestra propia organización y movilización depende la conquista de la igualdad y la derrota del racismo, como parte de la lucha contra el capitalismo. Tendremos la última palabra.