Por MST, sección de la UIT-CI de Chile
29/12/2021. El aplastante triunfo de Boric (55,87% de los votos) contra el pinochetista Kast (44,13% de los votos) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, fue un rotundo triunfo del pueblo y la clase trabajadora, la juventud, la disidencia sexual y otros. Millones en las grandes ciudades, en la mayoría de las regiones y las comunas obreras y populares del país, se volcaron masivamente a derrotar el peligro que significaba que el gobierno quedara en manos de un amante de la dictadura, misógino, que odia a la disidencia sexual, al pueblo mapuche y la clase trabajadora.
Fue la consciencia de ese peligro en la cabeza de millones y la vitalidad de un estallido que se niega morir el que provocó la derrota de Kast. Por eso, incluso, fue derrotado el boicot que Piñera y los empresarios llevaron a cabo en el transporte público, dejando sin micros a las comunas más pobres en un vano intento de que no fuéramos a votar el 19 de diciembre. El masivo odio al pinochetismo fue el ganador de esa jornada y empujó en las calles una celebración histórica, que sólo en Santiago protagonizaron más de un millón de personas.
Una victoria abre más posibilidades de triunfos.
Kast pretendía castigar, como lo viene tratando de hacer Piñera, al pueblo que salió a las calles en la rebelión popular de 2019. Sus medidas represivas, su negativa a entregar las más elementales demandas contra la desigualdad social, su criminalización de la movilización fue brutalmente derrotada en las urnas. Ocurrió así porque millones reivindicamos esas jornadas de lucha, y sobre todo, seguimos exigiendo lo que pedíamos en las calles: basta de desigualdad social, de instituciones corruptas, de sueldos y pensiones de miseria, de colusiones empresariales, de destruir nuestro medioambiente.
La convicción de que el país debe cambiar, el descontento social, sigue presente en el país. Eso fue lo que demostró la votación. Necesitamos terminar con las AFP, con el lucro en la educación, la salud y la vivienda, con la falta de derechos democráticos para las mujeres y la disidencia sexual, con la constitución de Pinochet y el predominio de los intereses de unos pocos grandes empresarios y las multinacionales sobre las riquezas del país. Necesitamos sueldos dignos y pensiones dignas, necesitamos garantizar el derecho de cada une una uno de vivir dignamente.
El triunfo contra Kast demostró que este anhelo sigue presente. Infelizmente, muchas de estas demandas no están presentes en el programa de gobierno de Boric. Debemos ser claros, debemos ser honestos. Tampoco hay anuncios de resolver con la urgencia que necesitamos. Al revés, se nos pide tiempo y paciencia para “cambios graduales”, mientras sigue la vergonzosa desigualdad social en el país, mientras unos pocos viven con miles de millones, y millones vivimos con muy poco.
Tres tareas inmediatas e impostergables para impulsarlas antes de que suba Boric
1. Debemos llevar las demandas sociales urgentes para cambiar al país a la Convención Constitucional, planteando aquellas medidas necesarias para terminar con la desigualdad en el país: renacionalización y reestatización de los recursos naturales, partiendo por los recursos mineros, el agua, el mar, los bosques entre otros; el derecho al aborto: el fin del Codigo Laboral; la autodeterminación y devolución del territorio de los pueblos originarios; la disolución e Carabineros; el derecho al aborto libre y gratuito garantizado por el Estado, entre otras medidas. Para eso, nos ponemos a disposición de ayudar a juntar las firmas de proyectos que ya están en curso, así como ponernos a disposición de iniciar la junta de firmas de otras medidas.
2. Exigir ahora el cuarto retiro, la continuidad del IFE, que se paren los despidos y que los sueldos suban según el alza del costo de la vida, el cierre del retail a las 19 horas, fin del subcontrato y todo tipo de contrato precario, que los trabajadores de la salud privada tengan descanso compensatorio, entre otros.
3. Debemos organizarnos desde los sindicatos, federaciones estudiantiles, organizaciones sociales y asambleas territoriales, para levantar un pliego nacional de demandas que enfrenten la difícil situación que vivimos millones de familias. Debemos exigirlas movilizados en las calles, debemos hacer valer nuestro esfuerzo y sacrificio en la derrota del Pinochetista Kast.
Tenemos que construir una organización de la clase trabajadora, la juventud, las mujeres y el pueblo.
Para poder organizar esta tarea, para solidarizar con todas las luchas, para democratizar las organizaciones sindicales y sociales desde la base, debemos unirnos les las y los luchadores sociales en una misma organización. Para cambiar el país en beneficio del pueblo y la clase trabajadora, y terminar con el dominio de los empresarios y las multinacionales, debemos unirnos. Para que sea la clase trabajadora y el pueblo quien gobierne en Chile y el mundo, debemos unirnos. Por eso, y para ayudar en este esfuerzo urgente, es que te invitamos a unirte al MST, un movimiento en construcción.