Por Propuesta Socialista, sección de la UIT-CI de Panamá.
24/02/2024. La dictadura capitalista de Daniel Ortega protege al ultraderechista multimillonario panameño condenado por corrupción Ricardo Alberto Martinelli Berrocal. Martinelli, en medio de su desesperación y consciente de su situación legal elaboró una estrategia para fugarse de la obligación de cumplir la pena a la que fue condenado por actos de corrupción. Se presentó como víctima de un supuesto atentado por parte de personeros del gobierno actual, mientras negociaba desde hace más de un mes, según redes sociales, con el dictador capitalista Daniel Ortega su pedido de asilo, que fue concedido sin mayores reparos por dicho gobierno y negado su salvoconducto por el gobierno panameño.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, en nota de 9 de febrero de 2024, a nombre del régimen dictatorial de Ortega-Murillo, reitera el asilo a Martinelli al señalar que: “El Asilo Político debe ser respetado como un derecho humanitario, de acuerdo al derecho internacional y las leyes del país que otorga el Asilo. En tal sentido, Nicaragua reitera que el Asilo Político al Señor Martinelli ha sido concedido por considerarse perseguido por razones políticas y encontrarse en riesgo inminente su vida, integridad física y seguridad.” (Nota de 9/02/2024). Lo que hace Martinelli es evadir la condena a 10 años de prisión, el pago de 19.2 millones de dólares y posibles condenas en otros casos donde está señalado. Es clara la intención de Martinelli, que de ganar su aliado Mulino él sea indultado. Todo esto con el aval y la intervención del imperialismo yanqui, representado en nuestro país por la Embajadora “Gobernadora” Maricarmen Aponte, quien al igual que en otros momentos maniobra para imponer al candidato a Presidente o Presidenta, en el caso de los partidos empresariales y de los falsos independientes, los mismos que han ido corriendo a la embajada a buscar el aval de la pro-cónsul.
Martinelli, que a sangre y fuego quiso aplicar los planes de ajuste, y como buen lacayo en su carta al Departamento de Justicia de los Estados Unidos le indica a sus ex aliados las operaciones que efectuó, principalmente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la forma como inclinó la política exterior panameña a favor de Estados Unidos durante las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Siempre, con su argumento de perseguido político, en este caso del gobierno de Varela, sigue señalando: “…cuando la CIA solicitó que detuviera el buque norcoreano que cruzaba por el Canal procedente de Cuba no parpadeé. Yo mismo hice la inspección del barco donde se hallaron armas, misiles, aviones, que violaban el embargo impuesto por las Naciones Unidas…». Entre los favores que hizo a Washinton sacó a relucir el voto a favor de Israel en la ONU.
En este marco, es evidente la burla y el manipuleo del ultraderechista Martinelli y del dictador estalinista burgués Daniel Ortega, que en base a normas convencionales pretenden evadir el cumplimiento de su condena. El condenado tuvo la posibilidad, con todos los subterfugios legales de los que se valió, de demeritar la acusación ante la jurisdicción respectiva. El argumento de Martinelli de que lo quieren asesinar lo ha usado antes, acusando a Varela de lo mismo, o cuando trató de salir de la bahía en Miami, o cuando preparó el escape de sus hijos de los Estados Unidos.
El gobierno de la ahora fórmula presidencial Martinelli-Mulino, masacró impunemente al movimiento obrero y popular, a los sindicatos, sus federaciones, confederaciones, centrales sindicales. Siendo el ejemplo más claro de sus abusos contra el pueblo panameño, el asesinato vil, cobarde y a sangre fría, del mártir de Bocas del Toro, Gerónimo Tugrí. Pretender justificar la conducta del régimen dictatorial de Ortega-Murillo, con base en aspectos legales, humanitarios e incluso en la obtención de divisas a través de posibles inversiones de Martinelli en Nicaragua, es tratar de tapar el sol con un dedo.
Se manda un mensaje: que la cárcel es para los trabajadores y trabajadoras que luchan por sus reivindicaciones y no para el empresario, que a través de la extracción ilegal de bienes y fondos públicos incrementa sus recursos y los de su clase, dilapidando el desarrollo nacional, al tiempo que garantizan los intereses de los imperialismos con sus planes de ajuste, a costilla de los trabajadores y trabajadoras.
Frente a la discusión de la situación planteada, a nivel de la izquierda panameña y los sectores progresistas y en lucha, del movimiento de masas en su conjunto, con lo cuales hemos coincidido en muchas ocasiones en situaciones concretas de la lucha de clases, Propuesta Socialista de Panamá (UIT-CI), expresa: no nos llamemos a engaños, la dictadura de Ortega-Murillo no tiene nada de progresista, socialista, ni revolucionaria. Es decir, no es antiimperialista ni mucho menos socialista; más bien se trata de una dictadura que utiliza el poder no solo para perseguir a sus opositores, sean de derecha, centro o izquierda, sino que utiliza métodos violentos contra cualquiera que se les oponga, cayendo ahora en lo más bajo, la protección de Martinelli, quien intenta evadir la justicia que sí aplica el sistema a los hijos e hijas de la cocinera, con el aval y beneplácito del imperialismo norteamericano.