Por Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
8/8/24. Las enormes protestas estudiantiles en Bangladesh, ferozmente reprimidas con más de 400 muertos, culminaron el 5 de agosto con la renuncia y huida en helicóptero del país hacia la vecina India, de la hasta ayer primera ministra, Sheikh Hasina, luego de que miles de manifestantes asaltaran su despacho en casa de gobierno, y además quemaran miles de comisarías policiales.
La primera ministra, que concentraba el poder desde el 2009, y había sido reelecta en forma fraudulenta, con oposición prohibida, a comienzos de este año. Sheikh Hasina había sido apodada “la dama de hierro” de Asia, por sus métodos dictatoriales.
La rebelión estudiantil, con gran simpatía popular, con apoyo directo de sindicatos de médicos y de trabajadores textiles, incluyó a estudiantes universitarios y secundarios, y comenzó por el repudio a una “Ley de Cupos” que permitía al gobierno un manejo discrecional y corrupto de la plantilla de trabajadores del Estado. En una economía marcada por condiciones de ultra explotación laboral y desempleo estructural, el trabajo estatal es la única salida posible para miles de estudiantes universitarios. Cada año 400.000 graduados compiten por solo 3.000 puestos de trabajo en los exámenes de admisión. Y Sheik Hasina buscaba controlar esto con designaciones a dedo, anulando esa pequeña posibilidad para el conjunto de los estudiantes.
Esta verdadera insurrección estudiantil con apoyo popular, no pudo ser detenida con el asesinato de los 400 manifestantes y el toque de queda. “la gente no retrocede ni siquiera cuando les disparan”, dijo un corresponsal de la DW.
La policía también se declaró en huelga, diciendo que “el gobierno los había obligado a disparar sobre los manifestantes”.
Rebelión contra explotación y miseria
Tanto los estudiantes como el pueblo trabajador de la ciudad y el campo en ese país de 170 millones de habitantes, tiene por supuesto muchas más razones de fondo para su rebelión, que es la miseria y desocupación generalizados, y la superexplotación laboral.
En Bangladesh, como sucede hoy en gran parte del mundo, no hay empleos regulares para los jóvenes, ni siquiera para jóvenes graduados en carreras universitarias profesionales. Y la mayor parte de su población vive en la miseria. Y por eso es la gran rebelión juvenil y a fines del año pasado hubo una gran huelga obrera de varios meses de 4 millones de trabajadoras y trabajadores textiles.
Bangladesh, país de 170 millones de habitantes, geográficamente ubicado el este de la India, fue parte de la colonización británica de la India hasta la década el 47. Posteriormente logró su independencia como parte de Paquistán y en el 71 se independizó de Paquistán.
Y hoy, como muchos países asiáticos, es una semicolonia sometida a multinacionales imperialistas que explotan su mano de obra barata.
Mientras gran parte de la población vive de la producción agraria, arroz, trigo, maíz, legumbres, hortalizas y frutas, carne, pescado, productos del mar y lácteos, de lo que se obtiene alimentos, la principal exportación es de textiles, ropa que se consume principalmente en Europa, por 45.000 millones de dólares anuales de exportación de Bangladesh.
Estas empresas que producen ropa emplean a 4 millones de trabajadoras y trabajadores (la gran mayoría mujeres) que después de 4 meses de huelga el año pasado, lograron aumentar sus salarios a 90 dólares al mes el mínimo, aunque el ingreso mínimo para llevar una vida decente en Bangladesh es de 250 a 280 dólares. Las empresas textiles son nacionales pero asociadas a transnacionales -como Zara, Gap, Levi’s, Adidas, H&M, Benetton, Inditex, Wal-Mart o Marks & Spencer- que se la llevan la ropa a Europa y Estados Unidos. Bangladesh es el segundo exportador mundial de ropa, después de China. Esto significa grandes ganancias para esas multinacionales y para la burguesía de Bangladesh. Pero muy poco queda para su pueblo trabajador.
El nuevo gobierno
Se anunció que el país asiático tendrá un gobierno interino encabezado por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, un catedrático economista de 85 años, muy popular, propuesto por los estudiantes. La decisión se tomó por acuerdo en una reunión entre el presidente del país, Mohammed Shahabuddin, líderes militares y los jefes del grupo Estudiantes contra la Discriminación, que encabezaron la rebelión, informó la presidencia.
Este martes, el presidente Shahabuddin disolvió el Legislativo para facilitar la conformación de un ejecutivo interino. De acuerdo a la Constitución el presidente tiene poderes muy limitados y es ahora el primer ministro y el ministerio que se forme el que deberá tomar las medidas urgentes ante la crisis nacional.
Los estudiantes en rebelión habían exigido también la disolución del Parlamento y que los militares no tomaran el poder. Es decir, que para terminar con la gigantesca insurrección, el presidente y los militares debieron ceder a la exigencia estudiantil de disolver el Parlamento y nombrar primer ministro a Muhammad Yunus.
El nuevo gobierno provisional convocará a elecciones nacionales.
Por el poder para el pueblo trabajador
Desde la UIT-CI saludamos esta lucha heroica y primer triunfo de los jóvenes y el pueblo trabajador de Bangladesh, que son hoy un gran ejemplo para los explotados y oprimidos de Asia y del mundo.
Este gran triunfo de la movilización estudiantil y popular muestra el enorme poder que puede tener la juventud y el pueblo trabajador si se unen para conquistar soluciones de fondo para el país, para terminar con la precariedad y miseria, que haya salarios dignos, trabajo para todos.
Este cambio de fondo en un país tan sometido al imperialismo y pobre requiere un cambio económico radical que termine con el sometimiento al imperialismo y a la burguesía que se lleva las ganancias del trabajo de millones. Pero esto no lo hará un gobierno en alianza con sectores capitalistas. Para eso es necesaria la lucha por un nuevo sistema político con un gobierno de la juventud y todo el pueblo trabajador, con sus organizaciones sindicales y estudiantiles, que con la gran huelga textil de hace pocos meses y con la insurrección que derrocó al gobierno semidictatorial de Sheikh Hasina han mostrado su gran poder.