Sin Permiso, 16-7-2023
Traducción de Lucas Antón
Correspondencia de Prensa, 16-7-2023
Qué ha convertido a las estrellas de Hollywood en activistas sindicales
Harold Meyerson *
A principios de esta semana, Fran Drescher, presidenta del Sindicato de Actores de la Pantalla –Federación Norteamericana de Artistas de Televisión y Radio (SAG-AFTRA) [Screen Actors Guild– American Federation of Television and Radio Artists (SAG-AFTRA)], anunció que iban viento en popa las negociaciones del sindicato con los estudios para un nuevo contrato. Los miembros del sindicato habían votado por abrumadora mayoría autorizar a sus dirigentes a convocar una huelga cuando expirase su contrato actual el 30 de junio, a menos que se resolvieran sus problemas, pero la misiva de Drescher indicaba que se estaba cerca de un acuerdo y que no sería necesaria la huelga.
Ayer, 300 de los miembros más conocidos del sindicato –entre ellos Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Quinta Brunson, Rami Malek, Julia Louis-Dreyfus, Brendan Fraser, Neil Patrick Harris, Amy Schumer, Amy Poehler, Glenn Close, John Leguizamo y Ben Stiller– publicaron una declaración en la que instaban al sindicato a aguantar mucho más de lo que sus líderes parecían dispuestos a aceptar.
Señalando el crecimiento masivo del “streaming” (un medio que suele compensar mal a quienes participan en los procesos creativos y de producción), la amenaza de la Inteligencia Artificial (IA) y el nuevo requisito de que los actores que no son estrellas graben sus propias audiciones, Streep y compañía declararon que el momento actual es “un punto de inflexión sin precedentes en nuestro sector, y lo que cualquier otro año podría haberse considerado un buen acuerdo sencillamente no es suficiente”.
Desde ayer, hay más actores, entre ellos Charlize Theron y Joaquin Phoenix, que han suscrito la declaración. La lista cuenta ahora con unos mil firmantes, entre los que, de forma un tanto desconcertante, se encuentra la propia Drescher. Al parecer, las negociaciones, que estaban previstas para mañana, se prolongarán hasta el 7 de julio.
“Con la inflación y el continuo crecimiento del ‘streaming’ –continúa el comunicado de los actores–, necesitamos un reajuste radical de nuestro salario mínimo y de los ‘residuales’ de los nuevos medios, de nuestros recortes de exclusividad y de otros términos. También creemos que es absolutamente vital que el acuerdo devuelva la dignidad al proceso de pruebas de reparto, regulando cómo se utilizan las autocintas. Se trata de un problema enorme para los actores de clase trabajadora. Y sobre todo en lo que respecta a la (IA), no creemos que los miembros de SAG-AFTRA puedan permitirse conseguir ganancias a medias en previsión de que habrá más en tres años, y creemos que es absolutamente vital que esta negociación proteja no sólo nuestra imagen, sino que se asegure de que somos bien compensados cuando cualquier cosa de nuestro trabajo se utilice para adiestrar a la IA. Queremos que sepan que preferiríamos ir a la huelga antes que transigir en estos puntos fundamentales”.
Si los actores hacen huelga, se sumarán a los guionistas de la industria, que llevan en los piquetes desde el 2 de mayo por muchas de las mismas cuestiones. En un sentido más amplio, se unirán a las legiones de trabajadores profesionales y protoprofesionales (médicos, profesores, docentes, ayudantes universitarios, miembros de centros de estudios, etc.) que se han afiliado a los sindicatos o han abandonado sus puestos de trabajo en los últimos dos años. Todos ellos son trabajadores a los que sus patronos no pueden sustituir fácilmente; las decenas de millones de trabajadores del comercio minorista, las fábricas, la construcción y otros sectores que pueden verse substituidos siguen en gran medida bloqueados a la hora de formar sindicatos por las amenazas de despido (generalmente ilegales, pero también impunes) de sus empleadores.
Un problema que no figura en la lista de los actores es la omnipresencia actual y el dominio del mercado de las superproducciones de Marvel/DC, en las que los actores están muy bien pagados, pero en las que aparecen también ocultos tras disfraces de superhéroes y caricaturas de dibujos animados hasta el punto de ser indistinguibles. Cuando el público cinematográfico está dominado por niños de 11 años que disfrutan con Transformers, las lecciones del Actors Studio no llevarán muy lejos a un actor.
El auge de los cómics del género épico sugiere también que la IA podría suponer una amenaza para los propios directores ejecutivos de los estudios. Dado que todos han seguido el mismo camino -eliminar los géneros en los que participaban seres humanos reales, atendiendo a las demandas de Wall Street de hacer maratones de tiroteos que atraigan chicos prepúberes o púberes recientes de todo el mundo-, cada vez hay menos razones para que los estudios empleen a directores ejecutivos humanos con habilidades y preferencias propias, sobre todo porque se les paga mucho dinero que, de otro modo, podría ir directamente a sus inversores mega-ricos. Podría darse el caso –y sin duda se daría en un mundo en el que el arco del universo moral se inclinara hacia la justicia– de que la IA fuera a por David Zaslav, consejero delegado de Warner Bros. Discovery, y dejara intacta a Meryl Streep.
* Harold Meyerson, veterano periodista de la revista The American Prospect, de la que fue director, ofició durante varios años de columnista del diario The Washington Post. Considerado por la revista The Atlantic Monthly como uno de los cincuenta comentaristas más influyentes de Norteamérica, Meyerson pertenece a los Democratic Socialists of America, de cuyo Comité Político Nacional fue vicepresidente.
Fuente: The American Prospect, 29 de junio de 2023.
Los piquetes del 4 de julio en la ciudad de Los Ángeles
David Dayen *
Este verano de huelgas en Los Ángeles es toda una declaración de independencia.
Tal como informó Mark Kreidler en estas páginas hace unas semanas, los miembros del sindicato UNITE HERE Sección Local 11, que trabajan en hoteles de Los Ángeles y del condado de Orange, se manifestaron con miembros del Sindicato de Guionistas y del Sindicato de Actores en el centro de Los Ángeles en mayo, frente a los delegados reunidos para la convención demócrata del estado [de California]. Los guionistas ya estaban en huelga; los trabajadores de los hoteles y los actores andaban avisando a los demócratas y a sus jefes de que no dudarían en unirse a ellos si no se cumplían sus reivindicaciones contractuales.
Ayer se remató la faena en mi ciudad natal. Mientras unos 100.000 curiosos acechaban en el centro de convenciones de Anime Expo el mayor encuentro norteamericano de aficionados al manga y al “cosplay”, al menos 15.000 trabajadores de los hoteles UNITE HERE abandonaban sus puestos de trabajo en protesta por los bajos salarios y prestaciones, en la que probablemente acabe por ser la mayor huelga de trabajadores hoteleros de la historia de los Estados Unidos. El Indigo, el InterContinental, el DoubleTree, el Hotel Figueroa, el Proper Hotel y el Biltmore, todos cerca del centro de convenciones, estaban siendo objeto de la acción de los piquetes; si el Westin Bonaventure, el mayor empleador del grupo, no hubiera llegado a un acuerdo contractual la semana pasada, la acción habría sido aún mayor.
Mientras tanto, SAG-AFTRA [Sindicato de Artistas de la Pantalla – Federación Norteamericana de Artistas de Radio y Televisión] decidió ampliar el plazo de sus negociaciones hasta el 12 de julio, después de que su contrato expirase el viernes pasado. Tal como ha informado Harold Meyerson, lo que parecía un acuerdo inminente se vio truncado por algunas de las mayores estrellas de la televisión y el cine, que exigían mejores condiciones en la producción en “streaming”, salvaguardas en el uso de la inteligencia artificial y cargas menos gravosas para los actores noveles (que ahora suelen tener que grabar sus propias audiciones corriendo con los gastos). “Nadie debe confundir esta prórroga con una muestra de debilidad”, declararon los líderes de SAG-AFTRA el viernes pasado.
Los trabajadores de la hostelería y los trabajadores de la creación tienen reivindicaciones muy diferentes, pero luchan contra el mismo sistema implacable, en el que se les considera meros engranajes. Desde la pandemia, los hoteles de todo el país han sufrido recortes y los trabajadores se han visto obligados a hacer más con menos ayuda (el acuerdo del Bonaventure incluía volver a contratar personal de limpieza en los niveles anteriores a la pandemia). Los lavaplatos, botones y personal de limpieza del sur de California tienen que soportar desplazamientos de hasta dos horas porque no pueden permitirse un alojamiento más cercano. La clase media de actores y guionistas también se ha vaciado, una situación especialmente precaria en una ciudad de empresas. El “streaming” ha roto el mercado, y la respuesta de los estudios ha sido destripar la mano de obra, con grupos de guionistas más pequeños y beneficios “residuales” más tacaños, y el coqueteo con el uso de ordenadores en lugar de humanos para crear entretenimiento.
Estos trabajadores representan el motor económico de la segunda ciudad más grande de los Estados Unidos, que se nutre del turismo y de las producciones creativas. Los estibadores de la Costa Oeste llegaron a un acuerdo justo el mes pasado para evitar que un tercer bastión, la logística, quedara ralentizada en medio de conflictos laborales. También se han movilizado otros trabajadores: el personal escolar del L.A. Unified, los taquilleros y jardineros del estadio de los Dodgers y las “strippers” de un club de North Hollywood han logrado victorias sindicales. A las personas que hacen funcionar estos sectores se les ha convertido en algo imposible vivir y trabajar en la ciudad.
Hay algo que resulta apropiado en este caluroso verano laboral que coincide con el cumpleaños de la nación. Aquí tenemos a personas de diferentes orígenes, de distintas clases, que se unen para luchar contra el poder empresarial y lograr la oportunidad de compartir la prosperidad que crean. Eso formaba parte del impulso que movió a la resistencia a la colonización inglesa, enfrentándose a la concentración de riqueza y a las corporaciones monopolistas. Y está ocurriendo en la ciudad que mejor ejemplifica el crisol, la aglomeración políglota de razas y etnias. Con excesiva frecuencia, en Los Ángeles esas personas se ven separadas por verjas, setos y autopistas. Este verano se han unido en una lucha común. Es suficiente para hacerte sentir un poquito patriota.
Allá vamos mañana. Feliz Día de la Independencia.
* David Dayen es director ejecutivo de la revista The American Prospect. Ha colaborado con medios como The Intercept, The New Republic, HuffPost, The Washington Post, Los Angeles Times, etc. Su primer libro, “Chain of Title: How Three Ordinary Americans Uncovered Wall Street’s Great Foreclosure Fraud”, que consiguió el Premio Studs e Ida Terkel Prize, lo publicó The New Press en 2016.
Fuente: The American Prospect, 3 de julio de 2023.