Por Ezequiel Peressini, dirigente de Izquierda Socialista de Argentina y de la UIT-CI
En Bélgica, Italia, Portugal y Francia se vienen desarrollando grandes procesos de movilizaciones y huelgas de la clase trabajadora contra los ajustes de los gobiernos. Las huelgas no son hechos aislados. Son parte de la respuesta de la clase trabajadora de Europa ante los ataques de los gobiernos que, en nombre del “Plan ReArm”, recortan el gasto público para sostener un mayor gasto militar, seguir salvando a los grandes capitalistas de la crisis -particularmente a la industria metalúrgica y automotriz- o garantizar los pagos de la deuda externa; política que en años anteriores hundió a Grecia y al Estado Español bajo la bota de la Troika y el salvataje a los grandes bancos luego de la crisis del 2008-2009.
En 2025 la crisis se ha agudizado. La contraofensiva imperialista con la que Donald Trump busca retener la hegemonía capitalista e imperialista, ha llevado a roces con la Unión Europea, la que rápidamente cedió. El 21 de agosto Trump y Von der Leyen firmaron un acuerdo que consagra la dependencia energética, militar y comercial de EE.UU. demostrando que la UE es un gigante con pie de barro.
Ante esta situación, la clase trabajadora y los pueblos empobrecidos de Europa no se quedan de brazos cruzados y enfrentan los presupuestos ajustadores que los gobiernos quieren aprobar en los parlamentos. Las grandes y recurrentes huelgas en Bélgica, Francia, Italia y Portugal auguran un diciembre caliente para Europa.
Bélgica: huelgas y movilizaciones históricas combaten al gobierno ultraderechista
En Bélgica hubo elecciones el pasado 9 de julio de 2024. Se realizaron en simultáneo a las elecciones del parlamento europeo. La gran dispersión de los votos imposibilitó la formación del gobierno, por lo que hubo un primer ministro interino por más de siete meses. En las elecciones, el partido Nueva Alianza Flamenca (N-VA), obtuvo solo el 16% de las elecciones y con eso, fue la primera fuerza, pero conquistó solo 24 de 150 diputados en el parlamento belga.
El 3 de febrero de 2025, el régimen logró formar gobierno y designó al ultraderechista Bart De Wever del partido N-VA como primer ministro. Para ello. formaron una coalición llamada “Arizona” -por los colores de la bandera del Estado de Estados Unidos- de entre 4 partidos, entre los que se incluyen a los demócratas cristianos y a los socialdemócratas flamencos y al Movimiento Reformador.
Bélgica está dividida en tres regiones. Flandes de habla holandesa con 6,7 millones de habitantes, la Valonia francófona con 3,7 millones, y la Bruselas multilingüe con 1,2 millones. La ultraderecha de N-VA es parte de ultra derecha nacionalista Falmenca y aliados europeos de Georgia Meloni, la eurodiputada Marion Maréchal y el presidente de República Checa Petr Fiala, con quienes forman la alianza en “Conservadores y Reformistas”. El NVA levanta en su programa la independencia y separación de Flandes. La crisis económica de las últimas décadas retiró el poder económico de Valonia y los trasladó a Flandes. Bélgica es el 27 país con más deuda de la UE y supera el 100% del PBI. Ante esto las políticas de austeridad y recorte están a la orden de día del gobierno ultraderechista.
Hacia las huelgas más grandes en las últimas décadas
El 13 de enero, se desató la primera huelga general contra el intento del nuevo gobierno de imponer una reforma jubilatoria para confiscar a los trabajadores unos 3.000 millones de euros anuales subiendo la edad jubilatoria de 65 a 66 años en 2025 y hasta los 70 años hacia el 2050. Además, busca liquidar los regímenes especiales de los trabajadores ferroviarios, policías y militares.
La primera jornada de huelga se ejecutó con un fuerte acatamiento entre los trabajadores del transporte ferroviario en la que 2/3 de las y los trabajadores se ausentaron de sus trabajos. El gran acatamiento en el transporte aéreo provocó la cancelación del 40% de los vuelos, a pesar de las guardias mínimas impuestas desde 2018. Se realizaron movilizaciones masivas. Solo en Bruselas, se movilizaron entre 30.000 y 50.000 personas.
El 27 de enero se realizó la segunda jornada de huelga donde se movilizaron particularmente trabajadores de la educación, donde el acatamiento fue del 1/3. El gobierno respondió con el despido de unos 500 trabajadores de la educación. También se expresaron los trabajadores automotrices, sector que sufre el impacto de la crisis alemana por la que Audi anunció el despido de 4.000 trabajadores de su planta de Bruselas. Los trabajadores confiscaron la llave de 200 autos como forma de reclamo.
El 13 de febrero se realizó la tercera jornada. La más exitosa de todas con gran acatamiento en ferroviarios, transporte aéreo, enseñanza y el conjunto de la administración pública. En esta jornada participaron también militares y policías que tenían el día libre.
La no resolución de los reclamos y la insistencia del gobierno es sus planes de ajuste provocó una mayor acumulación de la bronca y el rechazo y el 14 de octubre se desarrolló una gran movilización, más grande de los últimos 40 años, cuando más de 140.000 personas que se movilizaron en todo el país y el 7 de setiembre 110.000 se manifestaron en apoyo a Palestina en contra del genocidio criminal de Israel.
Vuelven las huelgas contra la aprobación del presupuesto 2026
A fines de noviembre, Bart De Wever solicitó un prórroga de 50 días al Rey Felipe, para aprobar el proyecto presupuestario para el año 2026. La demora en la presentación del presupuesto se debe a que las grietas entre las fuerzas de la coalición gobernante comenzaron a profundizarse en torno al aumento del IVA, el impacto de los recortes en las prestaciones sociales. Finalmente, la coalición llegó a un acuerdo anti obrero y ajustador y fue nuevo presupuesto fue anunciado el 24 de febrero, el mismo día en el que se realizó una huelga general de tres días consecutivos.
El primer día de huelga fue ejecutado exitosamente el lunes 24, con la paralización de los servicios de transporte público y ferrocarriles en todo el país. El martes 25 se sumaron los trabajadores del resto de servicios públicos: administrativos, hospitales, correos y educadores. El miércoles 26, la huelga fue general y se concretó en el sector privado con la realización de los piquetes y movilizaciones en todo el país.
El presupuesto presentado y defendido por el gobierno ultraderechista en manos de Bart De Wever busca imponer recortes presupuestarios a pensiones, prestaciones sociales, salud, educación y cultura para recaudar 10.000 millones de euros hasta 2030, con el objetivo de pagar la abultada deuda del país. “Nuestro presupuesto es estructuralmente deficitarios” argumento el primer ministro, para continuar que “si no te atreves a tomar medidas drásticas, no eres digno de gobernar”; afirmación recurrente entre los nuevos gobiernos de ultraderecha como Meloni en Italia o Milei en Argentina, lo que despertó el mayor odio de la clase trabajadora.
El nuevo presupuesto prevé un congelamiento en la indexación salarial por inflación para trabajadores y pensionistas que recortaría el salario al 41% de los empleados. Con el plan “vuelta al trabajo” busca imponer la reincorporación compulsiva a 100.000 trabajadores con licencias prolongadas e imponer un aumento de los copagos en las visitas médicas. Se incrementarán los impuestos especiales sobre el gas. Si bien el aumento general del IVA no fue incorporado, con el objetivo de conquistar el acompañamiento global de la coalición de gobierno en el Congreso, se aumentarán el IVA a hoteles y campings, los eventos deportivos, culturales, recreativos y los viajes aéreos. Además, el “gobierno Arizona” busca ampliar la jornada de trabajo para las y los docentes sin aumento de sueldo y aumentar el costo de la educación universitaria e imponer el aumento de impuestos para la gasolina y el combustible.
Mientras el gobierno sostiene el recorte histórico a la clase trabajadora, al igual que el resto de los gobiernos de Europa, se desarrolla un fuerte incremento del gasto de Defensa que recibirá un incremento presupuestario de 4.000 millones de euros para cumplir con el estándar del 2% del PIB de la OTAN en 2025 en lugar de 2029.
La Federación General del Trabajo Belga (FGTB) como sindicato mayoritario y el Partido de los Trabajadores de Bélgica (PTB), que critican al gobierno, deben disponerse a construir un plan de lucha hasta derrotar al gobierno sin dar ni un solo paso atrás, ni ceder a las negociaciones tramposas a espaldas de los trabajadores que busca imponer Bart De Wever, bajo amenazas de renunciar si no se llega a un acuerdo en el parlamento. La movilización en Bélgica debe continuar y profundizarse junto a la ola de huelgas que recorre Europa.
Una nueva ola de huelgas recorre Europa
Las grandes huelgas de Bélgica, no son acciones aisladas. Son una respuesta ante la política sostenida por los gobiernos que provocó que, según el informe de Eurostat, el 21% de la población, es decir 93,3 millones de personas en la UE estaban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2024 mientras se preparan para aumentar el gasto de defensa (1) en 800.000 millones de euros para engrasar las maquinarias de guerra.
En Francia, el 10 de septiembre miles ganaron las calles contra el plan presupuestario para 2026 presentado por el ex primer ministro François Bayrou, que prevé recortes de hasta 44.000 millones de euros y la supresión de dos días feriados. François Bayrou, cayó en el parlamento y fue reemplazado por Sébastien Lecornu, quien ha mantenido los ajustes. El jueves 18 se produjo una huelga general con movilizaciones en las principales ciudades del país, convocada por todas las centrales sindicales, que informaron que ese día más de un millón de personas se movilizaron en todo el país. El 2 de diciembre de 2025, se realizó un nuevo paro y cerca de 32.000 personas se movilizaron en las calles de París y en las 150 movilizaciones realizadas en distintas ciudades del país.
En Italia, la huelga general del pasado 28 y 29 de octubre demostraron la capacidad de pelea de las y los trabajadores italianos que desde la asunción de la ultra derechista Georgia Meloni no para de movilizarse y ahora continua sus acciones contra el presupuesto ajustador y sostiene las acciones en solidaridad con Gaza, Palestina y en contra del Genocidio de Israel. Durante el gran paro del 3 de octubre, en el que la combativa USB y la CGIL acordaron “parar todo”, se realizaron históricas movilizaciones con más de dos millones de personas para repudiar la interceptación y secuestro de la Flotilla Global Sumud que se dirigía a Gaza para romper el cerco. Las movilizaciones del 28 y 29 fueron contundentes y fuertemente acompañadas por el movimiento estudiantil. Las jornadas de huelga también fueron efectivas; aunque la CGIL, se restó de la convocatoria y prepara una huelga general para el 12 de diciembre.
En Portugal, el gobierno de AD (PSD/CDS), con el apoyo de Chega, IL y todas las asociaciones patronales, está llevando a cabo la mayor ofensiva contra los trabajadores desde la intervención de la Troika con una nueva reforma laboral. Con ellas buscan imponer horarios irregulares y quitar seguridad laboral a los trabajadores, facilitar despidos, extender períodos de prueba bajo el falso argumento de “modernizar las relaciones laborales” institucionalizando la precariedad, allanando el camino para un modelo de relaciones laborales basado en la flexibilidad total, los bajos salarios y la inseguridad permanente. Tras meses de parálisis y negociaciones, la CGTP y la UGT se vieron obligadas a convocar a la huelga general para el próximo 11 de diciembre, sumándose así a la oleada de huelgas que recorren Europa.
Estas enormes respuestas de la clase trabajadora y los pueblos empobrecidos de Europa deben sostenerse y extenderse para derrotar a los presupuestos de los gobiernos que entregan millonarios fondos a la reaccionaria industria armamentística. Las próximas huelgas del 11 de diciembre en Portugal y el 12 de diciembre en Italia pueden triunfar y derrotar a cada gobierno para abrir paso a la reorganización de las trabajadoras y trabajadores, las y los estudiantes, el movimiento de mujeres disidencias. Las huelgas y movilizaciones en curso, junto a los millones de activistas que apoyan la lucha por una Palestina libre del Río al Mar, marcan el camino para enfrentar la contraofensiva imperialista de Trump, a sus socios de la Unión Europea y a los gobiernos de ultraderecha, liberales o socialdemócratas que buscan liquidar las conquistas históricas de las y los trabajadores.
1 – Ver declaración completa “Ni un euro para el rearme imperialista, el dinero público para salarios, pensiones, empleo y gastos sociales” del 24 de noviembre de las secciones europeas de la UIt-CI en www.uit-ci.org
3 de diciembre de 2025
