“Las elecciones no cierran la crisis del régimen”
Nueve partidos superaron la “valla” del 5%, ingresando al parlamento, pero el partido que más votos obtuvo sacó solo el 10% mostrando una gran dispersión. El Frente Amplio gana 9 congresistas con el 6,2% a nivel nacional (Más de 800.000 votos) y su congresista más votado fue nuestro compañero Enrique Fernández Chacón (con 110.000 votos), histórico dirigente trotskista de UNIOS (UIT-CI) y quien resultó el cuarto congresista más votado de todo el Perú.
¿Cuáles son tus conclusiones de las elecciones?
Los grandes derrotados son los partidos que dominaban el Congreso anterior, el “fujiaprismo”. Fuerza Popular del fujimorismo retrocede de 73 congresistas a 12 y el APRA es la primera vez que no ingresa congresistas. Fueron identificados por las masas como los corruptos responsables de la crisis del país. Keiko Fujimori volvió a ser detenida luego de la elección. Acción Popular (del ex presidente Belaunde Terry y que ganó la alcaldía de Lima en 2018), Alianza Para el Progreso y el Partido Morado fueron la apuesta de la burguesía para capitalizar el descontento popular y fracasaron. Son partidos que están divididos, fueron socios del fujiaprismo y defienden el actual modelo económico. Las elecciones no cierran la crisis del régimen y ningún partido burgués obtiene apoyo popular masivo. No logran imponer el proyecto minero “Tía María” y crece el cuestionamiento al modelo económico. El gobierno de Vizcarra ni siquiera presentó candidatos propios.
¿Y qué nuevos fenómenos se expresaron?
El candidato más votado fue Urresti, un militar que obtiene 400.000 votos, pero retrocede del millón de votos que obtuvo en 2018 y afronta un juicio por su accionar represivo y por la violación a una campesina. Sorprendieron los “pescaditos” (Frepap) que salen segundos con un 8,3%, una secta religiosa, mesiánica, similar a otros fenómenos de Latinoamérica como Bolsonaro en Brasil o Añez en Bolivia, pero todavía incipiente. Y obtiene 7% Antauro Humala (detenido por un levantamiento militar en 2005 y hermano del ex presidente Ollanta), con un discurso nacionalista “radical” bastante reaccionario. El surgimiento de estos sectores refleja distorsionadamente la búsqueda que está realizando el movimiento de masas.
¿Y el Frente Amplio?
Atravesó la ruptura de Veronika Mendoza que armó Juntos por el Perú en alianza con Yehude Simon (responsable de la masacre contra los indígenas en Bagua) y no superaron la valla, así como Vladimir Cerrón (ex gobernador de Junín condenado por delitos de corrupción) de Perú Libre. Quienes quedamos en el FA empalmamos con los movimientos sociales que enfrentan el saqueo de las mineras y en Lima triplicamos los votos desde las municipales del 2018. Obtuvimos el 6,2% nacional y elegimos 9 congresistas, logrando ser la primera fuerza de la izquierda. En la campaña me reconocieron como trotskista, por representar a la izquierda formada en las luchas sindicales y sociales, opuesta a la vieja izquierda que integró los gobiernos de Toledo y Ollanta Humala. Enfrentamos la lógica del “mal menor” de una “izquierda” formada en las ONG cuyo objetivo es ser ministros, embajadores o funcionarios de algún gobierno burgués de turno. Mi llamado es a construir partido revolucionario para luchar por el poder, defender la independencia de clase de los trabajadores y construir organizaciones propias en las luchas. Estos postulados fueron reconocidos en mi votación, una especie de balance que realizó un sector del movimiento de masas y me da una nueva oportunidad a mis 77 años.
¿Cuáles son los debates que habrá en el nuevo Congreso?
Hemos realizado una campaña de a pie, militante y muy austera, recogiendo en las calles los reclamos de los trabajadores y el pueblo. El gobierno de Vizcarra quiere impulsar una “reforma política”, imponer su agenda. La agenda que llevamos desde el Frente Amplio es contra el modelo económico, es la agenda de los reclamos por salarios, contra la flexibilización laboral, por las pensiones y jubilaciones, contra las AFP, y por educación y salud dignas. Hay movimientos de lucha muy fuertes, por eso hicimos el planteo de que “con el voto también se lucha”, representando los reclamos por cambiar el modelo económico. La gran preocupación de la burguesía es que no se toque el modelo económico.
¿Y la propuesta de asamblea constituyente?
La izquierda está elevando a “panacea” la propuesta de que haya una asamblea constituyente, en rechazo a la constitución de 1993 de Fujimori. Pero necesitamos una pelea abierta del movimiento de masas y ahí lo fundamental es construir partido revolucionario, para luchar por el poder, por el gobierno de los trabajadores. No se trata de cambiar una ley por otra. En Venezuela, en Ecuador, en Bolivia ha habido reformas constitucionales y no ha cambiado mucho la situación. La clave es si el movimiento obrero y popular se moviliza, la burguesía se va a aferrar a sus privilegios y será en la lucha donde se defina la situación, no en una asamblea constituyente, aunque sea la instancia más democrática dentro del régimen. Por ejemplo en la Asamblea Constituyente de 1979 logramos algunas conquistas porque veníamos de grandes huelgas generales contra la dictadura militar, pero actualmente la clase obrera está atomizada sindicalmente y con un 72% de informalidad y tercerización. Por eso la clave es avanzar en la organización y movilización de los trabajadores, fortaleciendo los sindicatos y las luchas populares.
¿Cómo está UNIOS, la sección peruana de la UIT-CI?
Tenemos una gran oportunidad de construcción, nos hemos mantenido firmes contra la debacle del resto de la izquierda, eso fue todo un mérito, y ahora se han acercado muchos compañeros nuevos. El movimiento de masas está buscando una nueva conducción y nosotros intervenimos en las luchas para crecer. Si nos hemos mantenido hasta ahora creo que fue por nuestra organización internacional, la UIT-CI. Y ahora tenemos planteado dar un salto en la construcción de UNIOS en el Frente Amplio. Asumimos ese desafío.
Entrevistó: Javier Leonforte
(türkçe okuyun)