Escribe Adolfo Santos, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
En la noche de entrega de premios Óscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, los palestinos desfilaron por la alfombra roja. “No Other Land” (Ninguna Otra Tierra), recibió la estatuilla a la mejor película documental. No fue pequeña la hazaña si consideramos que, en Estados Unidos, esta obra aún no ha conseguido quien la distribuya, en un repugnante boicot por parte de la gran industria cinematográfica que se niegan a revelar la verdadera situación de Medio Oriente.
La película del palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham, que ya obtuvo el premio al mejor documental en el Festival de Berlín de 2024, retrata la destrucción de la ciudad palestina de Masafer Yatta por soldados del ejército sionista en Cisjordania y los crímenes perpetrados en la región bajo el manto protector del imperialismo yanqui e internacional. Por eso quieren ocultar la cruda realidad retratada en el film. Como buen documental, los autores realizaron grabaciones en directo de asesinatos y otras atrocidades por parte de militares israelíes y colonos invasores a palestinos indefensos.
“No Other Land”, muestra quienes son las verdaderas víctimas y quienes sus victimarios. Son escenas de una crueldad emparentada con las acciones del nazismo contra los propios judíos durante el holocausto. Enormes hormigoneras cargadas con cemento tapan e inutilizan los pozos de agua en una región desértica para matar de sed a un pueblo que no acepta rendirse; excavadoras arremeten contra humildes casas, postes de luz y el edificio precario de una pequeña escuela, en medio del llanto de niños y niñas que no consiguen entender semejante odio por parte del invasor sionista. “Ninguna Otra Tierra”, no es más que un pedacito de la verdadera historia de una colonización sangrienta.
“Espero que mi hija no tenga que vivir la misma vida que estoy viviendo yo, siempre bajo vigilancia, con invasiones, desplazamientos y una ocupación. Esta película refleja la realidad tan cruda en la que llevamos viviendo décadas. Pedimos acciones para acabar con esta injusticia y la limpieza étnica del pueblo palestino”, dijo Basel Adra, al recibir el premio. Por su parte, Yuval Abraham, judío y coautor, que está amenazado de muerte, expresó: “Hicimos esta película juntos, palestinos e israelíes, para que nuestra voz sea más fuerte. Necesitamos una solución política sin supremacía étnica. Esta situación de apartheid […], tiene que terminar. La destrucción de Gaza es horrible […] Vivo libremente en un régimen civil, pero Adra vive bajo un régimen militar que destruye su vida”.
Sin dudas este film será un punto de apoyo más para apalancar las “acciones” que pidió Adra contra este genocidio encabezado por Benjamín Netanyahu. Ya consiguió un primer triunfo: transformar la ceremonia de los Óscar, uno de los escenarios más vistos del mundo, en una crítica a la política imperialista y a la acción de limpieza étnica ejecutada por el sionismo en su afán de construir un Gran Israel controlando Gaza y Cisjordania. Aunque sea por un pequeño momento, los palestinos deben sentir un pequeño alivio al saber que, a cada momento, en todo el mundo es condenada la política imperialista y el genocidio perpetrado por el ejército de ocupación sionista. Como expresó Yuval, las voces unidas se escucharán más fuerte en un grito que se agiganta: Palestina libre, del río al mar.