Por: Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional
Desde el domingo, 18 de noviembre, Haití se encuentra convulsionado por una nueva ola de protestas contra la corrupción en el manejo de los fondos de Petrocaribe. En la capital, Puerto Príncipe, y varias ciudades del país las movilizaciones han sido muy grandes, pese a la represión.
Se registraron al menos once muertos durante las protestas y el miércoles un vehículo oficial arrolló a una multitud, asesinando a seis personas más. Al reclamo contra la corrupción y por el esclarecimiento del destino de los fondos, se suma la exigencia de la renuncia de Jovenel Moïse, presidente de Haití.
El movimiento ha venido tomando fechas patrias para las movilizaciones de alcance nacional, el mes pasado hubo una gran jornada de protesta el 17 de octubre, fecha en la que se conmemoraba el asesinato del prócer independentista Dessalines, y durante varios días se extendieron las protestas en varios barrios de la capital. El 18 de noviembre, al conmemorar el triunfo sobre las tropas napoleónicas por parte de los revolucionarios haitianos en 1803, se retomaron las protestas en las calles que mantienen a la capital haitiana paralizada, con las escuelas y el comercio cerrado, apenas si hay transporte público, y las calles continúan bloqueadas, prácticamente una huelga general. La rebelión, que da continuidad al proceso abierto con las jornadas de julio contra el aumento de los combustibles en las que también se exigió la salida del gobierno, combina la lucha contra la corrupción con la bronca popular contra este modelo económico de saqueo y hambre para el conjunto del pueblo trabajador. En julio se derrotó el aumento de los combustibles y en agosto se hizo masiva la campaña en las redes y en las calles contra la corrupción del fondo de Petrocaribe. El gobierno se ha visto obligado a destituir a 18 altos funcionarios vinculados al escándalo de corrupción y hace constantes llamados al «diálogo» con la oposición patronal. Sin embargo, los partidos patronales no controlan al movimiento, no tienen la capacidad para desmovilizarlo, lo cual disminuye el espacio para un pacto.
El presidente guardó silencio entre el domingo y el martes, la crisis del gobierno es tal que se alegó que se había cancelado un pronunciamiento oficial debido a «problemas técnicos». Finalmente se pronunció el miércoles para llamar al diálogo como «camino a la paz y al desarrollo». Pero para el pueblo movilizado no hay dialogo posible con un régimen corrupto, que lleva a millones de personas a la miseria más extrema mientras favorece a un puñado de altos funcionarios y de empresas nacionales y transnacionales con grandes negociados.
Mientras los trabajadores y el pueblo luchan contra el gobierno de Moïse y piden que se vaya, el imperialismo llama a sostener al gobierno. En un comunicado, el «Core Group», integrado por el representante especial del secretario general de la ONU, los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, EE.UU., Francia, la Unión Europea y el representante especial de la OEA, declaró que «los actos de violencia que buscan provocar la renuncia de autoridades legítimas no tienen lugar en el proceso democrático». Debemos recordar que Haití sigue padeciendo la ocupación militar imperialista a través de la ONU y su contingente, la Minujusth. Exigimos su retirada y repudiamos toda injerencia imperialista contra el pueblo haitiano.
Desde la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional llamamos a apoyar la lucha del pueblo de Haití, rodeando de solidaridad su pelea contra la corrupción y también contra este modelo económico de saqueo y hambre para el conjunto del pueblo. Tenemos que seguir impulsando la campaña con la consigna «¿Dónde está el dinero de Petrocaribe?», llamando a los dirigentes sindicales, populares y estudiantiles a pronunciarse. Seguiremos apoyando la lucha contra el gobierno de Jovenel Moïse y exigiendo el castigo a los culpables de la corrupción, exigiendo que se recupere el dinero robado para que se use en la atención a las necesidades del pueblo trabajador.
