Declaración UIT-CI
El 1 de mayo de 1886 está marcado en la historia del movimiento obrero mundial como una fecha emblemática de las luchas de los trabajadores y trabajadoras del mundo contra la explotación del sistema capitalista-imperialista. Ese día más de 200 mil obreros en la ciudad de Chicago se adhirieron a una huelga exigiendo la jornada de 8 horas de trabajo. Miles se movilizaron aquel día en una de las ciudades norteamericanas donde había mayor concentración obrera a finales del siglo XIX. La masacre de la plaza de Haymarket y la posterior condena a muerte y prisión de los principales dirigentes de la huelga, quedó instituida desde 1889 como Día del Trabajador, en homenaje a los mártires de Chicago. 135 años después de aquella heroica gesta, las trabajadoras y trabajadores del mundo seguimos luchando contra el sistema capitalista-imperialista que explota y oprime a millones de hombres y mujeres en todo el mundo.
Desde aquel día, durante todos estos años, los trabajadores han protagonizado numerosas luchas en todos los países y continentes. Huelgas, rebeliones, revoluciones, unas triunfantes y otras derrotadas pero nunca la clase obrera ha dejado de levantarse contra la explotación. Nunca se ha sometido a los designios de la burguesía, sus partidos y gobiernos sin entablar una dura y titánica lucha por sus derechos y reivindicaciones.
Ya no se trata sólo de la pelea por reducir la jornada de trabajo. Nuevos retos se le plantean a la clase obrera en momentos en que el mundo está afectado por la pandemia del Covid 19, cuyo origen se encuentra en la miseria creciente, el hacinamiento social y la destrucción ambiental ocasionada por la voracidad depredadora del sistema capitalista y de las grandes transnacionales.
El Covid-19 con sus millones de contagiados y muertos en todo el mundo, ha puesto al descubierto con todo dramatismo el rostro inhumano e injusto del capitalismo. La pandemia ha avanzado favorecida por la destrucción de los sistemas de salud en todos los países, incluidas las más desarrolladas potencias imperialistas como Estados Unidos y Europa. Años de desinversión, despidos de personal sanitario y ajuste de los presupuestos sociales llevaron a la debacle de la salud pública, dejando la mesa servida para el coronavirus avanzara especialmente entre los trabajadores sanitarios y los sectores más pobres de los distintos países.
Mientras tanto los gobiernos y empresas envían a trabajadoras y trabajadores a cumplir con sus labores sin la más mínima protección contra el Covid-19. Trabajadores no esenciales son obligados a trabajar propiciándose la extensión de la pandemia.
En los países menos desarrollados millones de trabajadores informales se debaten entre el riesgo de contagiarse con el coronavirus o morir de hambre. Los ritmos de explotación aumentan con el teletrabajo. Mientras tanto las revistas especializadas dan cuenta de que los más ricos han aumentado su riqueza en plena pandemia, y nuevos milmillonarios se suman a los ya existentes.
Todo esto pone en evidencia que el sistema capitalista-imperialista sólo existe para el lucro y la ganancia de las multinacionales y no para satisfacer las necesidades básicas de la humanidad. De allí que no hay otra salida para las trabajadoras y trabajadores de todo el mundo que la lucha contra este sistema oprobioso y absurdo. La lucha por el socialismo con democracia obrera y gobiernos de los trabajadores y los pueblos.
La lucha de los obreros de Chicago de 1886, tiene continuidad hoy en el masivo paro en Colombia; en la huelga de los trabajadores portuarios de Chile, de los metalúrgicos en Brasil, en las gigantescas huelgas generales de la India, en el paro de los trabajadores de la salud en Argentina, o de la Amazon del milmillonario Jeff Bezos de Italia; en la heroica lucha del pueblo palestino, que hoy de nuevo se levanta en Jerusalén contra la ocupación del Estado sionista de Israel; en la gran rebelión antirracista de los Estados Unidos que impuso la cárcel al asesino de George Floyd; en la poderosa movilización y huelga general del pueblo de Myanmar contra la dictadura militar.
Desde 2019 e incluso en el 2020 en plena pandemia, una oleada revolucionaria de luchas (Chile, Líbano, Hong Kong, Ecuador, la rebelión en EE.UU. por el crimen de George Floyd, la huelgas en Europa contra los despidos en Nissan, Renault) ha recorrido el mundo poniendo en evidencia que el espíritu de lucha de los obreros de Chicago sigue vivo en las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo.
Las trabajadoras y trabajadores siguen peleando contra un sistema desigual que condena a las mayorías a salarios de hambre, a condiciones de miseria y explotación creciente mientras unos pocos se enriquecen a costa de su trabajo y esfuerzo. La gran traba son las direcciones políticas y sindical que en nombre del pueblo trabajador traiciona y boicotea las luchas. Por este 1° de Mayo sigue la lucha por nuevas direcciones sindicales antiburocráticas que lleven las luchas hasta el final.
Hoy se impone la lucha contra la precarización y flexibilización laboral, contra el desempleo, contra la desigualdad, la miseria creciente y la destrucción de la vida en el planeta.
En ese marco desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a seguir la lucha contra las dos pandemias, la de la crisis social y el hambre, y la crisis sanitaria del coronavirus. Por sistemas de salud únicos estatales y gratuitos. No a las patentes de las vacunas del Covid-19. Vacunas para todas y todos. Por un plan de Emergencia Obrero y Popular. Altos impuestos a los capitalistas y No pago de las deudas externas. Por la expropiación de las transnacionales. La unidad de los revolucionarios para luchar por nuevas direcciones sindicales antiburocráticas y combativas, por partidos revolucionarios en todos los países y una Internacional revolucionaria.
¡Viva el 1° de Mayo internacionalista y socialista!
¡Viva la clase obrera mundial!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
29 de abril de 2021