Lo que la votación de ayer expresó fue una ruptura radical y masiva con el pasado. En ese sentido fue una continuación directa de la gran movilización iniciada el 18 de octubre contra las alzas, la miseria, el régimen corrupto y el gobierno de Piñera.
Es un triunfo del conjunto del pueblo que salió a la calle y soportó asesinatos, mutilaciones, cárcel, en suma, la represión violenta de un gobierno sostenido por los políticos y el Parlamento.
La votación del apruebo, con 78% del total, ha dejado en claro el masivo repudio a la Constitución de Pinochet. La misma Constitución a la que se aferra Piñera y la derecha para mantenerse en el poder a pesar del profundo repudio de la población.
Contra lo que esperaba la derecha y la falsa oposición, la política de los acuerdos fue derrotada. Ellos esperaban una importante votación al rechazo, para evitar cualquier cambio importante a la actual constitución. Necesitaban que la derecha tuviera una buena votación, para justificar los vetos e impedimentos a los cambios. Sin embargo, la derecha y el gobierno resultaron derrotados con un escuálido 20% de apoyo.
Por eso decimos que el otro gran derrotado es el gobierno de Piñera, y de quienes lo sostienen. El 20% del rechazo expresó, de nuevo, la total ausencia de una base social fuerte de apoyo al gobierno, pero esta vez incluye, incluso, a los sectores más de derecha que venían criticando a Piñera. ¡Todos juntos, fueron incapaces de construir una base de apoyo fuerte!
Las celebraciones por la noche, estuvieron totalmente teñidas de gritos y pancartas contra Piñera. Millones votaron contra el gobierno, y lo hicieron saber en las calles. Lejos del discurso de unidad que dieron en la Moneda, Piñera debió cambiar su local de votación a un colegio en un barrio rico del país, votó muy temprano y con escolta policial, situación que no dejó indiferente a nadie. “Cambios para evitar protestas” debieron reconocer en la Moneda.
La contundencia del triunfo dejó, además, heridos de muerte a los viejos partidos políticos que por 30 años defendieron los privilegios de los grandes grupos económicos, el capital extranjero y a las fuerzas represivas bajo las turbias aguas de la política de los acuerdos y la corrupción.
De nuevo, las celebraciones en la noche expresaron esta realidad innegable. La Concertación celebró escondidos en un local partidario, el PC y el Frente Amplio se debieron conformar con ir a una plaza absolutamente secundaria de la capital, sumándose a las actividades llamadas por asambleas. ¡Ningún sector de la oposición pudo hacer un acto público reivindicándose el triunfo! ¡Ninguno pudo aparecer en Plaza Dignidad!
La Constitución quedó herida de muerte tras el rechazo masivo del pueblo y los trabajadores en el plebiscito, pero aún no muere.
¿Y si Piñera, el régimen y sus partidos fueron derrotados que ganó el pueblo?
No debemos engañarnos, si bien se ha conseguido una votación histórica contra la constitución de Pinochet y el gobierno, se ha hecho en el marco de un proceso impuesto por el corrupto Acuerdo por la Paz. Por eso este triunfo expresa, también, un proceso contradictorio.
Nos están guiando a la trampa de las maniobras y las mentiras de la ley 21.200, que regula la convención constitucional. La que le da 2/3 de quórum a la derecha y la ex Concertación para defender el legado de Pinochet, que impide cambiar acuerdos con las multinacionales, que evita que la convención sea libre y soberana. Sobre todo, va a poner la convención en manos de los partidos de los 30 años, dejando fuera a las y los independientes.
Por eso, debemos seguir denunciando esta trampa, pero interviniendo con todo en la Convención sin dejar las calles, y sin dejar de exigir la salida de Piñera ahora. Debemos impedir que se salgan con la suya y que utilicen este triunfo popular contra la voluntad del pueblo con una versión 2.0 de la corrupta política de los acuerdos.
A pesar de lo difícil que será, debemos intervenir con candidatos surgidos de los sindicatos, organizaciones feministas, de las asambleas territoriales y las movilizaciones. Debemos seguir usando el instrumento poderoso de la movilización ya que fue él quien verdaderamente posibilitó este triunfo.
Piñera se debe ir ahora.
Las y los presos de la lucha deben salir de las cárceles y sus procesos o condenas deben ser anuladas.
Que se ponga fin al toque de queda y la intervención de los militares en labores represivas.
Disolución ahora de Carabineros y creación de una nueva fuerza policial elegida de abajo arriba con un sólo escalafón y bajo control de los vecinos y los trabajadores.
El pueblo no se debe desmovilizar ahora bajo pena de perderlo todo.
Deben los trabajadores, sectores barriales y populares, nuestros pueblos originarios, las mujeres y la disidencia construir una nueva dirección política de la clase trabajadora y el pueblo, anticapitalista, democrática y de lucha, barriendo con los burócratas y dirigentes que impiden su lucha. Debemos luchar por un gobierno de la clase trabajadora y el pueblo, que la única garantía de que podremos resolver las demandas más sentidas. Y para defender esta propuesta y llevarla a todos los rincones de nuestro país, debemos construir juntos un nuevo referente político para seguir luchando.
Por esto, te invitamos a unirte al MST. Participa de nuestros talleres y charlas, legalicemos candidatos de lucha y garanticemos el verdadero triunfo obrero y popular: El socialismo organizado democráticamente por el pueblo y los trabajadores.